Tajante fue el coordinador del programa “Siembra o Bombardeo de Nubes” del Ministerio de Agricultura, Felipe Martin, que es además el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego, CNR, al señalar que en la Octava Región y específicamente la Provincia de Ñuble, “es imposible” la aplicación de esta técnica, que busca la creación de lluvia artificial, para solucionar el tema del déficit hídrico en zonas de sequía.

La consulta a la autoridad se debió a inquietudes de dirigentes agrícolas locales de distintos rubros, que están muy preocupados por la irregularidad de las precipitaciones de este año, que tienen en situación crítica a las siembras anuales de invierno, a los cultivos que requieren riego (como la remolacha) y a las praderas que sustentan la ganadería y la lechería de la provincia.

La negativa de Martin se basa en que no hubo un interés de los agricultores de la zona para solicitar ser parte del programa. En las otras regiones en que se utiliza esta técnica, los productores cofinancian el 50% de la inversión, que es del orden de los $350 a $450 millones por región. La otra razón es que se requiere de un tiempo para poner en marcha la parte operativa. En resumen, Ñuble no está considerado, y si se dieran las condiciones podría ser postulado para el próximo año.

Si bien los argumentos de la negativa podrían ser considerados rebatibles, ya que el problema de falta de lluvia se está viviendo hoy, y no el próximo año, y que la situación está afectando no sólo a los agricultores medianos y grandes, sino a todos, en especial a los pequeños productores del secano, la puerta esta cerrada ya que las soluciones sólo se enfocaron a productores entre la 3ª y 6ª regiones.

Mal panorama

Los agricultores están tan complicados con el comportamiento meteorológico de este año que vieron en este sistema una luz en el horizonte, a pesar que los directivos Fernando Jeldres de los maiceros, Alfredo Wahling de los remolacheros y lecheros, y Carlos González Mufdy de los ganaderos, reconocieron desconocer en detalle la eficacia y procedimientos de la “siembra de nubes”.

La única solución que ven los agricultores al problema que viven es la lluvia. Se requiere una de más de 20 milímetros ya, y parecía que este sistema que es cuestionado por algunos especialistas por su utilización en el norte, parecía una alternativa eficaz para la emergencia, y aparentemente lo es.

El problema afecta a todos los agricultores que no cuentan con acumuladores de agua propios, que son los únicos que pueden recurrir al riego artificial. Cabe señalar que a partir de mayo los canales, por un aspecto legal y otro de sentido común, cierran las bocatomas de los ríos, lo que impide a los usuarios de canales recurrir al riego. El motivo es muy claro ya que en caso de una lluvia persistente, el problema puede resultar más grave que la actual sequía, ya que se vienen los ríos por las bocatomas causando inundaciones.

¿Sistema efectivo?

Ejemplos de éxito en la siembra de nubes hay bastantes. En Pekín, China,  con la “siembra” o “bombardeo de nubes”, se logró hacer nevar el 2009 luego de una década sin nevazones en la capital china. Hay estimaciones oficiales, como la del mismo Felipe Martin, que el aumento es de 10 a 15% en las precipitaciones, lo que agrega es muy significativo si se traduce en acumulación de nieve, con este método. Hay otras fuentes como José Vergara Ahumada, agrometeorólogo, que afirman no hay estudios que comprueben que estas aumentan en más de un 3% los regímenes de lluvia, y además es difícil medirlo, ya que es imposible determinar si la lluvia se debió a la siembra de nubes o a las condiciones naturales de vapor acumulado en el aire a una altura determinada y a una temperatura óptima.

Lo que no está en discusión es que el “sembrado de nubes”, es un sistema en que se estimulan las precipitaciones en forma artificial a través de la introducción en las nubes de sustancias como yoduro de plata o CO2, hielo seco. Este último elemento es indeseable por el efecto invernadero que se busca evitar a nivel planetario. Para la existencia de una lluvia, se requiere de vapor en suspensión en la atmósfera  y bajas temperaturas que permitan la condensación del agua.

Fuente: Diario La Discusión