Los productores de uva de mesa del norteño estado de Sonora han revisado a la baja las proyecciones iniciales de una cosecha abundante, aunque todo indica que la calidad y el sabor están cumpliendo las expectativas.
Una estimación inicial de la Asociación de Productores de Uva de Mesa de Sonora (AALPUM) en marzo de 2022 preveía una cosecha de 25 millones de cartones de uva para la actual temporada, que normalmente se extiende desde principios de mayo hasta la primera o segunda semana de julio. Sin embargo, posteriormente se revisó a la baja hasta 21,3 millones de cartones; marcando un volumen similar al de 2021.
"Es la primera vez en 20 años que tenemos que revisar una estimación a la baja", comentó el director general de AALPUM, Juan Alberto Laborin.
En cuanto a las causas que explican que el calibre sea menor de lo esperado, Laborín indicó que le cuesta explicar por qué se produjo el fenómeno esta temporada.
"Este año, desgraciadamente, hemos tenido la mitad de encolado que la temporada pasada. Nunca nos habíamos encontrado con una situación similar", detalló.
"Todo el mundo dice que ha sido el clima, pero yo soy técnico de uva, y si se pudieran pedir las condiciones ideales para que la uva crezca, eso es lo que hemos tenido. Las temperaturas eran perfectas para los tamaños que queríamos".
En cuanto a la calidad y el sabor, Laborin aseguró que se obtuvieron los resultados esperados, aunque con un tamaño inferior al de la temporada anterior.
La escasez de lluvias en el norte de México en los últimos dos años, la sequía y el acceso al agua también han sido una preocupación clave para los productores de toda la región, pero Laborin dijo que el sector de la uva en Sonora ha estado bien preparado para las difíciles circunstancias.
"Crecí con escasez de agua, por lo que cuidamos y medimos su uso", señaló Laborin, explicando que los productores de uva de Sonora obtienen su agua de pozos profundos cuya fuente puede rastrearse hasta Nuevo México.
En total, alrededor del 70% del volumen producido por los productores de AALPUM se exporta al a Estados Unidos, y las cantidades restantes se envían a Canadá, seguido del mercado nacional mexicano. También se envían volúmenes menores a través de terceros a Europa y Asia.
Según Laborin, una de las tendencias más significativas que ha experimentado la industria mexicana en los últimos 15 años ha sido la aparición de un fuerte enfoque en el sabor y el desarrollo varietal, con consumidores que buscan nuevas y distintivas experiencias de sabor.
"Hoy en día, en Hermosillo y Guaymas–la zona en la que estamos asentados– más del 50% de la producción corresponde a nuevas variedades: ese es el valor añadido que estamos aportando", explicó.
Entre esos nombres, continuó Laborín, se encuentran Sweet Celebration, Cotton Candy, Gummy Berries, Sugar Crisp y Sweet Sapphire, entre 40 variedades en total, todas ellas sin semilla.
"Estas variedades tienen un gran tamaño, crujiente, apariencia, sabor, consistencia, productividad y rentabilidad para los productores", agregó.
Todo esto a pesar de que la superficie de uva de mesa en Sonora no ha aumentado en los últimos 15 años, según Laborín.
"La superficie plantada en Hermosillo no ha aumentado ni un 10%", admitió.
"No tenemos más agua. Por eso, nuestro crecimiento en los últimos años se ha centrado en las variedades y en aumentar nuestra productividad por hectárea."
