El banano y el camarón ecuatoriano afectados por la crisis de la logística

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El banano y el camarón ecuatoriano afectados por la crisis de la logística

Ecuador vive de vender banano y camarón al mundo, pero con la crisis logística mundial se ha soltado un eslabón clave de la cadena productiva.

La falta de contenedores interfiere en el proceso de producción y exportación de los dos pilares económicos del país, que mueven más de 6.000 millones de dólares al año y generan 770.000 empleos directos e indirectos. Por culpa del atasco internacional en el transporte marítimo se ha retrasado la llegada de materias primas necesarias como el plástico, el cartón o los fertilizantes, se han encarecido los costes, se han reducido las ganancias y se han ralentizado los flujos de comercio. Pero aún nadie se atreve a dar una cifra aproximada del perjuicio en dólares.

“Si seguimos así, el próximo año va a ser tremendamente complicado”, vaticina a El País, Alfredo Hoyos, expresidente de la Asociación Ecuatoriana de Plásticos. “Solo un milagro podría hacer que bajen los precios de la materias primas y se normalice toda la cadena”, diagnostica el representante de uno de los gremios medulares para las demás ramas productivas del país. El plástico —recuerda Hoyos— se utiliza en todo lo que se exporta: banano, camarón, cacao, flores, café o pescado. Al haberse disparado el precio de los polietilenos, todo lo demás se vuelve más caro. Y en consecuencia, apunta, los productos ecuatorianos son menos competitivos en el mercado internacional.

En cambio, el camarón, que es el primer producto de exportación y fuente de trabajo para 270.000 personas, no ha tenido aún cifras negativas. Pese a ser también víctima del freno en el flujo comercial mundial, ha colocado un 19,9% más en volumen y un 32,3% más en dólares, debido a que ha cosechado un buen año en lo productivo y a que es un ítem con un precio más alto que absorbe el alza de precios en la logística.

Un contenedor que salía de Shanghai y atracaba en Guayaquil se fletaba por 1.200 dólares hace un año. Hoy, son 18.000 dólares. Y, por lo que pronostica el directivo del gremio de los plásticos, esa escalada de precios se extenderá a 2022 hasta, al menos, el tercer trimestre. La misma radiografía condiciona las decisiones de las empresas cartoneras de Ecuador.

“El 2022 va a ser un año muy complicado para los exportadores por posible escasez de cajas de cartón”, advierte Andrés Jiménez, gerente general de Papelera Nacional. Un escenario agravado por “incrementos importantes en el costo de las cajas de cartón y dificultades para conseguir espacios en las navieras además de los altos costos de transporte”. Este año, el país ha abonado 2.100 millones de dólares más (un 47% más) en la importación de un 26% más de materias primas.

El papel se pagaba hace un año y medio en 500 dólares por cada tonelada, según Jiménez, mientras que ahora sale en más de 1.200 dólares por la misma cantidad de material importado. “Lo peor de todo es que por más que estemos dispuestos a pagar no se consigue el volumen necesario o los barcos para traerlo”, se lamenta el empresario. Hoy hay 55.000 toneladas métricas menos de papel para hacer cajas, los inventarios están bajo mínimos y “eso complica la producción de cartón en épocas que se requiere más cajas”. En diciembre es la temporada alta del banano y le sigue la de flores, por San Valentín, que está en los cinco principales rubros de exportación de Ecuador. “Y ni hablar de las exportaciones de camarón que también han crecido en volumen con respecto a años anteriores”, concluye el gerente de Papelera Nacional.

Sin plástico, sin cartón y también sin fertilizantes, o pagando mucho más de lo normal por esas materias primas, las cadenas productivas de Ecuador deben renunciar a parte de su rentabilidad para no perder competitividad en el mercado. El sector del plástico, que da empleo a 120.000 personas, ha absorbido hasta un 25% del encarecimiento de los polietilenos con los que fabrican fundas y envoltorios para todo tipo de productos. Pero Hoyos habla de un 80% más del costo variable en el material importado. “Se daña toda la cadena. ¿Quién absorbe la subida de precios? Todos, y eso empuja a botar empleados”, remata el líder empresarial.

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