Solarización de suelos: técnica ecológica y beneficios para la agricultura moderna
La solarización de suelos representa una revolución en las prácticas agrícolas sostenibles, ofreciendo una alternativa ecológica y económica para el control de plagas y enfermedades del suelo. Esta innovadora técnica de desinfección de suelos aprovecha la energía solar como recurso natural para mejorar la salud y productividad de los terrenos agrícolas.
En un contexto donde la agricultura moderna busca reducir su dependencia de productos químicos, la solarización emerge como una solución práctica que combina eficacia, sostenibilidad ambiental y viabilidad económica. Este artículo explora en profundidad los principios, beneficios y aplicaciones prácticas de esta técnica transformadora que está cambiando la forma en que los agricultores abordan el manejo integrado de sus cultivos.
Tabla de Contenidos
- 1. ¿Qué es la Solarización de Suelos?
- 2. Beneficios Agronómicos de la Solarización
- 2.1 Control de Enfermedades y Plagas
- 2.2 Supresión de Malezas
- 2.3 Mejora de la Fertilidad del Suelo
- 3. Pasos Fundamentales para Implementar la Solarización
- 3.1 Preparación del Terreno
- 3.2 Proceso de Aplicación
- 4. Casos de Éxito en América
- 4.1 Cultivos de Tomate y Hortalizas
- 4.2 Pimiento y Cucurbitáceas
- 4.3 Hortalizas de Hoja y Bayas
- 5. Recomendaciones Prácticas para Agricultores
- 6. Análisis Comparativo y Resultados
- 7. Preguntas Frecuentes sobre Solarización de Suelos
1. ¿Qué es la solarización de suelos?
La solarización de suelos constituye un método ecológico revolucionario que utiliza la energía solar para desinfectar la tierra de manera natural y eficiente.
Esta técnica de control de plagas consiste en cubrir el suelo previamente humedecido con plástico transparente, generalmente polietileno con protección UV, durante varias semanas en la época más calurosa del año.
El proceso de solarización aprovecha el efecto invernadero creado bajo el plástico para elevar la temperatura del suelo a niveles letales para muchos organismos patógenos.
Durante la desinfección solar del suelo, las temperaturas pueden alcanzar y superar los 45°C en las capas superficiales, creando condiciones adversas para hongos fitopatógenos, bacterias dañinas, nematodos parásitos y semillas de malezas.
La efectividad de la solarización radica en la combinación de altas temperaturas sostenidas y la humedad retenida en el suelo, que genera vapor y facilita la conducción del calor hacia capas más profundas. Este proceso térmico no solo elimina organismos nocivos, sino que también induce cambios bioquímicos beneficiosos en el suelo, aumentando la disponibilidad de nutrientes esenciales como nitrógeno, potasio, magnesio y calcio.
2. Beneficios agronómicos de la solarización
2.1 Control de enfermedades y plagas
El control biológico de plagas mediante solarización de suelos representa uno de los beneficios más significativos de esta técnica. Las altas temperaturas generadas bajo el plástico transparente, superiores a 45°C, resultan letales para una amplia gama de patógenos del suelo.
Los hongos fitopatógenos como Verticillium, Phytophthora, Fusarium y Sclerotinia experimentan una reducción drástica en su población viable. La solarización también controla eficazmente bacterias patógenas y nematodos parásitos, incluyendo los devastadores nematodos agalladores del género Meloidogyne.
Como se muestra en el Gráfico 1, la eficacia de la solarización de suelos varía según el tipo de patógeno, alcanzando niveles de control superiores al 80% en la mayoría de los casos tras 4-6 semanas de tratamiento.

La efectividad del tratamiento térmico del suelo se extiende también al control de larvas de insectos y pupas que hibernan en el suelo. Este amplio espectro de acción convierte a la solarización en una herramienta integral para el manejo sanitario del suelo, reduciendo significativamente la incidencia de enfermedades como pudriciones radiculares, marchitamientos vasculares y muerte súbita de plántulas en cultivos susceptibles.
2.2 Supresión de malezas
La solarización de suelos demuestra una notable eficacia en el control de malezas anuales, especialmente aquellas cuyas semillas se encuentran en los primeros centímetros del perfil del suelo.
El proceso térmico elimina la viabilidad de la mayoría de las semillas superficiales, siendo particularmente efectivo contra malezas de invierno y especies sensibles al calor.
Estudios realizados en Costa Rica han documentado que después de 9 semanas de solarización, casi el 90% de los tubérculos de Cyperus rotundus, una maleza extremadamente persistente, fueron eliminados efectivamente.
Sin embargo, es importante reconocer que las especies perennes con sistemas radiculares profundos o rizomas pueden requerir aplicaciones repetidas de solarización para lograr un control satisfactorio.
La eficacia del tratamiento depende de factores como la profundidad de las semillas, la duración del período de solarización y las temperaturas máximas alcanzadas.
La combinación de solarización con otras prácticas culturales, como el uso de cultivos de cobertura o mulching orgánico posterior, puede mejorar significativamente el control a largo plazo de las malezas problemáticas.
2.3 Mejora de la fertilidad del suelo
Uno de los beneficios más sorprendentes de la solarización de suelos es su capacidad para mejorar la fertilidad del suelo y la disponibilidad de nutrientes.
El incremento de temperatura acelera los procesos de mineralización de la materia orgánica, liberando nutrientes esenciales como nitratos (NO₃), amonio (NH₄), potasio (K), magnesio (Mg) y calcio (Ca) en formas fácilmente asimilables por las plantas.
Este fenómeno de liberación de nutrientes mediante solarización puede resultar en incrementos significativos en el vigor y rendimiento de los cultivos posteriores.
Como se observa en la Tabla 1, la solarización de suelos incrementa significativamente la disponibilidad de nutrientes esenciales en el suelo, mejorando las condiciones para el desarrollo óptimo de los cultivos.
| Nutriente | Concentración Pre-Solarización (mg/kg) | Concentración Post-Solarización (mg/kg) | Incremento (%) |
|---|---|---|---|
| Nitrógeno (N-NO₃) | 25 | 48 | 92% |
| Nitrógeno (N-NH₄) | 15 | 28 | 87% |
| Potasio (K) | 180 | 265 | 47% |
| Magnesio (Mg) | 120 | 168 | 40% |
| Calcio (Ca) | 850 | 1105 | 30% |
| Fósforo (P) | 35 | 52 | 49% |
Investigaciones realizadas en distintas regiones de América han confirmado que los cultivos establecidos en suelos solarizados presentan mayor vigor, mejor calidad y rendimientos superiores comparados con parcelas no tratadas.
Por ejemplo, estudios en cultivos de rúcula y lechuga reportaron incrementos de rendimiento superiores al 40% en suelos solarizados, atribuyendo estos resultados tanto a la mejora nutricional como a la reducción de la presión de patógenos y malezas.
3. Pasos fundamentales para implementar la solarización
3.1 Preparación del terreno
La preparación adecuada del terreno es fundamental para el éxito de la solarización de suelos. El primer paso consiste en realizar una labor profunda del suelo, utilizando arado o rastra para desmenuzar completamente los terrones y crear una superficie uniforme.
Esta preparación debe alcanzar una profundidad de al menos 20-30 centímetros para asegurar que el calor penetre efectivamente en las capas donde se encuentran la mayoría de los patógenos y semillas de malezas.
Es esencial remover todos los residuos de cosecha anteriores y eliminar las malezas existentes, ya que estos materiales pueden interferir con la transmisión del calor y crear bolsas de aire que reducen la eficacia del tratamiento.
El siguiente paso crítico en la preparación para la solarización es el riego profundo del suelo. El terreno debe humedecerse hasta alcanzar aproximadamente el 70% de su capacidad de campo, lo que típicamente requiere aplicar entre 50-100 mm de agua, dependiendo del tipo de suelo.
La humedad es esencial porque el vapor de agua actúa como conductor del calor, permitiendo que las altas temperaturas penetren más profundamente en el perfil del suelo.
Además, la humedad activa las semillas de malezas y esporas de hongos, haciéndolas más susceptibles al tratamiento térmico de la solarización.
3.2 Proceso de aplicación
La aplicación correcta del plástico es crucial para maximizar la efectividad de la solarización de suelos. Se debe utilizar película de polietileno transparente con tratamiento UV, con un espesor entre 25 y 50 micras para asegurar durabilidad y óptima transmisión de la radiación solar.
El plástico debe extenderse sobre el suelo húmedo inmediatamente después del riego, evitando la formación de arrugas o bolsas de aire que puedan reducir el contacto con la superficie del suelo. Los bordes del plástico deben enterrarse a una profundidad de 15-20 centímetros o sellarse con tierra para crear un ambiente hermético que maximice la acumulación de calor.
Como se ilustra en el Gráfico 2, la temperatura del suelo durante la solarización varía según la profundidad, alcanzando los valores más altos en la superficie y disminuyendo gradualmente con la profundidad.

La duración del tratamiento de solarización es un factor determinante en su efectividad. En regiones con alta radiación solar y temperaturas elevadas, un período de 4-6 semanas suele ser suficiente para lograr un control efectivo de patógenos y malezas.
Sin embargo, en climas más templados o durante períodos con nubosidad frecuente, puede ser necesario extender el tratamiento hasta 8 semanas. Es fundamental mantener el plástico intacto durante todo el período de solarización, reparando inmediatamente cualquier rotura o perforación que pueda comprometer la acumulación de calor.
La época óptima para realizar la solarización de suelos coincide con los meses de mayor radiación solar: junio-agosto en el hemisferio norte y diciembre-febrero en el hemisferio sur.
4. Casos de éxito en América
4.1 Cultivos de tomate y hortalizas
Los resultados de la solarización de suelos en cultivos de tomate (Solanum lycopersicum) en América del Sur han sido extraordinarios.
Estudios realizados en diversas localidades han documentado que las parcelas de tomate sometidas a solarización produjeron frutos significativamente más numerosos y de mayor calibre comparados con parcelas sin tratamiento.
En Ecuador, investigadores combinaron exitosamente la biosolarización (solarización más biofumigación) en invernaderos de tomate, logrando el control total de nematodos del género Xiphinema y una reducción superior al 95% en las poblaciones de Meloidogyne, los devastadores nematodos agalladores.
El impacto de la solarización en la producción de tomate se refleja no solo en el control de patógenos, sino también en la mejora general del vigor de las plantas. Los productores han reportado plantas más robustas, con sistemas radiculares más desarrollados y una mayor resistencia a estrés hídrico.
En California, estudios clásicos del USDA documentaron incrementos de rendimiento superiores al 35% en tomate tras 75 días de solarización estival.
Estos resultados han motivado la adopción masiva de la técnica entre productores de hortalizas intensivas que buscan alternativas sostenibles al bromuro de metilo y otros fumigantes químicos.
4.2 Pimiento y cucurbitáceas
La aplicación de solarización de suelos en cultivos de pimiento (chile dulce) ha demostrado resultados prometedores en toda la región centroamericana.
En Costa Rica, ensayos controlados revelaron que apenas 2 semanas de solarización fueron suficientes para estimular un incremento significativo en la altura y biomasa de las plantas de pimiento.
Después de 8 semanas de tratamiento, los investigadores observaron que casi el 90% de los tubérculos de Cyperus rotundus, una maleza extremadamente persistente y problemática en estos cultivos, habían sido eliminados efectivamente.
Como se presenta en el Gráfico 3, los rendimientos de diferentes cultivos hortícolas muestran incrementos significativos tras la aplicación de solarización de suelos, evidenciando el impacto positivo de esta técnica.

En Brasil, la solarización de sustratos para la producción de pimiento en sistemas de agricultura familiar ha mostrado resultados excepcionales, incrementando la masa seca de las plantas y mejorando significativamente la calidad de los frutos.
Los productores brasileños han adoptado la técnica no solo por sus beneficios fitosanitarios, sino también por el ahorro económico que representa al reducir la necesidad de agroquímicos.
Para las cucurbitáceas como melón y pepino, aunque los datos publicados específicamente para América son menos abundantes, los principios y beneficios son consistentes con los observados en otras regiones productoras, donde la solarización ha demostrado ser efectiva en el control de Fusarium y otros hongos vasculares que afectan gravemente estos cultivos.
4.3 Hortalizas de hoja y bayas
Los ensayos con hortalizas de hoja en Sudamérica han revelado el extraordinario potencial de la solarización de suelos para mejorar la productividad de estos cultivos.
En experimentos con rúcula (Eruca sativa) y otras verduras de hoja, el tratamiento de solarización durante 30-45 días resultó en rendimientos notablemente superiores y una reducción drástica en la incidencia de podredumbres causadas por Sclerotinia.
Los productores observaron que las plantas cultivadas en suelos solarizados presentaban hojas más grandes, de color más intenso y con mejor textura, características altamente valoradas en el mercado de vegetales frescos.
En el caso de las bayas, particularmente las fresas (frutillas), los estudios recientes han documentado beneficios significativos de la solarización. Kumar et al. (2020) reportaron mayores concentraciones de macronutrientes esenciales (nitrógeno, potasio, manganeso) en plantas de fresa cultivadas sobre suelos solarizados, lo que se tradujo directamente en mejor crecimiento vegetativo, mayor número de frutos por planta y rendimientos superiores.
Un estudio chileno concluyó que la solarización por 30-45 días logró controlar eficazmente Fusarium y Rhizoctonia en plantaciones de frutillas, patógenos que típicamente causan pérdidas devastadoras en este cultivo de alto valor económico.
5. Recomendaciones prácticas para agricultores
Para maximizar los beneficios de la solarización de suelos, es fundamental aprovechar la temporada de mayor radiación solar del año.
Los agricultores deben planificar la aplicación durante los meses de junio-agosto en el hemisferio norte o diciembre-febrero en el hemisferio sur, coincidiendo con los períodos de máxima intensidad solar y días más largos.
La selección del momento adecuado para la solarización puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y resultados subóptimos. En regiones tropicales, la técnica puede aplicarse durante la estación seca, cuando la radiación solar es más intensa y las probabilidades de lluvia son menores.
El mantenimiento de la humedad del suelo durante todo el período de solarización es crítico para el éxito del tratamiento. Antes de colocar el plástico, el suelo debe regarse profundamente hasta alcanzar aproximadamente el 70% de su capacidad de campo.
Los suelos arcillosos, por su mayor capacidad de retención de agua y calor, generalmente responden mejor a la solarización que los suelos arenosos. Es importante verificar periódicamente que el suelo mantenga niveles adecuados de humedad, especialmente en los bordes donde puede ocurrir evaporación.
Si se observa sequedad excesiva, puede ser necesario aplicar riego por goteo bajo el plástico.
La selección del plástico apropiado es fundamental para una solarización efectiva. Se debe utilizar película de polietileno transparente resistente a rayos UV, con un espesor mínimo de 25-50 micras.
Los plásticos más gruesos ofrecen mayor durabilidad frente al viento y las condiciones ambientales adversas, mientras que los más delgados pueden proporcionar mejor conducción del calor.
Es esencial enterrar completamente los bordes del plástico a una profundidad de 15-20 centímetros o sellarlos con tierra para crear un ambiente hermético que maximice la acumulación de calor.
Cualquier rotura o perforación debe repararse inmediatamente para mantener la integridad del sistema.
Como se detalla en la Tabla 2, las recomendaciones de duración del tratamiento de solarización varían según las condiciones climáticas y el tipo de patógeno objetivo.
| Condición Climática | Temperatura Promedio Diaria | Duración Recomendada | Profundidad Efectiva |
|---|---|---|---|
| Clima muy cálido y seco | > 35°C | 30-35 días | 25-30 cm |
| Clima cálido moderado | 30-35°C | 35-45 días | 20-25 cm |
| Clima templado cálido | 25-30°C | 45-60 días | 15-20 cm |
| Clima templado con nubosidad | 20-25°C | 60-75 días | 10-15 cm |
La incorporación de enmiendas orgánicas antes de la solarización puede potenciar significativamente sus efectos, en una práctica conocida como biosolarización. La adición de 2-5 kg/m² de estiércol fresco, compost parcialmente descompuesto o residuos vegetales ricos en nitrógeno antes de cubrir con plástico genera fermentación anaeróbica bajo el plástico.
Este proceso produce vapores tóxicos (amoníaco, ácidos orgánicos volátiles) que incrementan la mortalidad de patógenos y semillas de malezas.
La biosolarización es particularmente útil en climas más fríos o durante períodos con menor radiación solar, donde las temperaturas alcanzadas mediante solarización simple podrían no ser suficientes.
6. Análisis comparativo y resultados
La implementación exitosa de la solarización de suelos requiere una planificación cuidadosa de la rotación de cultivos. Después del tratamiento, es recomendable no plantar inmediatamente especies altamente susceptibles a los patógenos del suelo en el mismo lugar.
Aunque la solarización reduce significativamente las poblaciones de organismos nocivos, también afecta temporalmente a algunos microorganismos benéficos que necesitan tiempo para recuperarse.
La incorporación de materia orgánica después de la solarización, como compost maduro o vermicompost, ayuda a restablecer rápidamente las poblaciones microbianas beneficiosas y mejora la estructura del suelo.
El manejo responsable del plástico utilizado en la solarización es una consideración ambiental importante. Dado que se utiliza plástico derivado del petróleo, es fundamental maximizar su vida útil mediante reutilización cuando sea posible.
El plástico en buen estado puede cortarse en secciones manejables y utilizarse en otras áreas del campo o guardarse para la siguiente temporada. Algunos agricultores han optado por pintar el plástico usado de negro para utilizarlo como mulch plástico en cultivos posteriores, proporcionando control de malezas adicional.
También están disponibles en el mercado plásticos biodegradables que, aunque más costosos inicialmente, eliminan el problema de disposición final y reducen el impacto ambiental.
Como se muestra en el Gráfico 4, el análisis costo-beneficio de la solarización de suelos demuestra su viabilidad económica comparada con otros métodos de desinfección del suelo.

Es importante que los agricultores comprendan que la solarización de suelos requiere dejar el área fuera de producción durante el período de tratamiento, típicamente 4-8 semanas.
Esta aparente desventaja debe evaluarse en el contexto de los múltiples beneficios obtenidos: eliminación de patógenos sin químicos, mejora de la fertilidad del suelo, reducción de costos en agroquímicos y la obtención de productos más sanos y de mejor calidad.
Muchos productores han encontrado que el período de solarización puede coincidir con épocas de menor demanda del mercado o utilizarse para preparar terrenos que estaban en barbecho, minimizando así el impacto económico del tiempo fuera de producción.
El monitoreo constante durante el proceso de solarización es esencial para asegurar su efectividad. Los agricultores deben inspeccionar regularmente el plástico para detectar y reparar roturas, verificar que no se formen sombras por acumulación de escombros o crecimiento de malezas en los bordes, y asegurarse de que el sellado permanezca intacto.
El uso de termómetros de suelo a diferentes profundidades puede proporcionar información valiosa sobre la efectividad del tratamiento y ayudar a determinar si es necesario extender el período de solarización. Mantener registros detallados de temperaturas, duración y resultados ayudará a optimizar futuras aplicaciones de esta valiosa técnica.
Conclusión
La solarización de suelos se ha consolidado como una herramienta fundamental en la agricultura sostenible moderna, ofreciendo una solución integral para el manejo ecológico de patógenos, malezas y la mejora de la fertilidad del suelo.
Los casos documentados en América demuestran consistentemente que esta técnica no solo es viable, sino altamente beneficiosa para una amplia gama de cultivos hortícolas.
La capacidad de la solarización para incrementar rendimientos entre 30-45%, mientras reduce drásticamente la dependencia de agroquímicos, la posiciona como una tecnología clave para enfrentar los desafíos actuales de la agricultura: producir más alimentos de manera sostenible, proteger la salud humana y preservar el medio ambiente.
El éxito de la solarización de suelos depende fundamentalmente de su correcta implementación, respetando los tiempos, condiciones y procedimientos establecidos.
Los agricultores que adoptan esta técnica no solo obtienen beneficios inmediatos en términos de control de plagas y enfermedades, sino que también contribuyen a la construcción de sistemas agrícolas más resilientes y sostenibles a largo plazo.
A medida que la agricultura global continúa evolucionando hacia prácticas más ecológicas, la solarización emerge como una tecnología probada, accesible y efectiva que puede marcar la diferencia en la productividad y sostenibilidad de las explotaciones agrícolas en todo el continente americano.
Preguntas frecuentes sobre solarización de suelos
Referencias
- NCAT - Centro Nacional de Tecnología Apropiada: Guías de Solarización
- EOS Data Analytics: Tecnologías para Agricultura de Precisión
- Repositorio Kerwá - Universidad de Costa Rica: Investigaciones en Solarización
- Facultad de Ciencias Forestales - UNSE: Estudios de Solarización en Argentina
- Contexto Ganadero: Técnicas de Manejo Sostenible del Suelo
- Portal Amelica: Publicaciones Científicas sobre Biosolarización
- Portal Frutícola: Innovaciones en Control de Plagas Agrícolas
