Chile lidera en exportaciones, pero pierde cerezas por aves: ¿qué solución tenemos?

Por Cristóbal Havebeck, gerente general de Grupo Laevo.
Con la nueva temporada de cerezas a punto de comenzar, el escenario para la industria nacional se presenta prometedor pero desafiante. Chile se mantiene como un líder indiscutido en exportaciones del hemisferio sur, concentrando más del 94% de las exportaciones y con una proyección de 500.000 toneladas métricas para la temporada 2024-2025, según el USDA. Este aumento del 6,8% respecto al año anterior evidencia la resiliencia del sector, a pesar de fenómenos climáticos complejos como inviernos cálidos y primaveras lluviosas.
Sin embargo, uno de los factores que amenaza directamente la rentabilidad del productor —y que muchas veces pasa desapercibido en los grandes análisis— es la pérdida de fruta por picadura de aves. Las bandadas que atacan los huertos en búsqueda de alimento generan un daño silencioso pero constante, que puede traducirse en mermas de hasta un 30% en algunas zonas del país, especialmente durante las ventanas críticas de octubre y marzo.
En un país que representa apenas el 5% del volumen mundial de cerezas, pero que participa con un cuarto de las exportaciones globales, no podemos darnos el lujo de dejar que las aves condicionen nuestra competitividad. La presión por llegar con fruta de calidad en los periodos de mayor valor comercial exige eliminar cualquier factor que disminuya el rendimiento por hectárea.
Aquí es donde la tecnología láser para el control de aves se posiciona como una herramienta clave y, al mismo tiempo, sustentable.
En Grupo Laevo llevamos años desarrollando e implementando sistemas de control de plaga de aves con láser automatizado, que permiten reducir la presencia de aves en un 80%, sin causarles daño, sin ruidos molestos y sin afectar la fauna ni el medioambiente.
Nuestros dispositivos, instalados estratégicamente en huertos de cerezas a lo largo del país, funcionan de forma autónoma y programada, generando un patrón de luz que las aves identifican como peligro. Al ser una amenaza visual constante y dinámica, los pájaros simplemente evitan la zona. Así, se disminuyen las pérdidas por picadura y se protege el esfuerzo de todo un año.
A mayor producción, mayor responsabilidad
Sabemos que esta será una temporada clave. Chile continúa liderando las exportaciones del hemisferio sur, y la posibilidad de posicionar fruta temprana o tardía en las ventanas de octubre y marzo puede marcar la diferencia entre un año promedio o uno excepcional.
En ese sentido, prevenir la pérdida de fruta es tan estratégico como aumentar la producción. La ecuación es clara: mientras más cerezas logremos cosechar y exportar sin daño, mayor será la rentabilidad por hectárea.
Por eso, desde Grupo Laevo invitamos a los productores a evaluar esta solución antes de que comiencen los ataques, ya que el control de plaga de aves es más efectivo cuando se implementa de forma anticipada.
Hoy, más que nunca, es momento de modernizar la forma en que protegemos nuestras cerezas. Las aves no distinguen entre una temporada prometedora y una difícil. Solo buscan alimento. Pero con la tecnología correcta, podemos asegurar que ese alimento no sea nuestra fruta más valiosa.
El láser ahuyentador de aves no solo reduce pérdidas, sino que también entrega paz mental al productor y aporta a una industria más eficiente, limpia y sustentable.
Que esta temporada nos encuentre preparados.
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