Chile: Unifrutti planea triplicar envíos de cerezas en tres años y busca aumentar variedad de sus frutas

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Chile: Unifrutti planea triplicar envíos de cerezas en tres años y busca aumentar variedad de sus frutas

Segunda mayor exportadora del país. La compañía ampliará su capacidad de producción y modernizará la mitad de sus plantas procesadoras.  

No han sido meses prósperos para la industria exportadora de frutas. El bajo tipo de cambio, junto con el aumento de costos de la mano de obra y de la energía han golpeado los márgenes del sector.

Pese al difícil escenario, la segunda mayor exportadora de fruta del país, Unifrutti, tiene un positivo balance de la pasada temporada 2009-2010. En dicho período registró ventas cercanas a los US$ 140 millones, enviando 132.071 toneladas, superando levemente las 127 mil que exhibió en el ejercicio 2008-2009.

Tras los buenos resultados, la compañía ligada al grupo italiano De Nadai International Group, ahora se alista para aumentar su capacidad de producción y apostar fuerte por las exportaciones de cerezas.

La multinacional, explican el gerente general de la firma, Juan José Villasante, y el director comercial, Germán Illanes, invertirá cerca de US$ 12 millones para ampliar su capacidad de producción y modernizar las instalaciones de cuatro de sus ocho plantas procesadoras que opera, que se encuentran ubicadas en las localidades de Teno, Linderos, Requínoa y Copiapó.

"Hemos propuesto reinventarnos para seguir siendo exitosos en este negocio. Una de las fórmulas es producir más, y otra es ser más eficientes en los procesos desde que se cosecha hasta que se desembarca la fruta. Por eso estamos cambiando e invirtiendo en algunas instalaciones", explica Illanes.

El plan de esta modernización está dirigido a un mercado altamente atractivo como es el de las cerezas. Los envíos nacionales del fruto han estado creciendo a tasas de 50% por año, debido, en parte, a la alta demanda de los países asiáticos. Este boom dio motivo a la firma frutera a ponerse como meta triplicar sus envíos en tres años, pasando de sus actuales 600 mil cajas de cinco kilos a 1,8 millones de cajas.

"Hay una apuesta por las cerezas, hemos estado plantando variedades nuevas, más resistentes a traslados más largos, de mejores tamaños, colores y sabores. Es un mercado atractivo", explica Villasante.

Diversificar variedades

Pero no sólo en las cerezas están puestas las fichas de la compañía. Desde hace algunos años la firma de capitales italianos se encuentra diversificando sus variedades frutales con el propósito de exportar productos de mayor valor. Para evidenciar lo anterior, es que en los últimos tres años Unifrutti pasó de tener 4.500 hectáreas a 6 mil, debido a la prueba y apuesta por nuevos cultivos, entre los que se encuentran los de características genéticas.

"Una de las medidas es vender más caro frente a este escenario de mayores costos y menores retornos por dólar y por eso estamos desarrollando variedades", señala el director comercial. A lo anterior también se suma la reinversión de sus huertos que han estado llevando adelante en los últimos años, a las tasas de arranque y reposición de plantaciones cercanas a un 10% por ejercicio.

En el marco de esta estrategia, una de las variedades más perjudicadas ha sido la Thompson Seedless, debido a su alto costo de cosecha tanto en mano de obra como en uso energético. Ejemplo de lo anterior es que la compañía ha arrancado cerca de 700 hectáreas de la variedad de uva de mesa. "Hemos tenido que reinventar algunos huertos debido a las necesidades que nos han impuesto las circunstancias actuales del sector exportador. Por eso hemos sido más drásticos en esta medida durante los últimos tres años, para rentabilizar y seguir siendo exitosos", afirma Villasante.

6 mil hectáreas plantadas de producción tiene Unifrutti en la actualidad.

US$ 140 millones fue la facturación de la compañía en 2010.

1,8 millones de cajas de cerezas planea exportar la compañía dentro de los próximos tres años.

132 mil toneladas de fruta exportó la empresa en la temporada 2009-2010.

Fuente: El Mercurio

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