Chile: Inyectan US$4 millones a proyecto chillanejo que crea manzano chileno

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Chile: Inyectan US$4 millones a proyecto chillanejo que crea manzano chileno

Ya se trabaja con más de 45 mil plantas de variedades diferentes en el centro experimental de INIA Santa Rosa, de las que 98% por ciento va a descarte

Lo habitual que demora la selección genética para obtener una nueva variedad de manzanos es de entre 20 y 25 años en promedio en el mundo, pero el equipo que lidera el Dr. Pablo Grau Beretta, investigador genetista de INIA-Quilamapu, que trabaja en la obtención de la primera variedad de manzanos chilena, está empeñado en lograr resultados definitivos en un período de 14 a 15 años.

Su proyecto que partió el 2009 con una inversión de $750 millones, ya cuenta con 12 variedades con posibilidades de convertirse en la manzana pionera con patente nacional, acaba de recibir una remesa de cerca de 4 millones de dólares ($2 mil millones), para una nueva etapa de 5 años que consistirá en probar el material genético obtenido en huertos productivos entre la Sexta y Novena regiones, para continuar el proceso selectivo.

Paralelamente se continuará el trabajo que ya ha producido 45 mil variedades de manzanos diferentes, cuyos frutos van desde lo interesante a lo absurdo, en el centro experimental de INIA Santa Rosa, en Cato. De estas plantas se eliminará el 98% ciento, como habitualmente se hace en los centros de selección genética de frutales, para sólo continuar con variedades que presenten condiciones extraordinarias y distintas a las de las variedades existentes, que las puedan situar en la competencia mundial.

La nueva etapa del proyecto para crear la “Manzana Chilena” es cofinanciada por Innova Chile, y por el Consorcio Técnológico de la Industria Hortofrutícola, en tanto que INIA participa con aportes valorados. Las últimas dos entidades serán propietarias de los derechos de la nueva variedad de manzana.

El investigador Pablo Grau comenta que “cuando se parte en esto de la selección genética es un trabajo de continuidad que no termina nunca”. Explica que esto es porque siempre está abierta la puerta de llegar a un resultado mejor.

Explica también que en el mundo de las plantas frutales desde que se aplica el “royaltie” o derecho de propiedad intelectual, se ha convertido en un negocio muy competitivos, donde una de las tendencias es la formación de “clubes” donde se vende el derecho de producción de ciertos frutos a mercados muy restringidos, de los que quedan excluidos posibles competidores.

En esta lógica se creó en el país el Consorcio Tecnológico de la Industria Hortofrutícola, compuesto por 27 empresas exportadoras de fruta de la Asoex, que determinaron que Chile como país líder en exportación de frutas, no se puede quedar atrás y debe tener sus propios frutales.

De esta forma surgió el proyecto de iniciar un trabajo de selección genética para la creación de variedades propias que inicialmente considera carozos (duraznos, nectarines y ciruelos), uva de mesa, berries y manzanos.

Grau comenta que en particular la manzana tiene una variabilidad genética inmensa y que la única forma de obtener un individuo idéntico es a través de la clonación, que tiene la ventaja de ser una técnica que permite una multiplicación rápida.

El trabajo que realiza en busca de una variedad nueva, es polinizar artificialmente, en forma manual, las flores del manzano con polen de variedades conocidas. Para ello tiene un pequeño huerto con 35 de las principales variedades de manzanos del mundo, que actúan como padres. El polen lo obtienen por intercambio con investigadores de otras latitudes.

Luego se obtienen las cosechas de manzanas (cada manzana da 5 semillas que dan orígenes a arboles distintos) y sus semillas. Estas se siembran y cuando dan fruto a los dos años, las manzanas obtenidas se someten a análisis sensoriales (aspecto visual, gusto, crocancia, olor, dureza, etc.) y a exámenes con instrumentos.

Así se van seleccionado los árboles con mejores cualidades de los que se obtiene material para injerto y dando origen a árboles con características propias cada uno. El trabajo es masivo y hay que imaginar que en el huerto de padres se producen entre 5 y 10 mil cruces.

En los primeros cuatro años Grau ha conformado un huerto de 45 mil manzanos únicos, en 8 hectáreas y cuenta con 45 hectáreas para continuar con el proyecto, al que cada año se incorporan nuevas variedades de prueba.

Si bien lo principal en una manzana es su aspecto físico y sus cualidades de color, olor, consistencia, sabor y olor, el experimento de Grau también busca que la primera manzana chilena también sea resistente a la Venturia, un hongo que daña la apariencia visual y que implica hasta 18 aplicaciones de fungicidas por temporada; que tenga menos sensibilidad al “golpe de sol” que es algo común en los frutales en el clima chileno y por último que tenga una larga vida postcosecha, es decir que se adecue a la condición de las exportaciones chilenas que se hacen en barco.

En este tema ha sido valioso el aporte de otro de los integrantes del equipo de la “Manzana Chilena”, Juan Pablo Zoffoli del Departamente de Post Cosecha de la Pontificia Universidad Católica. Un tercer integrante del equipo es la agrónoma Yessica Salvadores, que apoya la investigación en Chillán.
La tarea es difícil, pero según Grau va muy bien encaminada. Nos señala que los fitomejoradores frutales difícilmente ven su tarea terminada, lo que en su caso va a ocurrir porque debe acogerse a retiro en cuatro años más. “Pero al menos espero dejar avanzada la variedad comercial que esperamos tener lista por ahí por el año 2022”.

Pablo Grau en los últimos años ha comido más manzanas que en toda su vida. Parte de su trabajo es probar y volver a probar. Entre los 45 mil árboles de su actual huerto hay tres o cuatro manzanos que pueden ser extraordinarios y no se puede equivocar. Nos comenta que una de las más destacadas variedades actuales de la Universidad de Minnesota, la manzana Honeycrisp, que se caracteriza por su crocancia sin par, había sido desechada por el investigador titular y otro integrante del equipo determinó dar otra oportunidad a la planta, por las malas condiciones de suelo en que se encontraba, y resultó que dio origen a una variedad que se está expandiendo a todo el mundo y que ya ha generado por derechos más de 15 millones de dólares en 5 ó 6 años.

En contra temporada trata de viajar a otros países productores, donde prueba variedades durante todo el día y confiesa que en ocasiones, con la acidez y el efecto mucre de algunos frutos termina con la boca en mal estado. Nos confiesa que probar manzanas en su oficio se ha vuelto casi una obsesión.

Fuente: Diario La Discusión

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