Pasada la primera floración de la lúcuma en los meses de diciembre, enero y febrero con la que se perdió casi el 95%  de los brotes por problemas de altas  temperaturas y deshidratación del polen, se espera en las zonas de Huaral, Cañete y Supe la segunda floración para finales de marzo que vendrá acompañada de un clima otoñal adecuado para el desarrollo de esta fruta propia de  valles interandinos donde las temperaturas diurnas y nocturnas están en promedio de 16 ó17 grados.

“Se prevé que  las temperaturas más bajas de fines de marzo favorecerán un mejor cuajado de la fruta, lo que no sucedió en la floración anterior pues en la costa hemos tenido temperaturas promedio de 25 ó 26 grados, lo que  ha hecho que haya una mala polinización en verano”, manifestó el Ing. William Daga Dávalos investigador en frutales del INIA.

Lo que se espera es que no haya demasiada humedad relativa y para eso recomendamos la aplicación  de productos  preventivos para el control de botrytis. Recordó que hace algunos años los productores de lúcuma no tenían estos problemas pero desde hace 2 a 3 años los fundos en Huaral y Santa Rosa han empezado a tener estos problemas de manera muy seria como consecuencia del cambio climático.

“La humedad relativa, el incremento de las temperaturas, en promedio de medio o un grado hace que los hongos empiecen a aparecer, y de ser muy pasivos, pasan a atacar muy fuertemente a las flores”, explicó.

Será en un par de meses que se sabrá si va bien o va mal la campaña de lúcuma ya que si bien la segunda floración se dará con temperaturas más frías solo faltaría la cuaja del fruto y para ello deben darse todas las condiciones necesarias como aplicación de abonos floreales , control de hongos, manejo de riego, etc.

En el Perú el crecimiento de las áreas  plantadas de lúcuma es lento. Actualmente existen unas 1,920 hectáreas, en tanto que en la década de los 90, eran sólo 500. El incremento de unas 1500 hectáreas se ha dado en los últimos 20 años.

Con la apertura del mercado europeo a la lúcuma, que antes era restringido por ser considerada un novel food,  podemos exportar la fruta en diversas formas y con esto por supuesto va a haber un aumento de la demanda, explicó.

Daga Avalos manifestó que existe mucho interés por el cultivo de la lúcuma en ceja de selva y sierra en zonas de entre  1,800 a 2,000 metros  como Huancavelica, Ayacucho, Huancayo : Este frutal puede crear industrias en las zonas donde se instale.

No obstante advirtió que  el árbol de lúcumo es de crecimiento muy lento (demora 4 años como mínimo) y demanda del agricultor tener un buen capital para invertir  durante ese tiempo hasta que pueda recuperarlo luego de 7 u 8 años.

Mantener la cadena de frío de la pulpa puede ser lo más caro que se puede obtener en pulpas, o de lo contrario se tendría que buscar una metodología para guardar frutas sin que afecte toda la cadena de frio, lo que encarece la pulpa y lo que hace más difícil ponerla en otros sitios.

El kilo de pulpa se vende a FOB US$ 2.80, la harina en US$ 8 dólares el kilo y liofilizado a US$ 12 dólares.

Uniformizar la variedad

El Ing. William Daga recomendó  a los productores uniformizar su producción con la variedad más adecuada ya que es difícil el manejo de un huerto en el que se cultivan diversos ecotipos. Así se obtendrían productos del mismo color, sabor y aroma que es lo que hace Prolúcuma y lo que prefiere el mercado. Asimismo, dijo, la productividad se hace mayor trabajando con menos ecotipos.  El INIA tiene la variedad  La Molina, de color naranja intenso que es el que más se demanda a nivel internacional, subrayó.

Las exportaciones de lúcuma bordean los US$ 25 millones debido a que el 80 % de la producción se consume en el mercado interno.

Fuente: Agronegociosperu.org