INIA impulsa dos proyectos para mejorar la competitividad del cerezo en Chile
Con la Región de O'Higgins consolidándose como la principal zona productiva de cerezas en Chile, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) Rayentué llevará a cabo dos proyectos que buscan resolver desafíos críticos del rubro.
INIA informó que el objetivo principal de estas investigaciones es fortalecer la competitividad y la sanidad del cerezo mediante soluciones de alto impacto para productores y la industria.
La primera de estas iniciativas es el proyecto “Estrategias para mitigar el daño por piel de lagarto en cerezas de exportación para mejorar la competitividad de la industria”. Este cuenta con una inversión total de CLP $219.785.480 y se ejecutará entre abril de 2026 y abril de 2029, considerando 36 meses de trabajo en huertos de las regiones de O’Higgins y Metropolitana.
Cómo enfrentar la piel del largarto
El proyecto sobre piel de lagarto abordará uno de los problemas fisiológicos más relevantes para la exportación de cerezas: busca comprender por qué ocurre este daño durante el almacenamiento y el transporte de larga distancia, y diseñar estrategias de manejo en el huerto y la postcosecha que permitan reducir de forma significativa las pérdidas de fruta exportable, con una meta de disminuir en al menos un 20% las mermas asociadas al desorden.
El trabajo combinará la evaluación de variedades, ajustes de riego y nutrición, tecnologías de enfriamiento y atmósferas controladas, además del desarrollo de un modelo predictivo con apoyo de inteligencia artificial, detalló en instituto.

El segundo proyecto es “Validación de un modelo de alerta preventiva contra los principales hongos de madera que afectan al cultivo del cerezo para mantener los estándares de calidad y competitividad en el mercado”, con una inversión de CLP $236.173.479, que se desarrollará entre junio de 2026 y junio de 2029 en huertos de las regiones de O’Higgins, Metropolitana, Ñuble y Maule.
La investigación en hongos de madera validará un sistema de alerta temprana que integra el monitoreo de esporas mediante técnicas moleculares con información climática. El objetivo es entregar a los productores señales claras sobre los momentos de mayor riesgo de infección, permitiendo aplicar manejos sanitarios más oportunos y eficientes, prolongar la vida útil de los huertos y mantener los estándares de calidad que requieren los mercados de exportación.
*Fotografías INIA.
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