La iniciativa puede convertirse en una alternativa menos riesgosa y más sana para controlar el parásito que produce el tizón tardío

Foto: Papa infectada con tizón tardío/Agencia de Noticias UN

El tizón tardío es una enfermedad transmitida por el Phytophthora infestans, y es tan fuerte que puede generar la pérdida total del cultivo, afectando la competitividad entre productores.

De esta manera, Felipe Alba, investigador de la Universidad Nacional de Colombia (UN), indicó que los pequeños productores -que no tienen tecnología de punta y no realizan seguimiento exhaustivo- usan agroquímicos para enfrentar la enfermedad y evitar así la pérdida de sus cultivos.

Así, decidieron realizar un trabajo de campo para demostrar la necesidad del uso del fosfito, el que se hizo inicialmente con variedades de papa susceptibles a esta patología como la Diacol Capiro y otras medianamente susceptibles como la Roja Nariño y, finalmente, papas resistentes como la Pastusa Suprema, indica Agencia de Noticias UN.

Cabe señalar que, así como los pequeños agricultores, la mayoría de los sistemas de producción de papa en el mundo se basan en la implementación de fungicidas, incrementando los costos de producción. Pero eso no es todo, ya que también es perjudicial para el medioambiente y la salud humana.

“Los productores hacen seguimiento basados en el método calendario, es decir, dependen sólo de fechas específicas para ver cómo están los cultivos y verter los químicos. No siempre es una forma efectiva de tratarlos”, señaló.

De este modo, según la investigación de Felipe Alba y sus colegas Iván Galvis y el docente de la U.N. Carlos Ñústez, era importante fijarse en los fosfitos, compuestos capaces de controlar enfermedades.

Según la investigación expuesta en el “XXVI Congreso Asociación Latinoamericana de la Papa” (Alap), organizado por la Universidad Nacional de Colombia, Corpoica, Fedepapa, Universidad de los Andes, entre otros organismos; el proceso se da cuando este componente [fosfito] realiza una acción directa sobre el patógeno o estimula las respuestas de defensa que tiene la planta.

De acuerdo a lo informado, el fosfito -que se aplica como fumigación foliar- requirió de un ión acompañante para ayudar en el rendimiento del control a la enfermedad y según Alba, el potasio fue el que mejor se comportó en esa función, agregando que el zinc también puede ser una alternativa.

Adicionalmente, se demostró que dependiendo de la tolerancia de cada variedad se mide la eficiencia del fosfito, de esta forma es más notoria con las resistentes.

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