Una fruta, una historia: cómo Sinclair puso nombre y sostenibilidad al producto fresco

Sinclair fue fundada en Reino Unido por Peter Briggs en 1982. Operando bajo un modelo de arrendamiento de etiquetas-máquinas-servicio, hoy está presente en más de 45 mercados a nivel global.
Ya que las frutas y verduras individuales carecían de identidad en aquellos años, la empresa decidió que era momento de darles una identidad con la imagen de la marca. Para ello, patentaron un sistema automático de etiquetado de alta velocidad, una idea que hoy ha evolucionado a etiquetas compostables. La misión de la empresa es minimizar su impacto ambiental ofreciendo etiquetas compostables que cumplan con los estándares de seguridad alimentaria, compostabilidad, calidad y rendimiento.
“El mercado del etiquetado ha crecido constantemente, ya que marcas y minoristas aprovechan los beneficios que ofrece la etiqueta en la fruta”, dice Duncan Jones, marketing director en SINCLAIR.
En exclusiva con Portalfruticola.com relató que la primera idea de una etiqueta de fruta compostable surgió a principios del 2000, pero en ese entonces la ciencia y la tecnología no estaban lo suficientemente avanzadas para desarrollarla eficazmente. “El primer proyecto formal comenzó en 2008, impulsado por la preocupación de los compostadores industriales que encontraban etiquetas convencionales contaminando el compost; estas etiquetas debían ser retiradas manualmente, lo que era laborioso y costoso”.
“Gracias a alianzas con clientes como Zespri Group, se avanzó en la creación de una etiqueta que no tuviera impacto negativo tras su eliminación y hoy seguimos colaborando estrechamente con nuestros clientes en la mejora continua de nuestras etiquetas y sistemas de etiquetado”.
La primera etiqueta compostable fue lanzada en 2014, tras seis años de investigación y desarrollo. Luego llegó una versión certificada para compostaje industrial, y tres años después, una etiqueta certificada para compostaje doméstico. La generación más reciente fue lanzada en 2024, certificada tanto para compostaje doméstico como industrial y con un rendimiento comparable al de las etiquetas plásticas convencionales.
La identidad central de Sinclair gira en torno a la etiqueta de fruta
¿Qué papel juegan las etiquetas en la decisión de compra?
Actúan como solución de envasado brindando información esencial en el punto de venta, ayudando al consumidor a tomar decisiones informadas. En algunos mercados, comprar productos frescos sueltos es una tendencia creciente para evitar el desperdicio de alimentos y la etiqueta asegura que cada fruta tenga identidad e información asociada.
Puede incluir datos como la marca, variedad, origen o método de producción, lo que permite diferenciar productos según las necesidades del consumidor. También genera confianza, asegurando que el consumidor compra lo que se anuncia. Además, las etiquetas con códigos de barras facilitan el proceso de pago, especialmente en cajas de autoservicio.
¿Cuán importante es la sostenibilidad en la industria de productos frescos? ¿Cómo impacta a clientes y consumidores?
La sostenibilidad es un motor fundamental en nuestra industria, especialmente en lo referente al embalaje. La legislación está impulsando este cambio, aunque no de forma armonizada ni con plazos unificados, lo cual ralentiza el progreso.
Para Sinclair, es motivador liderar nuestro nicho, compartir iniciativas sostenibles y colaborar con otros actores. Actualmente desarrollamos un programa hacia emisiones netas cero y múltiples mejoras operativas incrementales para cumplir nuestras metas de responsabilidad social y corporativa.
Sin embargo, la falta de armonización normativa dificulta la adopción de etiquetas compostables, al igual que la educación: la desinformación ha generado desconfianza. Las certificaciones ayudan, pero también requieren mayor comunicación y comprensión por parte del consumidor.

Duncan Jones, marketing director en SINCLAIR.
Actualmente, Sinclair ofrece dos etiquetas compostables certificadas: T50 y T55. La primera es de papel certificada para compostaje doméstico, desarrollada inicialmente para la legislación francesa de 2022. Se usa en algunas aplicaciones de etiquetado a alta velocidad, pero principalmente en el etiquetado manual de bananas.
La segunda, es la más exitosa. Está certificada tanto para compostaje doméstico como industrial, lo que reduce la complejidad para los exportadores. Es apta para múltiples flujos de desechos y tiene un rendimiento de aplicación igual al de las etiquetas convencionales, lo que ha sido clave para su adopción. Ya está siendo usada por más de 360 clientes en 13 mercados.
El éxito de T55, de acuerdo a Jone, radica en su rendimiento en la aplicación, que es equivalente al de las etiquetas de fruta convencionales. "Esto es fundamental tanto para los clientes como para los minoristas, ya que en el pasado las etiquetas compostables no ofrecían el mismo desempeño que las etiquetas tradicionales", dijo.
"Muchos clientes tienen objetivos específicos para la aplicación de etiquetas, por lo que contar con una etiqueta que los cumpla o incluso los supere es un paso importante para la adopción de la etiqueta T55", agregó.
¿Por qué es importante que las empresas usen etiquetas compostables?
Simplemente, es la elección consciente con el medio ambiente. T55 cumple con todos los criterios para ser un reemplazo viable y eficaz de las etiquetas convencionales; contribuye a eliminar el plástico de un solo uso de la cadena de suministro. También es una opción viable como alternativa de embalaje en términos de reducción del peso del empaque, lo que potencialmente puede reducir costos.
También cumple con el objetivo original desde que comenzó el etiquetado de frutas hace más de 40 años: dar identidad a los productos frescos e información en el punto de venta para los clientes. Ahora esto puede lograrse sin afectar negativamente al medio ambiente.
¿Cómo se relacionan con los principales actores clave?
Desde el lanzamiento de T55 hace más de seis meses, ahora nos enfocamos en involucrar a las audiencias desde un enfoque educativo sobre las etiquetas compostables. Esto gira principalmente en torno a las certificaciones: por qué son importantes y qué significan algunos de los términos que suelen generar confusión. Respondemos preguntas y atendemos nuevas consultas, como por ejemplo, cómo se comporta T55 en procesos de digestión anaeróbica.
Tenemos la suerte de contar con un producto tan comprometido con el medio ambiente que podemos mostrar funcionando de forma tangible y con una base de clientes motivada a participar. Nuestra clientela está dispuesta a involucrarse en todo lo relacionado con lo compostable, por lo que hablamos directamente con ellos para ayudarles a comprender el producto y los temas que lo rodean. La retroalimentación ha sido positiva, como lo demuestra el número de adopciones de T55 en los últimos meses, incluso en mercados donde la legislación o normativas sobre etiquetas compostables para frutas aún están a años de implementarse.
También escuchamos atentamente los comentarios y trabajamos activamente con clientes y partes interesadas para responder o impulsar estudios e investigaciones adicionales sobre el rendimiento de T55 en su aplicación.
Esta historia aún continúa, con ensayos de T55 para nuevos requisitos en plantas de empaque o para comprender mejor su comportamiento en procesos de digestión anaeróbica. Escuchar los comentarios y mantener un diálogo honesto y abierto es esencial para lograr una interacción positiva, tanto ahora como en el futuro. Actuar de esta manera es una de las razones por las que Sinclair ha tenido éxito durante más de 40 años.
¿Cómo perciben el compromiso corporativo global con la responsabilidad ambiental?
En Sinclair, reconocemos la importancia de la sostenibilidad corporativa para construir un futuro mejor para nuestro planeta y nuestras comunidades. Estamos comprometidos con la integración de prácticas sostenibles en todos los aspectos de nuestras operaciones, desde el desarrollo de productos hasta la gestión de la cadena de suministro y más allá. Esto no está impulsado únicamente por el cambio en el comportamiento de los consumidores ni por una mayor conciencia ambiental.
Es nuestra ambición que el 100% de nuestras ventas de etiquetas sean certificadas como compostables. Es difícil establecer un plazo exacto para lograrlo, ya que aún hay desafíos por superar —como la impresión bajo demanda—, pero estamos trabajando activamente para alcanzar este objetivo lo antes posible.
La transparencia y la responsabilidad en nuestros esfuerzos de sostenibilidad son fundamentales para nosotros. Estamos comprometidos a comunicar abiertamente nuestro desempeño en sostenibilidad, incluyendo logros, desafíos y áreas de mejora. Al asumir la responsabilidad de nuestras acciones, buscamos generar confianza y credibilidad con los actores clave de nuestra industria. En Sinclair, la sostenibilidad no es solo una meta, es un compromiso firme de hacer nuestra parte para crear un futuro más brillante y sostenible para las generaciones venideras.
¿Cuál es el mayor desafío que enfrenta Sinclair en este sentido?
Como empresa global, uno de nuestros mayores desafíos es el transporte. Nos enorgullece la rapidez de nuestro servicio al cliente y poder enviar técnicos rápidamente a las plantas de empaque. Esto puede presentar retos en términos de sostenibilidad, pero trabajamos para encontrar la mejor opción y al mismo tiempo cumplir con los requisitos de nuestros clientes. Otro desafío es el compromiso de Sinclair con la transparencia y la rendición de cuentas en nuestros esfuerzos de sostenibilidad. Es fundamental que, en todos nuestros sitios, cualquier información o estadística que compartamos sea 100% verídica. Nuestro programa NetZero está en una etapa inicial, pero nos brindará un mayor enfoque y oportunidades para mejorar nuestro desempeño en sostenibilidad corporativa. Es un camino en el que nuestros empleados están plenamente comprometidos e involucrados.
¿Cómo funciona el proceso de descomposición y biodegradación de sus etiquetas para garantizar que contribuyan al compost y enriquezcan el suelo?
¡Esto puede ser bastante técnico! De forma sencilla, las etiquetas T55 de Sinclair se descomponen y biodegradan de la misma manera que el material orgánico —como el césped, las hojas o las cáscaras de fruta—, sin contaminar el suelo, las plantas ni la fauna. Y esto ocurre en un plazo de hasta 365 días en compostaje doméstico y 180 días en compostaje industrial.
Por supuesto, en el compostaje doméstico esto depende de factores ambientales como la temperatura y la humedad, pero hemos realizado pruebas con video en time-lapse y los resultados son impresionantes.
Por ejemplo, al día 50, la mayor parte de la etiqueta prácticamente ha desaparecido. Recientemente, llevamos a cabo una nueva serie de pruebas con time-lapse que mostraron resultados aún más rápidos. Bajo condiciones de compostaje doméstico, una etiqueta se descompuso completamente en menos de 12 semanas. Ver esos resultados visuales al final de la vida útil en video fue sorprendente y una herramienta poderosa para demostrar que T55 cumple lo que promete.
¿Qué tan importante es que las etiquetas incluyan información esencial del producto, como origen, variedad, etc.?
Incluso etiquetas pequeñas permiten a los productores destacar características únicas de su fruta, como el origen, la variedad o el sabor. El papel del marketing en el etiquetado de frutas puede tener una gran influencia en las decisiones de compra del consumidor final, por lo que es muy importante incluir información crítica.
Otros factores incluyen la presentación de la identidad de marca, lo cual ayuda a los clientes a reconocer y recordar marcas específicas, fomentando la lealtad con el tiempo. También hay una necesidad creciente de reducir los residuos de envases, no solo por las próximas regulaciones, sino también para disminuir nuestro impacto ambiental. Las decisiones de compra de los consumidores son cada vez más conscientes con el medio ambiente. Así que usar etiquetas de frutas que incluyan información esencial hará que tu marca sea percibida de forma más positiva.
En términos de innovación, ¿cuáles son sus planes a corto y largo plazo? ¿Pueden compartir algún desarrollo próximo en Sinclair?
Seguimos innovando en el desarrollo de etiquetas compostables. Estamos cumpliendo con los objetivos de clientes y minoristas para más de 19 tipos de frutas y verduras, pero, al igual que con las etiquetas convencionales, siempre hay margen de mejora. Por ejemplo, acabamos de completar una prueba exitosa en Australia, trabajando con un cliente para probar T55 en procesos de irradiación y fumigación. Esto era esencial para cumplir con los requisitos de seguridad alimentaria en ese mercado. Me complace decir que fue otra prueba de rendimiento en la que T55 tuvo éxito. Seguiremos siendo proactivos para mantenernos como líderes del mercado en el desarrollo futuro de soluciones de etiquetado.
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Actualmente no todas las etiquetas de Sinclair son compostables, pero la empresa está trabajando para lograrlo. Esta ofrece una variedad de etiquetas para satisfacer diferentes necesidades y requisitos de los clientes. su portafolio incluye etiquetas especiales como Sinclair Peel & Reveal™ y etiquetas de impresión bajo demanda, que no están disponibles como compostables.
"Nuestra ambición futura es que el 100% de nuestras etiquetas estén certificadas como compostables. Es un objetivo ambicioso, pero con una creciente demanda de etiquetas ecológicas, nuevas legislaciones en curso y presión del consumidor, estamos bien posicionados a la vanguardia del desarrollo de etiquetas compostables para productos frescos", comentó Jones.
Hoy, las etiquetas T55 cuentan con cuatro certificaciones para compostaje doméstico, como TÜV AUSTRIA, DIN CERTCO y ABA. Sinclair también es la primera empresa en recibir la certificación de compostaje doméstico en el Reino Unido otorgada por Renewable Energy Assurance Limited (REAL).
Una distinción importante es que la construcción de la etiqueta T55 está certificada como “Producto Terminado”, no solo como componentes. Esta es la máxima categoría de certificación y significa que la etiqueta final, ya fabricada, ha sido evaluada y validada de forma independiente como conforme con normas internacionales de compostaje doméstico AS 5810 y NFT 51-800, y de compostaje industrial EN 13432. Estas normas forman la base para las certificaciones.
"La educación es fundamental para la adopción de productos compostables, no solo en el caso de etiquetas para frutas. Y esto no solo aplica dentro de la industria (minoristas, empacadores, etcétera), sino también para los consumidores finales que compran los productos en supermercados", concluyó Jones.