Varios cargamentos han sido rechazados desde Chile

La industria de la piña en Ecuador está luchando contra una plaga de caracoles que amenaza con dejar a un gran porcentaje de los productores en la quiebra si no se controla.  Hace tres años, las autoridades chilenas comenzaron a devolver algunos envíos de la fruta cuando los caracoles fueron detectados en ellos. El año pasado 27 contenedores fueron rechazados.

En junio de este año la cifra ya había llegado a 23, pero la industria ha estado trabajando en una solución. En www.portalfruticola.com conversamos con Roberto Castillo, presidente de la Asociación de Productores de Piña del Ecuador (Asopiña) quien nos comentó acerca de los planes dentro de la industria para hacer frente a este pequeño invasor.

Castillo nos cuenta hace uno cinco años hubo algunas empresas, no relacionadas a la industria de la piña, que decidieron importar caracoles – caracol gigante africano – para dedicarse a cierta manufactura de cosméticos. A su vez llegó al país otro caracol, el caracol manzano.

“Llegaron estos dos caracoles a Ecuador y empezaron a ser una plaga para varios cultivos, no para la piña. El caracol manzano empezó a afectar a los cultivos de arroz”, dice.

“El caracol africano la gente empezó a reproducirlo y se les escapó y empezó a reproducirse de una manera muy rápida”.

Nos detalla que hace 3 años empezamos a tener – todos los productores de piña – reclamos desde Chile por la presencia de caracoles en las coronas de la fruta.

“Nuestra sospecha inicial era que se trataba del caracol africano porque era una plaga. Antes de la introducción de caracol gigante africano nunca habíamos tenido problemas”.

Castillo nos relata que con Agrocalidad – la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad – comenzaron a analizar el tema para ver qué medidas podían tomar con el comité técnico para combatir al caracol.

"En el proceso, me tomé la libertad de llamar a un malacólogo de la APHIS, quien dijo que el problema era un poco más complicado de lo que pensábamos”, dijo Castillo, esto debido a que el caracol en cuestión era endémico del país.

"Empezamos a probar diferentes tratamientos para combatir el caracol gigante africano y finalmente nos dimos cuenta de que no eran viables para nuestro caracol”.

La tarea entonces se enfocó en el estudio de la biología de los caracoles y sus diferentes métodos de tratamiento.

"Hemos establecido algunas características biológicas y han progresado en la búsqueda de métodos de control. Por ahora tenemos cuatro métodos que son muy eficaces, pero hay un problema en la aplicación. Por ejemplo, cuando se fumiga en el campo uno lo hace desde arriba y los caracoles han aprendido a ponerse debajo de las hojas para evitar la fumigación”.

"Estamos avanzando con esto y hay algunos tratamientos que sabemos que funcionan bien y estamos cada vez más cerca. Creo que antes de diciembre, que es la temporada de lluvias, cuando se dan las condiciones ideales para que los caracoles se reproduzcan, tendremos una solución para tratar de contener el caracol”.

La alternativa chilena

Castillo indica que las autoridades fitosanitarias chilenas visitaron el país hace algún tiempo, en donde se estableció un sistema de inspección con Agrocalidad para evitar más rechazos.

"Ellos están muy satisfechos con los progresos que hemos hecho”.

Chile se ha transformado en un destino importante para la fruta. “Si hace 5 años un 10% de la fruta iba a Chile, ahora un 30-35% de la fruta va a Chile”, dice Castillo, quien agrega que al país sudamericano hay menos días de tránsito (5 días) en comparación a las dos a tres semanas de envío a Europa.

A esto se suma que en los países de Europa y EE.UU la piña, comercialmente, se ha visto afectada, no siendo tan rentable para los exportadores enviar a esos destinos.

La otra ventaja es la falta de competencia. "El productor más grande de piña en el mundo es Costa Rica y este prácticamente no tiene presencia en Chile, por lo que estamos, básicamente, sin competencia allí, lo que ha hecho que sea una alternativa muy atractiva para los productores de piña ecuatorianos que no pueden mantener el envío a Europa debido a la baja rentabilidad”.

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