El año 2025 para la uva de mesa cierra con movimientos relevantes en los principales orígenes del hemisferio sur y con cambios estructurales en destinos, logística y composición varietal que comienzan a redibujar el mapa global de oferta y demanda.
Las proyecciones para la campaña 2025–26 confirman que Perú y Chile continúan marcando la pauta del comercio internacional de uva de mesa. En el caso peruano, la Asociación de Productores (PROVID) estimó una cosecha cercana a 86,1 millones de cajas de 8,2 kg, lo que representa un crecimiento aproximado de 4% respecto del ciclo anterior, impulsado por mayores superficies y mejores rendimientos en zonas productivas clave.
Chile, en tanto, actualizó su proyección a 63,6 millones de cajas estandarizadas de 8,3 kg, cifra que implica una contracción cercana al 6% interanual, de acuerdo con datos del Comité de Uva de Mesa. Este ajuste responde principalmente a la reducción de variedades tradicionales y al proceso de reconfiguración varietal, con una mayor participación de variedades licenciadas.
Durante 2025, los envíos peruanos entre enero y octubre registraron aumentos relevantes tanto en volumen como en valor, confirmando la posibilidad de cerrar el año con récords históricos de exportación. Este dinamismo consolida a Perú como el competidor más cercano a Chile en términos de volumen, cobertura de destinos y capacidad de abastecimiento continuo.

Fotografía ADEX | Archivo.
China continúa ampliando su capacidad de importación de uva de mesa, intensificando la competencia entre proveedores como Chile, Perú, Sudáfrica e Italia.
En las últimas dos décadas, el gigante asiático ha fortalecido su rol como uno de los mercados más dinámicos y estratégicos para la uva de mesa a nivel mundial. De acuerdo a un reporte elaborado por Fluctuante, entre 2005 y 2024, sus importaciones pasaron de 57 mil a más de 109 mil toneladas, impulsadas por un consumo interno en alza y cada vez más exigente.
Aunque el país es el principal productor global de esta fruta, su demanda supera ampliamente la oferta local, lo que lo mantiene como un importador clave durante todo el año. Sus principales proveedores son Australia, Perú, Chile, Sudáfrica, India, Corea del Sur y Estados Unidos.
En paralelo, Estados Unidos mantiene a Chile como su principal proveedor, aunque Perú sigue acortando distancias gracias al aumento de volúmenes y a una oferta cada vez más diversificada en variedades.
En cuanto a la producción local en el mercado estadounidense, California comenzó la cosecha de la fruta la semana del 12 de mayo, días antes de que se incorporara un nuevo proveedor al país: República Dominicana. Y así como la cosecha comenzó temprano, también finalizó una semana antes de lo habitual, solo unos días después del Día de Acción de Gracias y con una caída en los inventarios de almacenamiento en frío.

Fotografía BLOOM FRESH™ | Archivo.
Uno de los temas más sensibles de 2025 fue la suspensión del Systems Approach para la uva de mesa chilena en Estados Unidos. La medida, ampliamente discutida en foros sectoriales y eventos, generó preocupación por su impacto en costos, competitividad y planificación comercial, obligando a la industria a evaluar alternativas logísticas y sanitarias.
Si bien el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) presentó una apelación a la resolución del Tribunal Federal del Distrito de Columbia que suspendió la importación de la fruta bajo el nuevo protocolo, la industria chilena tendrá que esperar hasta 2026 para conocer la resolución y retomar en campañas futuras el Systems Approach, que fue discutido por más de 20 años entre Estados Unidos y Chile, y que se concretó en 2024.
También desde Estados Unidos, la medida de los aranceles recíprocos de la administración Trump golpeó duro a la industria frutícola mundial. En el caso de la uva de mesa, Chile, Perú y Brasil se encuentran entre los afectados y, si bien el mandatario estadounidense eliminó el arancel extra a varias frutas, la uva de mesa no se incluyó. Quizás desde el gobierno de Lula Da Silva busquen la diversificación a otros mercados, como China, país que este año estableció los requisitos fitosanitarios para la importación de uvas frescas brasiñelas.

Reunión entre los mandatarios de China y Brasil | Fotografía archivo.
En otra arista, otro proveedor de uva de mesa del hemisferio sur enfrentó problemas, en este caso logísticos. Nos referimos a Sudáfrica, país donde la congestión portuaria y mayores inspecciones ralentizaron los embarques, afectando los calendarios de llegada a mercados clave durante noviembre y diciembre. Esta situación redujo el espacio comercial del origen sudafricano frente a la presión combinada de Perú y Chile.
Siguiendo la línea legal, una de las noticias que marcó 2025 fue la millonaria multa que recibió una de las mayores exportadoras australianas de uva de mesa, Grape House Pty Ltd, por intentar, deliberadamente, eludir los controles para enviar uva de mesa a Nueva Zelanda.
Este año las industrias de la uva de mesa de México, Chile y Perú se unieron en un importante hito: el lanzamiento oficialmente el Global Grape Group (GGG), conformado por Frutas de Chile, Mexico Table Grapes y Provid de Perú.
El grupo tiene como objetivo incrementar el consumo global de uva de mesa, especialmente en mercados clave como el estadounidense. A diferencia de otras asociaciones sectoriales, la organización no se limita a trabajar con los productores, sino que más bien abre sus puertas a toda la cadena, incluyendo distribuidores, genetistas, desarrolladores de tecnología, empresas logísticas, retailers e importadores.
El nacimiento del Global Grape Group ocurre en un contexto desafiante. Mientras que la oferta conjunta de uvas de mesa de Chile, Perú y México creció un 41% en los últimos ocho años, alcanzando los 100 millones de cajas, el consumo en Estados Unidos creció apenas un 3%, y el consumo per cápita incluso retrocedió ligeramente, de 3,9 kg en 2005 a 3,8 kg actualmente.

Fotografía Frutas de Chile | Archivo.
Una tendencia transversal fue la apuesta por la innovación varietal, con foco en calibre, vida de anaquel y preferencia del consumidor, como fue el caso de BRS 54 Lumiar.
En paralelo, empresas de servicios intensificaron el desarrollo de soluciones postcosecha y paquetes tecnológicos orientados a maximizar la calidad y el retorno por caja en destino, así como a incrementar el número de licenciatarios a nivel global.
Durante 2025, encuentros técnicos especializados como GrapeTech y foros regionales se consolidaron como espacios clave para debatir sobre eficiencia productiva, sostenibilidad y adaptación varietal, temas que la industria identifica como estratégicos para sostener la competitividad en la próxima década.
En esta área también se dio una fuerte batalla por la protección intelectual de las variedades patentadas. BLOOM FRESH, por ejemplo, obtuvo importantes victorias en China e Italia, al tiempo que lanzó su mayor campaña global contra este tipo de actividades.
El mercado de uva de mesa está en plena transición. Perú gana escala y presencia global, Chile ajusta volúmenes mientras profundiza su apuesta por variedades premium, Sudáfrica enfrenta desafíos logísticos y los mercados —especialmente China y Estados Unidos— redefinen sus exigencias.
El balance de 2025 sugiere que el desempeño futuro ya no dependerá solo del volumen exportado, sino de la capacidad de los países productores para entregar calidad consistente, gestionar riesgos logísticos y aprovechar ventanas comerciales, en un escenario cada vez más competitivo.