Las exportaciones de cítricos chilenos alcanzaron un nuevo récord esta temporada, al totalizar 204 mil toneladas, 30% más que la temporada anterior (157.000 toneladas).

Cítricos / Foto: Shutterstock.com

Por especie, las exportaciones de easy peelers (mandarinas y clementinas) representaron el 37% del volumen total, las naranjas el 33% y los limones el 30%.

Durante PMA Fruittrade Latin America 2015, Monserrat Valenzuela, gerente del Comité de Cítricos de Chile detalló que EE.UU. lideró como mercado de destino para los cítricos chilenos, concentrando el 80% de las exportaciones, seguido de Lejano Oriente con el 10% y un 6% a Europa.

"En naranjas, el país tuvo un 16% más de volumen exportado esta temporada con 66.611 toneladas, en limones se alcanzaron las 61.782 toneladas, un 43% más; en clementinas, a pesar de la sequía, el país tuvo un 11% más de exportación con 29.082 toneladas y en mandarinas, con 46 mil toneladas, las exportaciones fueron 53% superiores en relación a la temporada pasada", expuso a los presentes.

Estacionalidad

La temporada para las clementinas chilenas comenzó un poco más tarde de lo habitual (10-15 días) debido principalmente a la escasez hídrica en la zona norte del país. Esto provocó que la fruta demorara en alcanzar los calibres, retrasando su cosecha.

"El 99% de nuestras clementinas fueron destinadas al mercado de EE.UU.", detalló Valenzuela.

En el caso de las mandarinas, explicó que la cosecha comenzó algunas semanas antes pero con volúmenes bajos, para luego presentar un peak justo antes de la semana del 18 de septiembre. Aquí, el 89% de la fruta tuvo como destino EE.UU.

En limones, Valenzuela comentó que se observaron mayores volúmenes de limones tempranos, "bastante más que la temporada pasada", acotó. En este caso, el 53% de la fruta fue destinada a EE.UU., un 32% a Lejano Oriente y un 13.5% a Europa.

EE.UU. también concentró el 85% de las exportaciones de naranjas.

Desafíos

De acuerdo a lo expuesto, entre los desafíos del sector para las próximas temporadas está la apertura de nuevos mercados, por ejemplo China; mantener la posición del producto chileno en los mercados donde ya está presente; incorporar nuevas variedades que no pongan en riesgo a las actuales (relacionado al tema semillas); el control de plagas cuarentenarias; y la prevención ante el riesgo de plagas exóticas, dado el ingreso de fruta al país desde mercados cercanos.

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