En este artículo de las serie "En Gráficos" Valerica Concha analiza la industria mexicana de la uva de mesa. Cada semana la serie analizará un cultivo hortofrutícola diferente, enfocándose en un origen específico o tema para ver qué factores están llevando el cambio.
Según el informe GAIN del USDA publicado el 17 de noviembre de 2022, la producción de uva de mesa en México se proyecta en torno a las 347.000 toneladas, un 3% menos que la temporada pasada. Se estima que la superficie plantada para la temporada 2023 será un 8% inferior a la de 2022. Los agricultores tienen dificultades para obtener financiación para cambiar a nuevas variedades de uva, y para incorporar tecnología en el campo para el uso eficiente y el control del agua para hacer frente a las presiones relacionadas con la sequía y el cambio climático. Los agricultores también se enfrentan a costos de insumos más elevados para producir uvas y se plantean plantar cultivos más rentables. Muchos productores, aunque la uva sea su producto principal, ya se han diversificado con otros cultivos de hortalizas y frutas.
Se prevé que las exportaciones de México en la temporada 2023 sean de unas 196.000 toneladas, no muy diferentes de las de la temporada 2022. Con una producción y un consumo previstos más bajos, la oferta exportable se mantiene relativamente estable. La mayor parte de la producción de uva de mesa de México se exporta a Estados Unidos.
La temporada 2022 fue calificada como una de las más difíciles registradas en la historia de México. La actual crisis logística provocó que la calidad de la uva se viera afectada y los precios cayeran. La Asociación Agrícola Local de Productores de Uva de Mesa de México (AALPUM) explicó que los retrasos en los envíos causaron daños al sector, con una baja en la calidad de la uva negra y tinta y una disminución en los precios de hasta 30% en comparación con la temporada anterior. Juan Alberto Laborín, director general de la asociación, dijo que "tuvimos una acumulación de uva negra de Chile y Perú porque los barcos, los puertos y las cámaras de fumigación estaban saturados. Por lo tanto, comenzamos con una temporada llena de mucha fruta. Hubo una saturación del mercado impresionante, con productos que llegaron tarde y de mala calidad, por ejemplo, en el puerto de Long Beach (EE.UU.) estuvimos días esperando para descargar los barcos".
En opinión de John Pandol, director de proyectos especiales de Pandol Bros., Inc., Delano, CA, este invierno se espera que los mercados europeos y asiáticos importen "el mismo volumen, o un poco menos" de los cargadores de uva peruanos y chilenos. Ante este escenario, es probable que esos cargadores sudamericanos busquen aumentar los volúmenes de exportación a EE.UU. Pandol dijo que el inelástico mercado europeo sólo absorbe un cierto volumen y, más allá de las cantidades del programa, hay muy poco mercado adicional. En cambio, Estados Unidos cuenta con cadenas de supermercados regionales independientes que pueden responder a un aumento de los volúmenes y hacerlo para competir con los grandes compradores del programa. Los que están en el negocio de la uva de invierno "todavía sienten los dedos quemados" después de que la fruta peruana se apilara sobre el volumen máximo chileno a principios de 2022. La inclinación ahora es mover el volumen de uva peruana temprano para evitar otra colisión con Chile.
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