En este artículo nos vamos a centrar en la poda del níspero japonés (Eriobotrya japonica), una tarea esencial en la formación del árbol y su posterior mantenimiento para asegurar un buen equilibrio en la densidad de copa, un saneamiento del árbol esencial año tras año y una fructificación abundante, tanto si es con fines productivos como si es con fines recreativos en tu jardín.
Saber cómo crece el níspero japonés es básico para saber podarlo
Un níspero sin podar puede llegar sin mucho problema a los 9-10 metros de altura. Si no queremos recolectar nísperos a alturas peligrosas y dejar que el árbol se descontrole, esto es lo que debemos hacer desde los primeros años. Además, el peso de algunas ramas puede ser excesivo (alta fructificación) y podemos tener un disgusto de caída de ramas. Esto en un jardín de una casa puede ser peligroso.
En primer lugar debes saber que un níspero no fructifica desde el principio como casi todo frutal. Tarda una media de 3 años desde su plantación en dar fruto si las condiciones de cultivo son las adecuadas. Cosas como el clima, orientación, riego, tipo de suelo etc.
En este primer periodo en el que el árbol adquiere su completa capacidad vegetativa para poder empezar a fructificar es de vital importancia realizar una buena poda de formación, que asegurará un buen níspero en años venideros.
Si quieres saber más sobre el cultivo del níspero japonés en toda su dimensión, te recomendamos el artículo dedicado a él.
La poda de formación debe ser en vaso arbustivo. Se deja al níspero japonés que crezca con su porte natural aunque como en toda poda, limitaremos tanto por número de ramas primarias como por altura.
- Limitar las ramas primarias consigue equilibrio en el árbol y una incidencia de la luz más uniforme por toda la copa.
- Limitar la altura de cualquier árbol frutal tiene que ver con mejorar la facilidad de recolección del fruto en la cosecha. En la foto, sería ya recomendable eliminar las ramas emergentes superiores para controlar la altura de la copa.
Como recomendación se suelen dejar 4 ramas principales a diferentes niveles, pero tampoco es descabellbado dejar 5 o 6. Según el fin que tenga el árbol, ya que son muy buenos para sombra y quizá en el jardín te interese más una copa más amplia. Si es con fines productivos se suele limitar a 3 o 4 y una altura de no más de 3 metros o 4 como mucho.
A partir del tercer año, si todo va bien, el níspero empezará a dar fruto. A partir de ahí, seguiremos con la poda de formación en menor medida, pero empezamos la poda de mantenimiento para asegurar una buena fructificación. Buena no significa abundante. Hay que buscar un equilibrio.
La poda anual, a partir del tercer año que es cuando da fruto, se realiza a finales de septiembre y durante octubre justo después del periodo estival.
Las cuatro pautas básicas para esta poda de mantenimiento son:
- Si el espacio del jardín es reducido o no quieres que sobrepase ciertos límites, no tengas miedo a limitar el crecimiento lateral de la copa, incluso aunque ello suponga cortar ramas largas, eso sí, siempre por encima de un nuevo brote si quieres conservar el brazo, que imagino que sí ya que será uno de los que has dejado de formación o al menos, secundario. Las ramas que no quieras conservar porque desestabilizan la copa córtalas enteras.
- Elimina cualquier rama enferma o directamente muerta. Mis procedimiento que antes. Corta la rama por una zona que esté sana y por encima de un brote si quieres conservar tal rama. Si la rama no tiene solución, tendrás que hacer una poda total para salvar el resto. Suele ser habitual tener que hacer alguna poda del níspero por fuego bacteriano (Erwinia amylovora).
- El aclareo es fundamental. Controlar el tamaño de la fruta. Haz un aclareo. El níspero suele dar bastantes alegrías, tiene una floración abundante y el número de frutos por árbol puede llegar a ser desmesurado. Esto redunda en frutos más pequeños. Al final el árbol tiene que repartir nutrientes en más unidades de fruto. Son matemáticas simples. Como recomendación, es habitual dejar entre 4 y 8 frutos por terminal (panícula en este caso). Tú mismo verás aquellos que tengan mejor aspecto y tamaño y e irás eliminado el resto. Un buen aclareo es esencial para que el tamaño de los frutos que dejas aumenten hasta casi el doble.
La poda de mantenimiento anual consiste en limitar el crecimiento excesivo de parte vegetativa, lo que se conoce como dosel, para que la luz entre por todo el árbol de la forma más uniforme posible. Esta es la poda del níspero más habitual y que mejor mantiene el equilibrio del árbol si todo lo demás está bien hecho. Se procura eliminar ramas que se entrecrucen u otras que no sigan el patrón de ramificación que tengamos pensado. En este caso se corta la rama desde la articulación para impedir que nuevos brotes vuelvan a tirar. Esta poda se hace después de la recolección. Unas buenas tijeras de podar son la base para cortes limpios sin desgarros.
Por último tenemos la última poda del níspero a realizar. La de regeneración. Si tu árbol es muy viejo, las ramas son improductivas, llega la hora de regenerar. Esta poda es drástica. Te quedas prácticamente sin árbol. Bien se puede hacer total, es decir sin dejar ninguna rama principal y volver a empezar, o bien se puede terciar el árbol, cortando la mitad de ramas
Un consejito final. Si embolsamos algunas panículas, evitamos el picoteo de pájaros e insectos y la maduración de los frutos será más rápida y conseguirán más dulzor. Eso sí. La parte ornamental se nos viene un poco abajo. Eso tendrás que valorarlos tú mismo.
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