Una enfermedad devastadora que representa una gran amenaza para los olivicultores fue detectada recientemente en España por primera vez en la isla balear de Mallorca.

El patógeno infeccioso de Xylella fastidiosa fue descubierto en un cerezo en un centro de jardinería durante un control de rutina, generando que las autoridades impusieran una prohibición de movimiento de plantas que cubre 15.000 hectáreas.

La enfermedad se detectó por primera vez en Europa hace tres años en el sur de Italia, y desde entonces se ha extendido hacia el oeste, y ha asolado la industria olivarera. Anteriormente la enfermedad sólo había estado presente en Asia y América.

El diario español El Mundo describió la enfermedad como el "Ébola de los olivos".

El Departamento de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca de Baleares dijo que la subespecie de la enfermedad encontrada en la isla sólo se había registrado infectando plantas de cerezo y adelfas, pero se estaban tomando medidas para erradicarla.

Las autoridades ahora están llevando a cabo pruebas adicionales de otras plantas huéspedes potenciales y están estableciendo trampas para atrapar a los insectos que hospedan el vector.

La bacteria Xylella fastidiosa invade los vasos que una planta usa para transportar agua y nutrientes, causando que exhiba síntomas tales como ardor y marchitamiento de su follaje, eventualmente seguido por la muerte de la planta.

Los expertos advierten que la enfermedad, que tiene numerosos hospedadores y vectores, tiene el potencial de devastar la cosecha de aceitunas de la Unión Europea (UE).

A escala mundial, la UE es el mayor productor y consumidor de aceite de oliva. Según la Comisión Europea, la región produce el 73% y consume el 66% del aceite de oliva del mundo.

Los informes sugieren que el brote de Xylella fastidiosa provocó un aumento del 20% en los precios del aceite de oliva durante el año 2015.

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