Estudio sobre el HLB identifica marcador genético para avanzar el desarrollo de variedades

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Estudio sobre el HLB identifica marcador genético para avanzar el desarrollo de variedades

La enfermedad del enverdecimiento de los cítricos o HLB lleva mucho tiempo asolando los cítricos de Florida, afectando en gran medida a las variedades de naranja dulce utilizadas para la producción de jugo. El año pasado, el estado registró sus índices de producción más bajos y una cosecha que se asemejaba a los niveles de la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, el alivio podría estar en camino gracias a un nuevo avance del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) del USDA y el Instituto de Ciencias Alimentarias y Agrícolas (UF/IFAS) de la Universidad de Florida. La nueva información permite a los científicos comprender mejor uno de los componentes genéticos clave necesarios para producir fruta resistente a las enfermedades que también sea comercializable. La cuestión se reduce al sabor.

La enfermedad es causada por la bacteria Candidatus Liberibacter asiaticus, transmitida por unos insectos llamados psílidos asiáticos de los cítricos. La enfermedad hace que los árboles se vuelvan improductivos y disminuya la calidad de la fruta. Una vez infectada la planta, no tiene cura.

El HLB se detectó por primera vez en el condado de Miami-Dade, en Florida, en 2005, y desde entonces se ha extendido. La enfermedad también supone una amenaza para otras zonas citrícolas de EE.UU., como California, Luisiana y Texas.


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El jugo de naranja es una de las categorías más afectadas por el HLB. Las naranjas dulces utilizadas habitualmente para su elaboración permanecen verdes cuando se ven afectadas por el HLB, produciendo un líquido de sabor amargo que no puede comercializarse ni venderse.

La necesidad de fruta con sabor deseable ha sido uno de los mayores retos a la hora de desarrollar una variedad resistente al HLB que se adapte al mercado.

Durante las pruebas de variedades realizadas en la década de 1960, científicos identificaron una mayor tolerancia al enverdecimiento de los cítricos en los híbridos criados con el naranjo trifoliado resistente al frío, Poncirus trifoliata. Sin embargo, el problema del sabor persistía.

Esto llevó a los científicos a trabajar en el aislamiento de las sustancias químicas individuales que dan al jugo de naranja su sabor característico. Y así lo hicieron, identificando 26 compuestos de sabor en total y siete sustancias químicas llamadas ésteres, consideradas esenciales para el perfil de sabor deseado del jugo de naranja.

Este avance, a su vez, permitió al equipo del ARS y la UF/IFAS localizar el gen maestro de los ésteres, CsAAT1, y crear lo que se conoce como un marcador de ADN para el mismo. Esto proporciona una herramienta que puede ser utilizada para comprobar rápidamente la presencia genética de un rasgo deseable en semillas germinadas sin tener que esperar 10 a 15 años para su expresión física.

"Los fitomejoradores pueden utilizar este marcador de ADN para buscar en las plántulas los perfiles de sabor deseados en una etapa temprana", explicaron Anne Plotto y Jinhe Bai, fisiólogas de plantas de la Unidad de Investigación de Cítricos y Otros Productos Subtropicales del ARS en Fort Pierce, Florida.

Aunque todavía faltan algunos años para las primeras liberaciones comerciales de híbridos parecidos a naranjas con tolerancia al HLB, los investigadores están seguros de que éste es un gran paso en la dirección correcta.

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