Una científico señaló que dedicar una cuarta parte de las tierras de cultivo a plantaciones económicas florecientes como las especias, semillas oleaginosas, plantas medicinales y forrajeras atraerá a los polinizadores (abejas) e impulsará los cultivos de alimentos de los agricultores.

Stefanie Christmann, del Centro Internacional para la Investigación Agrícola en Áreas Secas, realizó un estudio cuyos resultados muestran que una nueva estrategia amigable con los agricultores podría ser clave en la lucha contra el declive de las abejas.

Más del 80% de los cultivos alimentarios requieren polinización, pero las poblaciones de insectos que hacen la mayor parte de este trabajo se han derrumbado, indicó la publicación The Guardian, poniendo a Alemania como ejemplo con una caída del 75% en los últimos 25 años.

Debido a este escenario, la mayoría de los países han estado tomando diversas medidas para contrarrestar el declive, y la mayoría de las naciones europeas han decidido prohibir los insecticidas más conocidos, como los neonicotinoides, y aumentar su plantación de flores silvestres para atraer insectos.

Sin embargo, este tipo de medidas suelen ser costosas y ofrecen poco ingreso a los agricultores, por lo que Christmann ha pasado los últimos cinco años trabajando en un enfoque diferente, al que llama "agricultura con polinizadores alternativos" con ensayos de campo en Uzbekistán y Marruecos.

Según The Guardian, la esencia de la técnica es dedicar una de cada cuatro tiras de cultivo a cultivos florales, como semillas oleaginosas y especias.

Además, Christmann proporcionó a los polinizadores apoyo barato para anidar, como madera vieja y tierra suelta para que las abejas puediesen anidar en el suelo. Girasoles también fueron plantados cerca como refugios de viento.

“Es una barrera muy poco costosa, por lo que cualquier persona, incluso en el país más pobre, puede hacer esto. No hay equipo, no hay tecnología y solo una pequeña inversión en semillas. Es muy fácil. Puedes demostrar cómo hacerlo con imágenes enviadas en un teléfono celular".

Ella afirmó que había beneficios sorprendentes para los agricultores al usar esta técnica y un aumento en la abundancia y variedad de polinizadores.

"Los cultivos se polinizaron más eficientemente, hubo menos plagas, como los áfidos y la mosca verde, y los rendimientos aumentaron en cantidad y calidad", señaló la publicación.

En las cuatro regiones climáticas diferentes que estudió, el ingreso total de los agricultores aumentó, aunque los beneficios fueron más marcados en tierras degradadas y en granjas sin abejas.

Las mayores ganancias se produjeron en climas semiáridos, donde los rendimientos de calabaza aumentaron 561%, berenjena 364%, habas 177% y melones 56%. En zonas con lluvias adecuadas, las cosechas de tomate se duplicaron y la berenjena aumentó un 250%. En los campos de montaña, la producción de calabacín se triplicó y las calabazas se duplicaron.

“Todo el entorno sería más rico, más bello y más resistente al cambio climático. Tendríamos muchos más insectos, flores y pájaros. Y sería mucho más autosuficiente. Incluso los países más pobres del mundo podrían hacer esto ", comentó la científica según la publicación.

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