Embrapa lanza BRS Carina, una nueva nectarina de ciclo medio para el mercado brasileño
La Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) lanzó al mercado BRS Carina, un nuevo cultivar de nectarina desarrollado para la fruticultura de clima templado, que destaca por su ciclo de maduración medio, su atractivo visual y su adaptación a las condiciones de cultivo del sur y sudeste de Brasil.
La organización destacó que la principal novedad de BRS Carina radica en su ventana de cosecha que comienza en la última semana de noviembre, posicionándose después de las variedades BRS Cathy (finales de octubre) y BRS Dani (inicio de noviembre), y antes de BRS Janita (segunda quincena de diciembre), lo que permite complementar la oferta nacional de nectarinas.
Además de su calendario productivo, la variedad resulta atractiva para los consumidores por su piel lisa y brillante, con intensa coloración roja, y por su sabor dulce con acidez equilibrada.
Embrapa indicó que su desarrollo responde al creciente interés del mercado brasileño por las nectarinas, impulsado por una mayor demanda de esta fruta y por la necesidad de diversificar la producción frutícola y generar nuevas oportunidades de ingresos para los productores.
Adaptación de BRS Carina y ventajas productivas
Evaluada en distintas localidades del sur y sudeste de Brasil, BRS Carina demostró una buena adaptación agronómica. Según explicó el investigador y mejorador genético Rodrigo Franzon, de Embrapa Clima Temperado (RS), la variedad también viene a reemplazar y complementar cultivares más antiguas introducidas desde otros países.
“Es una fruta más atractiva, con mayor coloración, mejor sabor y, principalmente, más adaptada a las condiciones de cultivo de Brasil”, señaló Franzon.

Lanzamiento oficial de la variedad durante un día de campo en la propiedad del productor José Nichetti, en Rio Grande do Sul | Fotografía vía Embrapa.
BRS Carina, anteriormente identificada como Necta 508, proviene del cruzamiento entre las cultivares Sunred y Rayon. Está adaptada a las regiones Sur y Sudeste de Brasil y requiere entre 200 y 300 horas de frío (≤ 7,2 °C).
Las plantas presentan vigor medio, con floración generalmente entre finales de julio y comienzos de agosto, mientras que la cosecha se inicia a finales de noviembre, con variaciones según la zona de cultivo. Los frutos tienen un peso promedio de 80 a 110 gramos, un diámetro de 5,5 a 6,5 cm, buena firmeza y un contenido de sólidos solubles que varía entre 11 y 17 °Brix.
La piel es de color amarillo verdoso, con más del 90% de cobertura roja intensa. La pulpa es amarilla, con posibles trazas rojizas alrededor del carozo, que es semilibre. Presenta un sabor dulce-ácido y una productividad superior a 20 toneladas por hectárea, pudiendo superar las 30 toneladas por hectárea dependiendo del manejo y la región de cultivo.
Producción y mercado de la nectarina en Brasil
Actualmente, la producción brasileña de nectarina no logra cubrir la demanda del mercado interno. Los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina concentran la mayor parte de la producción, aunque en una escala todavía reducida en comparación con el durazno.
Entre 2020 y 2024, Brasil importó en promedio 5.450 toneladas anuales de nectarinas, cifra que en años anteriores superó las 10.000 toneladas. Uno de los principales factores que limitaba la expansión del cultivo era la escasez de cultivares bien adaptadas, productivas y capaces de ofrecer fruta de alta calidad.
Con la incorporación de nuevas variedades desarrolladas por Embrapa, se espera que esta realidad cambie, impulsando la producción nacional y reduciendo la dependencia de las importaciones.
La nectarina es una fruta de producción estacional, concentrada entre noviembre y enero, y su consumo en Brasil muestra una tendencia creciente, lo que abre oportunidades tanto para el mercado interno como para la investigación agropecuaria orientada a superar desafíos logísticos y climáticos, fortaleciendo la sostenibilidad del sector.
*Fotografía principal de Paulo Lanzetta vía Embrapa.
Noticia relacionada:
Pionero INTA, la nectarina argentina con más de 47 días de conservación



