Industria bananera de Costa Rica enfrenta un año complejo por afectaciones climáticas y presión cambiaria
La canasta agroexportadora de Costa Rica ha estado respaldada por el banano, que en 2024 totalizó US$ 1.241 millones en envíos a diversos mercados internacionales, junto a su aporte en empleo, desarrollo rural e infraestructura comunitaria.
Sin embargo, 2025 se ha convertido en un año desafiante para el sector, así lo indicó Omar Sánchez, director de inteligencia de negocios de Corporación Bananera Nacional de Costa Rica, Corbana.
“Este año ha sido completamente atípico. Nunca habíamos tenido una afectación climática que implicara pérdida de fruta asociada a plagas en esta magnitud”, dijo en entrevista con Portalfruticola.com.
Los números lo confirman, pues a septiembre de 2025 la industria registra una reducción del 15,3% en producción, “un golpe profundo para un sector acostumbrado a la estabilidad”, indicó Sánchez.
Impacto del clima
La industria del banano costarricense ha sufrido las implicancias climáticas desde finales de 2024, debido a un aumento inusual de precipitaciones que cubrió las principales zonas productoras. Las lluvias rompieron el balance natural, generando condiciones perfectas para la expansión de Sigatoka Negra, la enfermedad foliar más agresiva que afecta al banano.
Sánchez explicó que la enfermedad debilitó las plantas, reduciendo el número de hojas funcionales y impactando en la fotosíntesis, provocando fruta inmadura o subdesarrollada. “El resultado: miles de cajas descartadas para exportación, porque Costa Rica decidió no comprometer su reputación”, comentó.
“Preferimos exportar menos antes que sacrificar calidad”, aseguró el ejecutivo.
Pese a ello, el sector mantiene su extensión en 42.000 hectáreas, una superficie estable durante más de 15 años gracias a un proceso de concentración en suelos de alto rendimiento. Sánchez señaló que el promedio productivo es superior a 3.000 cajas por hectárea por año, uno de los más altos del mundo.

Afectación por el tipo de cambio
El director de inteligencia de negocios de Corbana señaló que, mientras las lluvias impactaban la producción, otro fenómeno avanzaba en paralelo: la fuerte revaluación del colón costarricense. “El dólar cayó a niveles históricamente bajos, menos de 500 colones, deteriorando la competitividad del banano costarricense, cuyos ingresos son en dólares pero cuyas operaciones diarias se pagan en moneda local”.
Dijo que dicha situación ha generado menos fruta disponible para exportación y ha reducido los ingresos netos de los productores.
Exportación de banano de Costa Rica
El representante de Corbana subrayó que Costa Rica continúa siendo una potencia bananera, con exportaciones promedio de 125 a 126 millones de cajas por año. El país suele ubicarse entre el tercer y cuarto mayor exportador mundial, con alrededor del 14% del mercado global.
Esta posición ha sido sostenible gracias a los altos estándares de calidad, prácticas agrícolas certificadas, infraestructura de primer nivel y una cadena exportadora altamente profesionalizada.
Consultado sobre los mercados de destino, expuso que un 39% se envía a la Unión Europea, seguido de un 32% a Estados Unidos, luego se encuentra Reino Unido con un 9% y otros mercados (Medio Oriente, China y Asia emergente) con un total de un 12%.
Más allá del clima y la economía, Sánchez advirtió sobre un desafío sistémico, “la distribución desigual de ingresos dentro de la cadena global del banano”.
En ese sentido aseguró que los supermercados concentran una proporción excesiva del margen final mientras presionan a la baja los precios pagados a los productores. “Los supermercados buscan precios cada vez más bajos mientras asumen cero riesgo. Eso debe cambiar”, afirmó.

Durante el análisis realizado por Sánchez, indicó que la situación actual de la industria ha acelerado una discusión largamente postergada: la necesidad de una agricultura más científica y digitalizada.
"Desde Corbana vislumbra una industria que utilice sensores climáticos, modelos predictivos de brotes de enfermedades, inteligencia de negocios, inteligencia artificial (IA) para análisis agronómicos en tiempo real, sistemas automatizados de monitoreo de suelos y modelos de pronóstico basados en big data”, expuso.
Sánchez explicó que el objetivo es anticipar problemas, reducir pérdidas y tomar decisiones con mayor sustento científico. “Esta situación podría ser el detonante para impulsar la adopción tecnológica que el banano necesita”.
Comentó que el banano es uno de los sectores agrícolas con mayor formalidad laboral del país, donde los trabajadores cuentan con todas las garantías sociales. “Es una industria que transfiere parte de su valor económico directamente al desarrollo local”.
A pesar de los desafíos, Sánchez descartó que el sector esté en crisis y dijo: “Lo que vive Costa Rica es parte de un ciclo, donde algunos años el clima golpea a unos países, y otros años a otros, equilibrando el abastecimiento global”.
Concluyó diciendo que la mirada está puesta en 2026, “un año que probablemente inicie con menos fruta pero con mayores expectativas de recuperación climática, tecnológica y comercial”.
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