San Jorge Packaging fortalece sus estándares de inocuidad y se posiciona como una compañía confiable para sus clientes
San Jorge Packaging reafirma su compromiso con la inocuidad y calidad de los envases para la industria alimentaria tras obtener una vez más la certificación BRCGS, una de las más exigentes del mundo y ampliamente reconocida por clientes y exportadores internacionales.
La BRCGS (British Retail Consortium Global Standards) es un estándar de calidad y seguridad que valida que una empresa cumple con los requisitos de producción, envasado, almacenamiento y distribución de sus productos para garantizar la seguridad, la legalidad y la alta calidad.
La compañía mantiene desde hace varios años una de las calificaciones más altas dentro del esquema de esta certificación —AA—, lo que la posiciona dentro del grupo de proveedores con mejor desempeño global.
Cabe señalar que la certificación es auditada anualmente.

Andrea Guijuelos, jefa de Sistemas de Gestión Integrado de San Jorge Packaging, explica que la certificación BRCGS prepara a las organizaciones para cumplir con las exigencias internacionales vinculadas a inocuidad y seguridad de materiales en contacto con alimentos.
“Debemos cumplir con normativas, ensayos de migración y requisitos estrictos para asegurar que nuestros envases son aptos para el contacto con alimentos”, detalla. “Esto incluye controles sobre materiales, tintas y procesos, independiente de si el contacto es directo o indirecto”, agrega.
Como parte del sistema, San Jorge Packaging realiza pruebas periódicas de trazabilidad, con la obligación de recuperar antecedentes en un máximo de cuatro horas en caso de una alerta o retiro de producto. Para ello mantiene un orden exhaustivo de datos técnicos y documentación por períodos que varían entre dos y cuatro años, dependiendo del tipo de envase.

Evolución de la norma y mayores exigencias
Guijuelos destaca que la versión más reciente de la norma —implementada este año sin período de transición— incorporó ajustes relevantes, especialmente en definiciones técnicas y controles operacionales.
“BRCGS no entrega plazos largos como otras normas. La actualización salió en octubre y, a partir de abril, todas las empresas debían certificarse con la nueva versión. Eso obliga a reaccionar muy rápido”, comenta.
Entre los cambios figura un mayor alineamiento con los requisitos del estándar BRCGS Food, nuevas precisiones sobre higiene personal y un fortalecimiento de los análisis de riesgo.
Valor para los clientes y ventaja competitiva
Aunque la certificación no es obligatoria en Chile, sí se ha convertido en un factor decisivo para la industria. Contar con ella reduce auditorías de clientes, abre puertas en mercados internacionales y respalda técnicamente a exportadores frente a cualquier evento o reclamo.
“Ser proveedores de largo plazo implica no generar problemas, sino aportar a la cadena. Nuestros clientes valoran que respondamos rápido, sobre todo en temporada alta, y que tengamos toda la documentación y ensayos que respaldan la inocuidad del envase”, señala Guijuelos.




