Columna de opinión del director general de Aguas del MOP, Rodrigo Sanhueza.

Hace más de una década se ha instalado el concepto de gobernanza en distintas esferas y rubros y ciertamente, en el mundo de las aguas. Chile, país heterogéneo hídricamente debido a sus 4.270 km de largo, también avanza en esa dirección al definir y priorizar la necesidad de realizar una gestión de aguas a nivel de cuencas, reconociendo que es la unidad territorial indivisible a partir de la cual se integran los distintos usos del agua con un enfoque de sistema.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), reconoce que los principios de gobernanza son un “medio para un fin y no un fin en sí mismo”, ya que son variados y múltiples los elementos existentes que confluyen para propiciar la gestión integrada del agua, con una mirada colectiva para priorizar medidas y resolver conflictos.

En esa línea, es que como Dirección General de Aguas del MOP, este 2024 hemos liderado la conformación de las primeras cinco Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos (MERH) en las cuencas de Codpa-Vítor en la región de Arica y Parinacota, del río Maullín en la región de los Lagos, del río Huasco en la región de Atacama, de las cuencas costeras entre Seno Andrew y Punta Desengaño, en la región de Magallanes y de la cuenca de Aysén en la región de Aysén.

Ahora bien ¿de qué forma aportarán las MERH a la gobernanza de las aguas? A través de los Planes Estratégicos de Recursos Hídricos en Cuencas (PERHC), instrumento que busca avanzar hacia la seguridad hídrica a través de la gestión integrada de las aguas.

Las MERH, compuestas por representantes de los órganos encargados y por actores representantes de la cuenca, tienen como responsabilidad colaborar con la ejecución de las distintas fases y actividades de los PERHC, y que permitirá identificar brechas, establecer balances, diagnosticar el estado de información e infraestructuras, para proponer acciones y enfrentar efectos adversos al cambio climático sobre el recurso hídrico.

La gobernanza del agua desde la cuenca ejercida por las MERH constituye la posibilidad de presentar distintos puntos de vista, dialogar y concordar lo primordial para cada cuenca. En definitiva, es un proceso de participación directa, real y tangible que tiene rostros y esperanza.