Revolución en la polinización: tecnología de polen líquido promete hasta un 20% más de producción

En la industria frutícola, la polinización juega un rol fundamental y conjugan diferentes factores, entre ellos el clima, que actualmente es cada vez más impredecible, lo que provoca en algunos casos desincronización floral y una menor eficacia de los polinizadores naturales.

Frente a este escenario, la polinización se ha transformado en un desafío estructural para la industria frutícola a nivel mundial. Ante ello surge BioPollen, una empresa chilena que desde 2019 impulsa una tecnología de polinización asistida basada en la extracción y preservación de polen en medio líquido.

Para conocer más detalles, Portalfruticola.com conversó con Diego Domínguez, gerente general de BioPollen, quien explicó que la iniciativa nació al interior de un grupo agrícola con amplia trayectoria en la producción de fruta de exportación, particularmente palta.

“El palto produce miles de flores, pero menos del 0,1% termina convirtiéndose en fruto. Ahí vimos que había un potencial enorme desaprovechado”, dijo. A ello se suma que la flor del palto resulta poco atractiva para las abejas, lo que limita aún más la polinización natural.

Innovación al servicio de la agricultura

La solución desarrollada por la empresa consiste en cosechar manualmente las flores justo antes de su apertura. En ese sentido Domínguez puntualizó que es el momento en que el polen es más abundante y viable para extraerlo mediante un proceso propio, para luego preservarlo por semanas a baja temperatura y luego aplicarlo en los campos mediante drones, helicópteros o aviones, según la superficie y la geografía.

Indicó que “el objetivo es simple y directo: hacer llegar más granos de polen viables a cada flor femenina y aumentar así el cuaje de fruta”.

Los resultados, según Domínguez, muestran incrementos productivos promedio en torno al 20% en paltos, aunque el impacto es mayor en años con condiciones climáticas adversas. “Nos vemos como una especie de seguro agrícola. Cuando todo se da perfecto, nuestro aporte es menor, pero cuando el clima no acompaña, ahí hacemos la diferencia”, señaló.

Fue claro al decir que, en la mayoría de los casos, la tecnología actúa como complemento a las abejas, no como reemplazo: “Nuestro servicio se realiza manteniendo las prácticas culturales del agricultor en torno a las abejas, y en el caso del palto ya aplicamos campos completos sin el uso de abejas”.

Domínguez detalló que, tras validar la técnica en palto, BioPollen amplió su alcance a otros cultivos como almendro, cerezo, avellano y pistacho. Además, han realizado ensayos en maíz y otros cultivos anuales, que en algunos casos han mostrado incrementos de hasta un 40%, y también se encuentran validando la tecnología en kiwi, nogal, arándanos, entre otros.

Asimismo, comentó que la empresa opera en Chile, Estados Unidos, Perú y Colombia, y trabaja en conjunto con universidades de prestigio como Riverside y Oregon para validar científicamente su eficacia.

Proyección

BioPollen ya ha superado las 10 mil hectáreas aplicadas en América, con un crecimiento cercano al 30% anual. Domínguez señaló que solo en la última temporada la tecnología se utilizó en cerca de cinco mil hectáreas. En paralelo, la compañía continúa perfeccionando su método.

“Hoy logramos extraer hasta cuatro veces más polen por kilo de flor y aumentamos la viabilidad desde niveles cercanos al 50% hasta rangos de 80–90%”, expuso.

Dijo que el futuro de la agricultura pasa por reducir la incertidumbre. “No podemos controlar el clima, pero sí podemos controlar cuántos granos de polen viables llegan a cada flor. Nuestro aporte es entregar certezas en una etapa clave del proceso productivo”.

Finalmente, envió un mensaje a los agricultores centrado en abrirse a probar nuevas tecnologías: “La polinización asistida dejó de ser una rareza y se está transformando en una práctica cada vez más habitual. Los resultados están a la vista y el potencial es enorme”.

*Fotografías gentileza BioPollen

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