Ex Director Nacional del SAG se refirió a su salida de la organización

El pasado 8 de octubre el Ministerio de Agricultura solicitó la renuncia de José Guajardo al cargo de Director Nacional del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), efectiva a partir del 8 de octubre. Guajardo había asumido el cargo el 1 de agosto de 2023 mediante concurso de Alta Dirección Pública. El Ministerio informó que la decisión se adoptó tras un análisis de la gestión del Servicio y que respondía a la necesidad de fortalecer la conducción del SAG, asegurar una temporada agrícola exitosa y resguardar la imagen de Chile en los mercados internacionales.
El ahora exdirector de la entidad fitosanitaria del país se refirió a su salida en una extensa columna que compartimos con ustedes a continuación.
¿Se equivocó el Presidente?
Por José Guajardo Reyes, exdirector nacional del SAG
La salida de un alto directivo del Estado puede ser algo normal o esperable, pero hacerlo a cinco meses del fin de un gobierno es, al menos, inusual. Y lo es aún más cuando se trata de un cargo de Alta Dirección Pública, seleccionado mediante un proceso técnico y transparente administrado por el Servicio Civil, orientado a garantizar continuidad institucional y resguardar la estabilidad de la gestión del Estado. Mi salida como director del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) es, por lo mismo, difícil de comprender.
Hace un par de meses, el propio Presidente de la República me pidió ponerme de pie durante la ceremonia del Día del Campesino, frente a La Moneda, para agradecer públicamente el trabajo del SAG y los esfuerzos realizados para enfrentar la mosca de la fruta. Aquel gesto simbolizaba, creí entonces, el reconocimiento al esfuerzo de cientos de funcionarios que, con dedicación y orgullo, han hecho posible que Chile mantenga su prestigio sanitario y su liderazgo exportador.
Poco después, asumió la nueva ministra de Agricultura y, al poco tiempo, me solicitó la renuncia al cargo. Fue una decisión que sorprendió no solo por el momento en que ocurre (a cinco meses del fin de un gobierno), sino también por la forma en que se produce: interrumpiendo un ciclo de trabajo validado por resultados concretos, por el sector privado y por el propio Presidente.

José Guajardo | Fotografía archivo SAG.
Preocupa, además, que durante su gestión como subsecretaria de Agricultura, la actual ministra haya realizado más de 25 cambios en su equipo directo, incluyendo tres jefaturas de prensa y la salida de varios asesores de confianza. Y ahora, ya en su primer mes como ministra, volvió a remover a su propio jefe de asesores. Esa inestabilidad en cargos estratégicos afecta la coordinación institucional y debilita la continuidad que servicios técnicos como el SAG requieren para cumplir su labor.
La decisión generó desconcierto también en el mundo agrícola y político. Desde la industria, en declaraciones a El Mercurio (9 de octubre de 2025), Antonio Walker, presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, señaló que la salida “no se producía en buena época” y que “Guajardo fue siempre muy cercano y receptivo, con muy buena disposición a resolver problemas; muy cercano a los gremios”. Lamentó mi alejamiento y advirtió que “cambiar el equipo ad portas de una temporada que recién comienza” añade incertidumbre.
Por su parte, los principales representantes del sector agrícola reunidos en Pensar Agro, el centro de pensamiento que agrupa a los gremios más relevantes del país y que fue inaugurado en septiembre, destacaron el papel del SAG (en este período y con la conducción ejercida desde la Dirección Nacional) como herramienta clave para el buen funcionamiento del sector y la estabilidad de los mercados internacionales. También la Federación Regionalista Verde Social (FREVS), el partido al que pertenezco, manifestó públicamente su inquietud por la medida, calificándola como improcedente e injusta, y subrayando los avances sanitarios y exportadores alcanzados durante mi gestión. Incluso en la Comisión de Agricultura del Senado, su presidenta expresó directamente a la ministra su preocupación por la falta de fundamentos técnicos en la solicitud de mi salida.
Durante mi gestión al frente del SAG, trabajamos con un solo propósito: fortalecer la sanidad agropecuaria de Chile y consolidar su reputación internacional. El país vivió un auge sin precedentes en su sector exportador gracias a medidas sostenidas y a la coordinación público-privada que impulsamos, incluso en un contexto de restricción presupuestaria y déficit fiscal, que obligó a optimizar recursos y priorizar con rigor técnico cada acción del servicio.
Bajo mi conducción se concretaron más de 70 aperturas sanitarias y comerciales, permitiendo que los productos chilenos llegaran con fuerza a Asia y consolidando a Chile como referente en inocuidad y calidad. Se mantuvo al país como el único libre de influenza aviar del Cono Sur, abriendo oportunidades históricas para la exportación de carne a China. Y, frente a la amenaza de la mosca de la fruta, erradicamos más de 26 brotes gracias a la coordinación entre equipos técnicos, regiones y productores.
Nada de esto fue casualidad. Respondió a planificación, liderazgo técnico y trabajo sostenido: anticipar riesgos, responder con eficacia y dar certezas al país. En estos años fortalecimos la capacidad técnica y la visibilidad del SAG, acercando su trabajo a la ciudadanía y al sector productivo, y transparentando avances y desafíos de una institución esencial para la agricultura chilena.
La agricultura chilena necesita continuidad, confianza y visión de largo plazo. No puede estar sujeta a ajustes políticos ni a disputas de poder. El SAG, como organismo técnico, debe seguir siendo un espacio donde prime el mérito, la evidencia y la cooperación con el mundo productivo.
Me voy con la tranquilidad de haber cumplido con mi deber y de dejar resultados que están a la vista. Los equipos del SAG saben lo que valen; los agricultores lo saben también. Y el tiempo, estoy seguro, pondrá cada decisión en su lugar.
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