Frutales de bajo consumo hídrico producen más materia seca y más fruta con menos agua 

Frutales como el granado, la higuera, la tuna, el tamarillo (tomate de árbol) y la pitahaya presentan una mayor eficiencia en el uso de agua en las zonas áridas del Norte Chico en Chile que los frutales tradicionales, siendo capaces de producir más materia seca – y más fruta – con la misma cantidad de agua. 

Este es uno de los resultados del proyecto “Prospección y desarrollo de germoplasma varietal de especies de bajo requerimiento hídrico para aumentar la rentabilidad del agua en el Norte Chico”, desarrollado entre las regiones de Coquimbo y Atacama, y que fue ejecutado por el Centro de Estudio de Zonas Áridas de la Universidad de Chile (CEZA) y co-financiado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura de Chile.

Mediante esta iniciativa se insertaron especies frutales de bajo consumo hídrico como alternativa para zonas áridas, con el fin de diversificar la oferta exportadora del país. Se introdujo así el cultivo y manejo agronómico del granado, la higuera, la tuna, el tamarillo y la pitahaya.

La investigación comprobó que estas especies vegetales son capaces de tolerar sequías absolutas (entre 35 a 70 días en pleno verano), pudiendo recuperarse satisfactoriamente luego de ser regadas nuevamente.

De acuerdo a lo reportado por el FIA, esto es un antecedente importante, considerando que las regiones de Coquimbo y Atacama están sufriendo una de las sequías más importantes de su historia y el abastecimiento hídrico para la próxima temporada es incierto.

El frutal más tolerante a la escasez hídrica fue la tuna (70 días), seguido por el granado (50 días), higuera y tamarillo (35 días).

Nicolás Franck, director de CEZA y coordinar de la iniciativa señaló que la tuna, el granado y la higuera están entre los frutales que tienen más posibilidades de consolidarse en el mercado.

"La superficie nacional de higueras bordea las 200 hectáreas y hay empresas que exportan, obteniendo buenos precios, pero es una pequeña proporción si se compara con frutales tradicionales”, dijo Franck.

En el caso de la tuna, en Chile hay unas 1.000 hectáreas, las que están en manos de pequeños agricultores, cuya producción se destina principalmente el mercado local. Según informó el FIA este fruto ha despertado gran interés en los últimos años debido a la sequía que se registra en la Región de Coquimbo.

Si bien a nivel nacional no existen plantaciones comerciales de tamarillo y pitahaya, el coordinador de la iniciativa sostuvo que el Norte Chico es ideal para la producción del primero, ya que se trata de un cultivo que entra rápidamente en producción.

“Los frutales eficientes en utilización de agua permiten que, con una misma cantidad de recurso, se pueda regar una mayor superficie. Son especies que requieren menos agua para alcanzar su rendimiento potencial y que, además, presentan adaptaciones que les permiten tolerar la sequía, gran ventaja respecto de especies tradicionales”, señaló Alfonso Yévenez, ejecutivo de innovación FIA y coordinar de la iniciativa.

Datos

El FIA detalló que el proyecto consideró la prospección nacional e internacional de germoplasma varietal de las especies estudiadas. En dicho contexto, se obtuvo germoplasma nacional para las 5 especies. En cuanto a material extranjero, se consiguió material previamente introducido de tamarillo, tuna y pitahaya (que se había traído al país previo al proyecto pero no se había evaluado); y se introdujo directamente material de granado e higuera.

Gracias a los buenos resultados, el proyecto continuará con el financiamiento del Gobierno Regional de Coquimbo, gracias al Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC R).

La segunda parte del proyecto apuntará al análisis del comportamiento productivo de las especies y variedades en los valles del Limarí y Elqui (Región de Coquimbo), además de la posibilidad de elaborar productos agroindustriales con su fruta y análisis de rentabilidad para producción de fruta fresca y subproductos.

A su vez se está trabajando en la edición de un libro que recogerá los resultados del proyecto a modo de ponerlos a disposición de los interesados.

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