Argentina: El sector frutícola de Mendoza se declara inviable

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Argentina: El sector frutícola de Mendoza se declara inviable

El escenario de corto plazo anticipa pérdidas operativas en todos los mercados (dentro y fuera del país) y una situación de inviabilidad económica a partir de esta temporada. Desde el sector proponen una serie de medidas y subsidios directos por un total de $52 millones para salvar la próxima cosecha. 15.000 familias subsisten gracias a la producción de frutas en la provincia.

El sector de la fruta fresca enfrenta en Mendoza una situación límite. El escenario de corto plazo anticipa pérdidas operativas en todos los mercados (dentro y fuera del país) y una situación de  inviabilidad económica a partir de esta temporada, señal un estudio sobre actualidad y perspectivas del sector realizado por la consultora Ieral a pedido de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas (Aspeff). El problema no es nuevo, ni exclusivo, pero sí, aseguran, se ensaña con un sector que intenta seguir creciendo y exportando pero que está quedando fuera del negocio por efecto de la inflación de costos a nivel interno, la mayor presión fiscal y un tipo de cambio estable.

Pero el sector no se queda sólo en la queja y elaboró una serie de propuestas y líneas de acción posibles para salvar la cosecha de esta año que, aseguran, sólo tendrían un costo fiscal para la provincia de $52 millones, esto es el equivalente al 0,3% del Producto Bruto Geográfico (PBG) de Mendoza.

En Mendoza, más de 15.000 familias viven de la producción y el empaque de frutas para consumo en fresco, en forma permanente. Adicionalmente, el sector paga, cada año, 1,85 millones de jornales temporarios. La actividad genera 1 de cada 3 empleos en el Valle de Uco y más del 11% en los departamentos del Sur.

Esa capacidad de generar empleo y riqueza debería verse duplicada, si no fuera porque la falta de rentabilidad provocó -en los últimos 14 años- la perdida del 41% de la superficie cultivada y la destrucción de más de la mitad del valor bruto de la producción.

El sector de la producción y empaque de frutas para consumo en fresco de Mendoza se enfrenta a una situación límite, con costos que aumentaron 20% promedio respecto de la temporada anterior; un tipo de cambio nominal que sólo repuntó un 7% en lo que va del año y una marcada incertidumbre sobre los precios que obtendrá por sus productos.  Estos factores determinan un escenario de inviabilidad económica para la actividad, que mostraría pérdidas en todos los mercados a partir de la temporada 2011/2012, destacan desde la Aspeff, antes de alertar sobre el destino incierto “que tendrá la producción de más de 4.000 fruticultores mendocinos que cada año operan con los más de 200 empaques diseminados en los distintos oasis de la provincia”.

Destrucción de valor
el informe encargado por la ASPEFF pone la lupa sobre la “importante contracción que ha sufrido esta actividad en los últimos 14 años, que se manifiesta en la pérdida de casi 12.185 hectáreas implantadas con frutales con destino principal al consumo en fresco, lo que representa una caída de casi el 41%” según consigna el informe.

A valores constantes (una vez descontado el incremento en el nivel general de precios)  los ingresos brutos reales del sector han mostrado una tendencia decreciente, que varía según la especie frutícola considerada. Excepto el durazno, todas las frutas registraron fuertes pérdidas de valor, en algunos casos desde la salida de la convertibilidad y, en otros, acentuadas desde el rebrote inflacionario en 2007 (ver aparte).

El informe remarca que “la contracción en la superficie cultivada de casi todas (excepto el durazno para consumo en fresco) provocó una destrucción de poco más de la mitad del Valor

Bruto de la Producción primaria (VBP)”. De no haber sucedido, los productores frutícolas de Mendoza hubieran recibido $549 millones durante la temporada 2010/11. Es decir, $278 millones más de lo que recibieron.

En los galpones de empaque, en tanto, el VBP de la última temporada alcanzó los $521 millones, aproximadamente. Si se considerara el mismo supuesto que en el caso de la producción primaria (con la estructura productiva del año 1996, pero con las mismas relaciones técnicas y económicas actuales) el VBP de los empaques se hubiera ubicado en los $1.290 millones. Es decir, casi un 150% más que la realidad actual.

Vías de solución
Según sostienen desde la Aspeff, habría tres maneras de resolver la inviabilidad operativa del sector frutícola estimada para esta próxima campaña.  Una, a través de un aumento del tipo de cambio nominal (devaluación) y, por lo tanto, de los ingresos por exportaciones. Otra, cargando el problema sobre el productor, con un fuerte deterioro del precio pagado por la fruta, tal y como viene sucediendo hasta ahora. La última, por la aplicación de políticas gubernamentales temporarias que permitan disminuir los costos y/o incrementar los ingresos del sector.

El primero de los ajustes podría ocurrir durante el 2012, pero es un hecho desconocido. Además, dada la proximidad del comienzo de la temporada, lo más probable es que -si ocurriera- un eventual aumento del tipo de cambio nominal llegaría después de que se haya enviado a destino el grueso de las exportaciones, advierten desde Aspeff.

El segundo de los ajustes, “es el más crítico y dramático, ya que nuestros cálculos indican que la formación de precios de mercado para la materia prima inferiores a los de la temporada pasada impactará en forma directa sobre la rentabilidad y la sustentabilidad de los productores primarios” alertan los economistas.

Advierten que “ocurriendo sólo un ajuste en precios (al productor), el sector empacador pagaría al productor primario como máximo, para no tener pérdidas operativas, un precio por la fruta fresca de 0,81 $/kg de calidad de exportación y de 0,56 $/kg para el mercado interno, a estos valores equilibrarían los costos a una utilidad operativa del 0%. Esto decretaría la inviabilidad económica del sector.

En el extremo, para generar un resultado económico positivo, el sector de empaque debería pagar un precio absurdo para el productor primario. Esto es de 0,45 $/kg para la fruta con calidad exportación y 0,31 $/kg con calidad de mercado interno.

Por lo tanto, de mantenerse el contexto de ingresos mencionado, están dadas las condiciones para que se defina un precio de mercado por la fruta en fresco inferior a los de la temporada pasada.

Desde la Aspeff resisten abiertamente la opción de bajar los precios al productor, porque “implicaría directamente la desaparición de la actividad”. Por eso encargaron como tercera opción superadora evaluar el impacto fiscal y sobre las cuentas de las empresas de una serie de medidas de política económica, que “deberían tener vigencia hasta que las variables del negocio retornen a su equilibrio”.

Las alternativas planteadas incluyen eliminar el cobro de derechos de exportación, llevar del 5% al 10% los reintegros a las exportaciones de frutas frescas de carozo y pepita y agilizar la devolución del IVA (hoy el Estado tarde hasta más de un año en reintegrar los saldos favorables para la empresas que exportan). La Aspeffe propone, además, crear un fondo compensador con recursos de la provincia con el aporte de U$S1 por caja exportada, lo que tendría un costo fiscal total de $8,6 millones e instrumentar una serie de subsidios directos como cubrir el 70% del costo total de los servicios de frío e implementar una compensación por los mayores costos de flete.

Se concluye que con un monto aproximado a los $ 52.000.000 (equivalente al 0,3% del Presupuesto provincial) se podría asegurar un precio, al productor, de $ 0,87 por kilo de fruta para mercado interno y de $ 1,20 por kilo de fruta para exportación y, para los empaques, una ganancia o capitalización de U$S 0,80 por caja (lo que, en términos porcentuales equivale a 4,82%). Esto permitiría, por esta temporada, salvar de la quiebra a esta actividad.

Fuente: Mdzol.com

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