Desafortunadamente, pese a que se albergaba la esperanza de que este año el fenómeno de “La Niña” emprendiera su retirada y llegaran las lluvias a la región, los últimos informes del NOAA (National Oceanographic and Atmospheric Administration) del Gobierno de Estados Unidos señalan que “las condiciones de ‘La Niña’ continúan en el Pacífico ecuatorial”, que la temperatura superficial del mar (TSM) persiste y que “la circulación atmosférica, anomalías asociadas a ‘La Niña’, siguen siendo significativas”.

José Rutllant, climatólogo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), corrobora esta información y explica que “dado que esta corriente sigue presente, lo más probable es que ocurra poca precipitación, que se presente una situación más bien de déficit de las mismas en la región”. El científico precisa que esto indica que “en general hay una tendencia a déficit”.

En este sentido, dice que incluso si es que se produce la evolución o paso de la fase de “La Niña” a neutra, tampoco se puede esperar que se produzcan eventos de lluvias en el corto plazo.

El especialista explica que el paso del verano al otoño es el periodo en que existen mejores posibilidades para hacer algún pronóstico, pero eso sólo se puede efectuar cuando hay una señal definitiva. Reconoce que ha habido cierta discusión “porque muchos dicen que ‘La Niña’ está disminuyendo, que pasaría a una situación neutra, pero parece que eso no va a ocurrir dentro de los próximos dos a tres meses”, recalca.

“Esto confirma de que por lo menos en los primeros meses del invierno no deberían haber mayores precipitaciones”, agrega.  Cae destacar que las condiciones de esta corriente se definen tomando en cuenta las temperaturas que hay en la región ecuatorial del Pacífico y es ese factor el que los distintos modelos toman para los siguientes meses. “En la medida en que se mantenga con temperaturas más frías, de medio grado bajo lo normal, la escasez de precipitaciones está documentada y es lo que se podría esperar”.

En cuanto a si habría algún factor que pudiera hacer variar esta condición, Rutllant señala que hay otros fenómenos que no tienen que ver con “La Niña”, como los núcleos fríos en altura, que podrían producir algún evento de precipitaciones importantes, “pero eso es algo totalmente no pronosticable”, sostiene.

En tanto, Cristóbal Juliá, meteorólogo del Ceaza, también confirma que se mantiene “La Niña”, pero que está en su etapa de debilitamiento.

“Lo que los modelos nos indican es que este fenómeno debería pasar a su fase neutra a fines de este mes y con esto podríamos esperar que ya a partir de finales de julio y agosto deberían estar llegando las precipitaciones.Eso sí, dentro de los rangos normales, igual con tendencia a valores bajo lo normal, producto de que llevamos varios meses ya bajo esta influencia”.

Asegura que esto no significa que no va a haber lluvias “lo que pasa es que van a ser bastante más bajas de lo que uno esperaría para un año normal. Esperamos que las lluvias lleguen, pero tardías y que se concentren principalmente en los meses de julio y agosto”, precisa y a la vez añade que “desde ningún punto de vista nosotros esperamos que sea un año lluvioso, es lo menos probable”.

Por esta razón, a su juicio, es  imposible que se recuperen los embalses este año “para que haya una recuperación tiene que haber por lo menos dos años consecutivos con superávit de precipitaciones”, afirma. 

HELADAS. Otro fenómeno que se va a reiterar este invierno según los especialistas es el descenso de las temperaturas.

“De hecho nosotros esperamos que las temperaturas mínimas sean más bajas de lo habitual”, señala Cristóbal Juliá. Esto quiere decir, según indica, que se van a producir periodos de heladas más intensos.

En este sentido, se espera que este fenómeno se extienda incluso a los meses de agosto y septiembre. La recomendación, en este caso, dice el científico, es a que los agricultores se encuentren preparados.

“Las personas que tienen cultivos de uva de mesa, se espera que este año hayan temperaturas más bajas, por lo tanto en los meses de agosto en adelante, si la parra está brotada, se pueden producir daños considerables y serán los meses en los cuales las heladas son más peligrosas, particularmente para ellos”, concluye Juliá.

Fuente: Diario El Dia