Chile: Las diversas realidades de la industria agropecuaria frente a la caída del dólar

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Chile: Las diversas realidades de la industria agropecuaria frente a la caída del dólar

Los fruteros son los más afectados por el descenso de la divisa. La industria de la carne, la leche y el trigo tienen un mejor escenario, gracias al alza de sus precios a nivel internacional.

EL deterioro del tipo de cambio ha despertado las protestas agrícolas y ha puesto en el debate cómo enfrentar la pérdida de competitividad de este sector. Sin embargo, los efectos de un tipo de cambio deprimido (hoy en torno a $ 472) y el encarecimiento de la energía e insumos, encuentran al sector agrícola y pecuario bajo diferentes realidades.Fueron estas diferencias las que se evidenciaron durante la protesta realizada por los exportadores y fruteros la semana pasada y a la que no adhirió la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA). En la manifestación se pedían medidas urgentes al gobierno para frenar la pérdida de competitividad del sector. 

De hecho, para los expertos los productores y exportadores de frutas son los más afectados con este escenario. Además de tener al tipo de cambio como un factor clave, el sector se caracteriza por ser altamente demandante de energía eléctrica y mano de obra, factores que han tenido un encarecimiento durante el último tiempo.  Es así como la ecuación se hace compleja: mientras bajan los retornos por exportaciones, los costos siguen subiendo.Con todo, dentro del propio ámbito frutero hay realidades distintas, revelan los involucrados. Mientras los exportadores de cerezas están pasando por uno de sus mejores momentos con el aumento de envíos y de precio, otros, como uva de mesa, registran más problemas por el sobrestock en el mercado norteamericano y la fuerte competencia de Perú.

Según el índice de competitividad elaborado por CorpResearch, son justamente los productores y exportadores de frutas los que más competitividad han perdido en la industria agropecuaria industrial del país.

Con una base de 100, las frutas marcan 77,5 a marzo de este año. Por contrapartida, existen otros sectores que han encontrado en los altos precios una vía para hacer frente a los vaivenes del dólar. Mientras los cultivos tradicionales, como el trigo y el maíz, gozan de buena salud, gracias a la alta demanda en el mercado internacional, el precio global de la leche se mantiene alto y la industria local está apostando fuerte por las exportaciones, lo que les ha hecho abrir mercados como Arabia Saudita, Turquía y los Emiratos Arabes.

La carne, en tanto, ha marcado buenos precios, aunque el bajo valor del dólar desincentiva a la industria para potenciar su veta exportadora.

1. Frutas: El sector más golpeado, pero con matices

Según el índice de competitividad elaborado por CorpResearch, son los productores y exportadores de frutas los que más competitividad han perdido. La uva de mesa es la principal fruta exportada y está en un escenario más complejo, dado el sobrestock de EE.UU. y la fuerte competencia de Perú. Las manzanas y las peras también están en un momento complicado. Los tres necesitan un dólar promedio, como piso, de entre $ 500 y $ 520, afirman analistas.En el otro extremo están los envíos de cerezas que se encuentran en el mejor momento de su historia y que han atenuado el efecto de la baja del dólar con el aumento de envíos. "Prácticamente no tiene competencia. Ningún país del hemisferio sur tiene los volúmenes de cerezas de Chile", dice Manuel Alcaíno, presidente de Decofrut.

Chile va sumando mil hectáreas de este cultivo al año y gracias a que no se han producido fuertes heladas u olas de altas temperaturas en 2011, los productores pudieron aumentar sus envíos a 11,5 millones de cajas. En 2010 exportaron 6,5 millones de cajas y en 2009, 7,5 millones.

2.Carne: Altos precios versus márgenes estrechos

Si bien la carne ha mantenido precios internacionales altos, que en algún punto podrían contrarrestar el impacto del bajo precio del dólar, Harry Jürgensen, gerente general de Feria de Osorno, explica que es complejo mantener un equilibrio, pues los productores nacionales deben competir con la carne importada.Durante el período enero-abril la importación de carne bovina llegó a 35.125 toneladas. En el mismo período, la producción nacional alcanzó las 48.521 toneladas, según cifras de Odepa. "El dólar influye, porque el techo del precio de la carne lo pone la importación", señala Jürgensen.

Y si bien la cotización internacional de la carne es alta (durante el primer cuatrimestre de 2010 el valor de la carne fue de US$ 6,2 por kilo y durante el mismo período de este año el precio llegó a US$ 6,5), la caída del precio del dólar no se ha visto reflejada en el valor de los insumos importados, como los fertilizantes, maquinarias y repuestos. "Eso estrecha los márgenes y nos va haciendo cada vez menos competitivos", sostiene Jürgensen.

3.Leche: El dinamismo de las exportaciones

Las exportaciones de leche siguen con perspectivas positivas, gracias al precio internacional que ahora ronda los US$ 3.900 la tonelada. Y si bien esta es una noticia positiva, Guillermo Iturrieta, presidente de la Asociación de Exportadores de Productos Lácteos (Exporlac), explica que es difícil conseguir un equilibrio.

"Necesitamos un dólar de $ 550 y, por otro lado, existe el consenso de toda la industria de que el precio mínimo del commodity, que es la leche en polvo, debiera bordear los US$ 3.500 la tonelada. Hoy está en US$ 3.900, lo que quiere decir que hay un sobreprecio de 11%. Eso es positivo, pero en el precio dólar tenemos una diferencia de 15% (la diferencia entre $ 550 y $ 470), por lo tanto, encontrar el punto de equilibrio es muy complejo", explica.

Con todo, las buenas noticias vienen por el lado del aumento de exportaciones. El año pasado Chile hizo envíos por US$ 165 millones. Iturrieta espera que este año se cierre alcanzando US$ 196 millones y hasta el momento la tendencia es más que positiva, pues hasta mayo ya llevan envíos por US$ 97,7 millones, es decir, un 47% más que en igual período de 2010, cuando habían alcanzado los US$ 66,4 millones.

4.Trigo: Un escenario más positivo, gracias al alto valor

Chile es un país deficitario de trigo. El 50% de este cereal utilizado en el país es importado. Manuel Riesco, presidente de Fedetrigo, explica que el impacto del dólar no lo han sentido tan fuerte como en otros sectores."Nos afecta, en el sentido de que nuestros precios son más baratos, pero no nos impacta tanto como a los fruteros, que además del bajo dólar tienen el problema del alza de costos. Por ejemplo, ellos necesitan mucha mano de obra, que está más cara, y nosotros y los cultivos tradicionales en general no somos tan demandantes", afirma.

La mayor tranquilidad de los productores tradicionales (trigo, maíz) pasa por los altos precios internacionales de estos commodities. Por ejemplo, el trigo para pan en mayo de este año anotó un precio de US$ 348,17 por tonelada, mientras que hace un año el valor rondaba los US$ 228.

Riesco es optimista y cree que la tendencia continuará. "No sabemos hasta cuándo, pe- ro sí creemos que el próximo año el precio debería seguir en niveles positivos", explica el presidente de la asociación gremial.

5. Vino: la exitosa estrategia de la industria

Una de las estrategias de la industria viñatera local es aumentar el precio promedio de sus vinos para hacer frente al alza de costos y el menor valor del dólar. Ese plan, que viene desde hace cerca de ocho años, sólo se vio interrumpido en la crisis financiera mundial, desatada en septiembre de 2008.En abril de este año, el sector recibió buenas noticias: el valor del vino chileno en el mercado internacional anotó su mejor precio desde 2008, llegando a US$ 3,24 por litro, según cifras del gremio Vinos de Chile.  

El presidente de la asociación, René Araneda, señala que esta hoja de ruta es "el esfuerzo de la industria por atenuar los negativos efectos de la apreciación del peso y los aumentos de costos de materia prima, mano de obra y energía".La estrategia no es menor. Prácticamente el 60% de las viñas chilenas son pymes, es decir, facturan menos de US$ 4 millones al año, por lo que subir los precios promedio de sus vinos es una estrategia que les permite hacer frente a la estrechez de los márgenes y al alza de costos.

 Fuente: La Tercera

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