El Cambio Climático (CC) está generando eventos de lluvia de alta intensidad y en cortos períodos de tiempo, los que pueden provocar escurrimiento superficial de agua y erosión de suelo. En topografía montañosa y de laderas de la región de Aysén, existen muchos sectores susceptibles de sufrir estos procesos erosivos. Una de las formas de evitarlos, es con la implementación de estructuras para conservación de suelos, como las microterrazas.

En el programa “Innovación en Prácticas Sustentables para la Adaptación al Cambio Climático”, financiado por el GORE de Aysén, se evaluó la instalación de microterrazas en diferentes sectores de la región.

Sistemas productivos de montaña

Las terrazas y microterrazas son estructuras ancestrales, muy utilizadas por culturas que desarrollan sistemas productivos en zonas montañosas o de pendientes abruptas.

Figura 1: Microterrazas construidas en curvas de nivel, Cuesta Alvarado, región de Aysén.

Las microterrazas son estructuras de conservación de suelos, construidas perpendicularmente a la pendiente del terreno y en curvas de nivel (figura 1), construyendo un terraplén que permite cortar la pendiente del terreno. Pueden interceptar las aguas de escorrentía superficial que se generan en eventos climáticos de alta precipitación y saturación de suelo.

El agua interceptada se detiene y apoza en la microterraza, lo que, ayudado por una pendiente negativa hacia el fondo o talud de la microterraza, infiltrará en el perfil del suelo, para luego moverse en forma subsuperficial, evitando la erosión del suelo. Esta microterraza, puede ser utilizada para el desarrollo sustentable y conservacionista de cultivos agrícolas, plantaciones forestales y/o de frutales.

Conservación de suelos

Las microterrazas son de dimensiones pequeñas, pudiendo ser de 0,5 a 1 metro de ancho, con una leve pendiente hacia el borde interno (pendiente negativa de 1%) y con un talud en la zona de corte de la pendiente de entre 0,2 y 0,3 metros de altura (figura 2A).

Implementación

Experiencia local Localmente se implementaron microterrazas en las cuatro provincias de la región de Aysén.

 Pasos a seguir para construcción de microterrazas

1. Determinación de la Curva de Nivel: Lo primero es determinar la curva de nivel, porque las microterrazas se establecen perpendicular a la pendiente. De esta forma se logrará “cortar” la pendiente del terreno, habilitando un micrositio que se puede transformar en productivo.

La curva de nivel se puede determinar por instrumentos topográficos o por instrumentos caseros, como un nivel de albañil o manguera o el nivel tipo “A”. Las microterrazas construidas en el presente programa fueron trazadas con nivel de manguera.

2. Construcción de la microterraza: Se inicia con el corte vertical del terreno en la pendiente (talud), para después eliminar el material sobrante de cubierta vegetal y suelo en sentido horizontal, formando el terraplén. El material sobrante lo acumularemos pendiente abajo (figura 2B).

Las microterrazas establecidas en la región de Aysén se confeccionaron manualmente, utilizando solamente palas punta plana. El terraplén se confecciona con una leve pendiente negativa hacia el fondo (hacia su pared vertical o talud), para acumular más agua y permitir mayor infiltración. Los ajustes de nivel y pendiente negativa pueden ser determinados con niveles de albañilería (figura 2C).

3. Establecimiento de arbustos o árboles: Las microterrazas pueden ser utilizadas para establecer algunos cultivos herbáceos o especies arbustivas/arbóreas. En las experiencias locales se optó por establecer arbustos y árboles. Plantaremos los árboles o arbustos y definiremos la distancia de las plantas sobre la hilera y posteriormente confeccionaremos las casillas de plantación, las que haremos con palas o barrenos ahoyadores (figura 2D).

A la plantación se puede aplicar una fertilización base y una vez plantadas realizar un riego (1 lt/planta sería adecuado). Manejaremos las plantas establecidas con una cubierta antimalezas y postura de tutores, para evitar la competencia con malezas y daño por el viento (figura 2E). Un par de riegos durante el primer año, ayudarían a asegurar un alto prendimiento y sobrevivencia de las plantas.

El contenido de este artículo de nuestra sección de Agrotecnia fue elaborado por Osvaldo Teuber W. INIA Tamel Aike, Carolina Solis O. INIA Tamel Aike y Andrés Naguil T. INDAP Cochrane, para www.inia.cl, y fue revisado y reeditado por Portalfrutícola.com