Desde mediados de diciembre, productores y exportadores debieron hacer frente a lluvias y altas temperaturas.

La temporada 2010-2011 fue, en términos climáticos, bastante más complicada que la anterior. Y es que la inestabilidad registrada desde mediados de diciembre afectó a diferentes zonas productivas del país –principalmente en el sur– quedando expuestas a lluvia y altas temperaturas.

Por ello, es que los rechazos esta temporada –principalmente en origen– aumentaron. Cabe destacar que en este incremento influyó también el aumento en los volúmenes de producción y la falta de mano de obra para las labores de cosecha.

“La primera parte de la temporada hasta mediados de diciembre, fue de muy buena fruta en general”, detalla Raúl Dastres, Gerente General de Valle Maule. Luego, se presentaron las inestabilidades climáticas que asegura, afectaron fundamentalmente los cultivos de las regiones VII y VIII.

“Rechazamos mucha fruta en origen y por eso, no tuvimos grandes problemas en destino. Además los precios estaban bajos y por lo tanto, había una buena alternativa de vender en IQF”, señala el ejecutivo. Por ello, es que el aumento de los rechazos en origen sumado a un atractivo precio para congelados, aumentó los desvíos de arándanos para el sector industrial.

Alejandro Sanhueza, Gerente de Producción de Driscoll´s, explica que en Chillán por ejemplo, “la lluvia fue bastante inusual. Siempre hemos notado que es la fruta que menos tiene problemas, que llega bien, pero este año tuvo más dificultades”.

Hace notar eso sí, que los rechazos también han ido en aumento debido a las mayores exigencias de calidad solicitadas por recibidores y cadenas de supermercados en los mercados de destino. “Si antes aguantaban un poco de fruta blanda ahora eso es menos probable”, asegura Sanhueza.

Entre las principales causales de rechazo en origen destacan fruta blanda, deshidratación de inicios de pudrición. Las variedades Legacy, Briggitta y Elliot, que usualmente no presentan problemas, este año sí los tuvieron.

Las enseñanzas

“Vamos a tener que convivir con este clima y vamos a tener que tomar decisiones. Habrá fruta que no va a ser exportable y va a tener que tener otro destino”, asegura Sofía Rebolledo, Gerente Comercial de Driscoll´s y Directora del Comité de Arándanos de Chile.

“La lección es que hay que estar más preparados para enfrentar situaciones inesperadas”, añade Raúl Dastres.

Alejandro Sanhueza enfatiza que “se deberá ser más estrictos y quizás no cosechar para exportación, dependiendo de la intensidad de la lluvia”. Añade que es fundamental acortar los tiempos de despacho y trabajar en conjunto con las navieras para que las salidas de los buques sea más rápida, en favor de la vida poscosecha de los arándanos.

Fuente: Comité de Arándanos de Chile