La inteligencia artificial (IA), es la capacidad de las computadoras para imitar el pensamiento humano y la toma de decisiones usa una combinación de algoritmo de software y datos. Esa fue la definición que entregó José Alejandro Anaya, especialista de TOMRA Food en México enfocado en mejorar la productividad postcosecha y evitar el desperdicio de alimentos.

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A juicio de Anaya la IA posee subdivisiones como es la participación automática, “que es una pieza clave. También tener el aprendizaje profundo o que le llaman también el Deep Learning, este es un subconjunto de aprendizaje automático”.

Para el especialista la IA posee un tremendo potencial, “porque permite automatizar tareas repetitivas y rutinarias, lo que puede aumentar la eficiencia y liberar a los humanos para centrarse en tareas más complejas, creativas y yo incluso diría estratégicas”.

Explicó que la tecnología es utilizada en diferentes industrias, por ejemplo, en la documentación de procesos, con los robots y sistemas inteligentes para ensamblaje, clasificación y embalaje, el mantenimiento predictivo y prevención de fallos en maquinaria y la optimización de la cadena de suministro, que es la planificación.

“La inteligencia artificial se puede utilizar perfectamente para sustituir, por ejemplo, todo lo relacionado con las elecciones de calidad que todavía se hacen en forma manual”, precisó Anaya.

Funcionamiento de la IA

El experto indicó que la tecnología posee muchas subdivisiones, “están los procesamientos naturales con la extracción de contenido, generación de texto automática y clasificación, todo esto lo vemos incluso nosotros en nuestros teléfonos”.

Añadió que también existen los sistemas de visión, como la visión artificial y reconocimiento de imágenes para clasificar las frutas, donde ven una serie de colores de patrones, donde los identifican y trabajan en base al reconocimiento que hacen ellos.

El especialista de Tomra Food argumentó que lo interesante es el aprendizaje automático, “que es una parte de la inteligencia visual que se utiliza muchísimo en estos días, lo utilizan en Netflix, en Amazon y en Youtube, donde ustedes le están dando información al algoritmo”.

Anaya indicó que el aprendizaje automático puede ser supervisado o no por un humano. “El supervisado es cuando las personas todavía controlan y generan menos errores que cuando no es supervisado. El aprendizaje profundo es la parte más técnica, porque es cuando alimentas una maquina con mucha información que ya viene etiquetada, para que empiece a tener miles de datos y comience a asignar probabilidades y empiezan a dar resultados que no creías que fuesen posible. Actualmente es utilizada en la selección de arándanos”.

IA en postcosecha

Para el análisis de datos, el especialista indicó que existe fuente de datos muy grandes ya que una sola huerta concentra muchísimos datos, aunque sea de un solo producto, como el aguacate. “La inteligencia artificial tiene datos tan diversos, como del lugar, donde se ubica, la fecha, algunos tienen plagas otra no, algunos tienen productos pequeños, pero todo esto se va almacenando, hace soluciones complejas, optimización, tiene impactos de temporalidad”.

Anaya agregó que la inteligencia artificial puede impactar en la maximización de valor, reducir desperdicios, mejora de eficiencia y la confiabilidad.

Consideraciones

José Alejandro Anaya indicó que es necesario considerar las limitaciones de la IA, “como son los datos, el etiquetado, el entrenamiento, los sensores, la transparencia y la creatividad. Para mí lo más importante es el etiquetado, porque le estas dando datos a una máquina, pero esos datos no sirven de nada si no los etiquetas correctamente. De qué se trata, mientras más exacta sea esa información, va a ser más factible que el algoritmo de una máquina pueda trabajar mejor”.

Agregó que actualmente los clientes están buscando invertir en productos que en el futuro tengan actualizaciones continuas, “es decir, nosotros proveemos un sistema de hardware y un software que es susceptible de hacer mejoras conforme vayan saliendo nuevas versiones”.

Respecto al rol de la IA y las labores realizadas por los humanos, Anaya hizo una comparativa en el rol de la selección de la fruta “una vez que está cansada la persona, la verdad no selecciona igual que antes y aunque esté al 100% metida en algo, no va a poder tener la misma posibilidad de verlo, como lo está haciendo una máquina con diferentes cámaras o sistemas de algoritmos softwares. Por lo que, sumado a una mínima intervención humana, mantiene la velocidad de proyección y precisión de clasificación independiente de las variedades a cambios operativos”.

A juicio de José Alejandro Anaya, “la inteligencia artificial va a generar la mayor generación de valor que se haya visto en muchísimos años. La clasificación exacta de productos, la operatividad al máximo y con el mínimo de recursos humanos, eso va a provocar cambios que nunca habíamos visto y tenemos que estar preparados para ellos”.