La passiflora es el género más importante de la familia Passifloraceae, la cual cuenta con 360 especies reconocidas y distribuidas –principalmente- en la región tropical y subtropical de América.

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Dada la importancia de este género, investigadores de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá se encuentran trabajando desde 2013 en el proyecto “Respuesta ecofisiológica en granadilla (pasiflora ligularis juss) en dos ambientes contrastantes en el departamento del Huila”, con la finalidad de expandir el cultivo de esta fruta a lo largo del país.

La iniciativa, financiada por Colciencias, se lleva a cabo en parcelas experimentales de granadillas ubicadas en cuatro localidades del departamento: dos en Santa María y dos en La Argentina, donde comenzaron a monitorear los cultivos desde su siembra.

“Conociendo parámetros como temperatura diurna y nocturna o humedad relativa, podremos decir que este fruto crece en ciertas condiciones y determinar en qué otras zonas agroecológicas tendría un óptimo desempeño”, explicó la profesora Luz Marina Melgarejo, docente de Biología de la U.N. Sede Bogotá a Agencia de Noticias UN.

De esta manera, conociendo la agroecología de la fruta sería posible adelantar los procesos de zonificación a partir de la fisiología de la granadilla.

Los investigadores han estudiado cómo se da el proceso de fotosíntesis y cómo se regula el agua, entre otras características de la planta, además de realizar prácticas agrícolas para mejorar el rendimiento.

“Lo que miramos es cómo se desempeña la planta fisiológicamente frente a las condiciones ambientales, para determinar cuál es el factor que más efectos tiene en la respuesta de la planta”, dijo la académica.

“Analizamos rendimiento, calidad de los frutos y, dentro de esa calidad, algunos metabolitos que pueden ser de interés para la salud y para las industrias farmacéuticas, botánicas o de belleza”, añadió.

De esta manera, a lo largo del estudio, los científicos han podido encontrar que las condiciones de la granadilla son muy parecidas a las de la gulupa, fruta que se trabaja mucho en municipios como Tena, Granada y Chía (Cundinamarca).

Cabe señalar que, de acuerdo a los recientes descubrimientos, estos municipios poseen muchas de las condiciones que se dan en las poblaciones del Huila, lo que posibilitaría la expansión de los cultivos de granadilla.

Por otra parte, los investigadores también han avanzado en la Escala BBCH, con la que se identifican las etapas de desarrollo fenológico de una planta.

“Teniendo en cuenta que trabajamos con agrónomos y cultivadores, utilizamos un sistema de código decimal para identificar las diferentes etapas de crecimiento o de floración”, indicó Melgarejo.

A raíz de lo anterior, también han logrado un avance respecto a datos para determinar tiempos térmicos y niveles de metabolitos, como azucares o ácidos orgánicos; han logrado identificar fisiológicamente niveles de CO2 o etileno, a partir de lo cual entregarán a los agricultores un calendario fenológico, una tabla de calidad y apoyo en buenas prácticas agrícolas.

Hasta el momento, los científicos descubrieron que los lugares donde se realiza el muestreo poseen alturas agroecológicamente similares, presentando leves variantes en radiación solar, déficit de presión de vapor y la cantidad de agua en la atmósfera. Características fundamentales para el desarrollo de los cultivos.

Los muestreos continuarán dentro de los próximos meses para conocer la respuesta fisiológica de la fruta hasta junio de 2015, fecha en que –de acuerdo a lo previsto- concluirá el proyecto.

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