Aranceles de Estados Unidos amenazan exportaciones brasileñas de frutas

En esta entrega de la serie «Agronometrics en gráficos», echamos un vistazo al escenario que enfrentan las exportaciones brasileñas de frutas a Estados Unidos, tras el anuncio de un 50% de arancel sobre las importaciones de dicho país a partir del 1 de agosto. Cada semana, la serie examina un producto hortícola diferente, centrándose en un origen o tema concreto y visualizando los factores de mercado que impulsan el cambio.
La industria brasileña de exportación de frutas está tambaleando tras la reciente decisión de Estados Unidos de imponer un arancel del 50% a determinados productos agrícolas brasileños, una medida que afecta directamente a exportaciones clave como mangos y uvas.
Según la Asociación Brasileña de Exportadores de Frutas y Derivados (Abrafrutas), estos tres productos representan el 90% de los envíos brasileños de fruta a Estados Unidos y el nuevo arancel entrará en vigor el 1 de agosto, justo cuando alcanza su punto máximo la cosecha de mango en Brasil.
“Esto no podría haber llegado en peor momento”, afirma Luiz Roberto Barcelos, director institucional de Abrafrutas.“Todo estaba listo para la cosecha: el espacio en el barco reservado, los envases comprados, los protocolos seguidos, todo preparado para comenzar la temporada”, agregó.
Ahora, aproximadamente 70.000 toneladas de mangos destinadas al mercado estadounidense deberán redirigirse a Europa o al mercado interno, ambos ya saturados. Esta redirección genera una gran preocupación por un posible exceso de oferta y una fuerte caída de los precios.
Barcelos advierte que algunos productores podrían optar por no cosechar, calculando que el costo de la recolección y la logística podría superar cualquier retorno potencial. La incertidumbre sobre la duración del arancel también desincentiva la inversión para futuras temporadas.
“Con un impuesto del 50%, la fruta brasileña es prácticamente inviable en el mercado estadounidense”, agregó.
Después del mango, las uvas del Valle de São Francisco, cuya cosecha comienza a mediados de noviembre, podrían ser el siguiente producto en verse afectado. Incluso los aguacates (paltas), que estaban a punto de obtener acceso al mercado estadounidense, han quedado atrapados en esta disputa. Las negociaciones en curso han quedado estancadas debido a las crecientes tensiones comerciales.
Sin un mercado alternativo de tamaño comparable, los líderes de la industria están haciendo un llamado urgente a la intervención diplomática.
“Esperamos que el diálogo pueda superar cualquier fricción comercial y que se revise y revoque esta posible implementación arancelaria”, señaló Valeska Oleiveira Ciré, representante de la International Fresh Produce Association (IFPA) en Brasil.
“Estamos apostando por el diálogo y trabajando para informar a ambos gobiernos sobre las implicancias de esta decisión. Por otro lado, los consumidores estadounidenses también esperan seguir comprando mangos a precios competitivos”.
Mientras la industria contiene la respiración, las apuestas son altas para los productores brasileños y para los mercados frutícolas globales, que pronto podrían enfrentar las consecuencias de volúmenes redirigidos, precios volátiles y flujos comerciales interrumpidos.
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