En el marco del Agricultural Water Summit (AWS), expertos en diversas materias desarrollaron el tema “Riego, innovación y precisión”, con una mirada innovadora y tecnológica el problema de la sequía y del cambio climático, los cuales cada día avanzan a pasos agigantados en Chile y el mundo. Ellos buscaron entregar algunas luces sobre la relevancia del manejo eficiente del riego en la agricultura y cómo enfocarse en abordar una programación óptima de éste mediante la tecnología que también progresa.

En ese sentido, Martín Silva, ingeniero agrónomo de la PUC, consultor con más de 30 años de experiencia en la industria, inició explicando los fundamentos sobre el agua y la agricultura, donde mencionó que “no tenemos una cultura de falta de agua”, dado lo que según expone, Chile es un “milagro geográfico”, haciendo referencia a que este vital elemento se encuentra presente a lo largo de toda nuestra historia y, además, cada 50 kilómetros de distancia, al igual que las ciudades en nuestro país. De esta forma, “estamos acostumbrados al sobre riego” y, en general, la región subvalora comparativamente el hecho de contar con agua. “La tierra debería ser más barata que el agua” y se debería comprender mejor lo que es este recurso.

La evaporación sí importa

Raúl Ferreyra, quien trabajó por más de 40 años en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, y hoy es consultor, tomó la palabra para hablar sobre las consideraciones en el manejo del riego en condiciones limitantes, es decir, teniendo en vista las circunstancias de clima, agua, suelo y recursos, pero, principalmente, desarrollando el tema de la relevancia de la transpiración del agua para eliminar la producción de carbohidrato, dado que según sus aproximaciones, del orden del 30% se pierde en la evaporación.

¿Qué bloquea la transpiración? “El exceso o falta de agua, el alto contenido de sales y el tipo de suelo; su densidad y profundidad”, explicó, refiriéndose a la cantidad de macroporos que influyen en el manejo del riego y en la frecuencia de éste, ya sea fija o variable, de manera que se haga en el momento adecuado, se monitoree la calidad, se conozca cuál es el agua aprovechable de acuerdo con el tipo de cultivo y se puedan hacer los ajustes automáticos de superficie, para hacer frente a los períodos de restricción hídrica, teniendo a la mano la tecnología y el conocimiento requerido.

Gama tecnológica

Sin duda un tema relevante que reveló Andrés Olivo, gerente de Innovación de Olivo Riegos, al hablar sobre el espectro de tecnologías de riego presente hoy en la región, explicando que éstas “son un medio y no un fin”. En ese sentido, los proyectos de eficiencia hídrica tienen como objetivo proveer tecnología, establecer estrategias de riego, ser habilitadores, entregar infraestructura adecuada, generar explotación y, por supuesto, exploración mediante la innovación. ¿Cómo? Ojalá todo bajo una misma plataforma de riego unificada que controle, haga seguimiento y elabore indicadores para la toma de decisiones. De esta forma, el ejecutivo explica que “en 15 años, puede existir un ahorro potencial de más de 50 millones”.

A modo de ejemplo, Sebastián Divin, consultor en la industria, explicó los alcances de la telemetría y el manejo de información remota, es decir, cómo desde 1933 hasta nuestros días, se ha ido perfeccionando la resolución y sectorización del riego según el mapeo del suelo. Esto, mediante aplicaciones digitales dirigidas que, en combinación con la tecnología disponible, hacen un cruce de información para conocer la distribución espacial de la gestión de riego por cuartel. “Incluso por cada árbol”, explicó Divin, ya que “lo que no se mide, no se puede cambiar”, concluyó.