Rusia y prohibición de importaciones: Oportunidades y precauciones para Chile

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Rusia y prohibición de importaciones: Oportunidades y precauciones para Chile

Por Karen Meier, abogado Área Comercio Internacional Araya & Cía

No cabe duda que Rusia es un mercado interesante: su dependencia respecto de algunos países para lograr suplir la insuficiente producción interna de frutas y verduras, sumado a la actual decisión de prohibir la importación de estos productos desde la Unión Europea, supone una gran oportunidad para nuestros exportadores. Sin embargo, es necesario que las empresas sean cautelosas al momento de concretar sus negocios en este mercado, pues puede presentar algunos riesgos desde el punto contractual.

A principios del mes de agosto, Rusia sacudió el mercado de frutas y verduras al reaccionar ante las sanciones económicas adoptadas por la Comunidad Europea y Estados Unidos, debido a la política sostenida en Ucrania.

La Federación Rusia respondió a las sanciones del “bloque occidental” prohibiendo –inicialmente durante un año- casi todas las importaciones de alimentos, productos agrícolas y materias primas procedentes de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Noruega y Australia. En lo que a productos alimenticios se refiere, esta medida implica el veto a la importación de carne de vacuno, cerdo, verduras y hortalizas, frutas, carne de ave, pescado, quesos, leche y productos lácteos.

Rusia es un país importador neto de frutas y verduras, principalmente de países de su entorno: Ucrania, el Cáucaso y Asia Central, países europeos y asiáticos. Por lo tanto, esta decisión supone por un lado posibles complicaciones al interior del país, y por otro, la drástica disminución de importaciones desde Estados Unidos que durante 2013 ascendió a US$1.300 millones y de su principal socio comercial, la Unión Europea, respecto del cual las importaciones agroalimentarias alcanzaron los €12.000 millones el año pasado. Desglosando la afectación por productos frutícolas, se estima que el veto ruso afectará al 8% de la producción europea de peras; al 7% de manzanas; al 6% de frutos rojos, fresas y kiwis; al 4% de melocotones y nectarinas, entre otras.

Los efectos de la medida adoptada ya se han manifestado identificándose desde principios de septiembre, excedentes generados en algunos productos al interior de la Comunidad. Los productores y exportadores europeos, esperan que la Comisión respete lo previsto en el Reglamento del Parlamento Europeo y el Consejo sobre la Organización de Mercados y actúe con inmediatez, eficacia y eficiencia ante esta situación.

Chile y su intercambio comercial con Rusia

La decisión del Gobierno de Putin, vino acompañada de inmediatas gestiones para efectos de suplir el déficit de productos, de tal manera de evitar una crisis interna de inflación por desabastecimiento. En aquel contexto, el director de la Agencia Rusa de Control Veterinario y Fitosanitario, Serguéi Dankvert, se reunió con los embajadores de cuatro estados latinoamericanos: Ecuador, Uruguay, Argentina y Chile. Cada uno de estos cuatro países fue informado de los productos que puede enviar a Rusia. En el caso de nuestro país, se hizo hincapié en la posibilidad de ampliar en exportación la fruta fresca, entre otros productos.

Rusia es para Chile un mercado relevante pues la composición de sus exportaciones no es minera sino alimenticia. Teniendo este hecho como premisa, se ha avanzado en los últimos años en intensificar los vínculos comerciales para aumentar los intercambios de este tipo de productos: en cifras, sin dudas los resultados son alentadores.

Según informes oficiales de PROCHILE, durante el año 2013 las exportaciones a este país obtuvieron un importante crecimiento: 54% en relación al año 2012. El sector agropecuario pasó de US$260 millones en el 2012 a US$289 millones en el año 2013. Los productos que se destacan en esta transacción incluyen las peras (en 2013 Chile exportó el 2% de las peras consumidas por Rusia), manzanas (3%), melocotones y nectarinas (1%). 

El fenómeno de cifras en aumento entre ambos mercados se conjuga en la actualidad con el alza en el valor del dólar, el cual se ubicó en el punto máximo de los últimos cinco años. La unión de ambos factores, genera inevitablemente un optimismo en las autoridades y proveedores nacionales.

Sin embargo, es probable que el intercambio de sanciones entre países del denominado “bloque occidental” (encabezados por la Unión Europea-Estados Unidos) y la Federación Rusa, continúe. Se estima que estas medidas podrían profundizarse o al menos extenderse por un periodo considerable de tiempo. Es imprescindible, por tanto, seguir con atención los efectos que este conflicto pueda generar en el mercado de frutas y verduras chileno, pensando en que dos de sus principales socios comerciales están involucrados y el tercero, es un mercado en ascenso.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, sin duda Rusia puede ser una gran oportunidad para la industria chilena de la fruta. Sin embargo, esto debe observarse con precaución.  Los exportadores de fruta deben ser cautelosos y precavidos al momento de emprender nuevos negocios con recibidores en Rusia –y/o elevar el número de envíos en base a acuerdos ya existentes- pues es un mercado que presenta riesgos desde el punto de vista contractual. En este contexto, debe procurarse la determinación de una estructura de negocios en la que se acuerden avances de pago contra embarques y revisar siempre antes de contratar, si la empresa recibidora tiene seguro de crédito vigente.

Hay que considerar que -debido a la medida prohibitiva adoptada- es probable que las empresas europeas que despachaban productos recibidos desde Latinoamérica al mercado ruso -para seguir operando de tal manera- intenten gestionar envíos directos de los proveedores latinos. En tal caso, es necesario precisar en el acuerdo, la responsabilidad de aquellos intermediarios.

www.portalfruticola.com

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