Como una deuda con la agricultura y la sociedad evalúa el director del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Guillermo Donoso, el escaso énfasis que ha puesto esta entidad en la transferencia tecnológica y de extensión, como fórmula para responder a las necesidades de un territorio o las de un sistema productivo.

Si bien Donoso parte de la base de que, por años, el INIA ha realizado investigación de vanguardia en temas prioritarios para el país y para el sector productivo, reconoce que este trabajo no se ha comunicado suficientemente y que también ha perdido algo de cercanía con sus principales clientes: los agricultores. Por lo mismo, cuenta, realizarán un trabajo de comunicación estratégica que les permita un mayor acercamiento con el mundo del agro y con otras entidades de investigación, a fin de aunar esfuerzos y evitar la duplicidad de proyectos.

"En materia de investigación vamos a revisar las actuales cuatro áreas estratégicas de acción (recursos biológicos, ambientales, alimentos y tecnologías emergentes) para evaluar las respuestas dadas y si son o no las áreas prioritarias para el medio; para focalizar luego nuestro trabajo en las áreas apropiadas", comenta el director y agrega que en el caso de la transferencia tecnológica esperan crear centros territoriales o productivos, que realicen una variada gama de acciones, a fin de permitir mejoras productivas, la innovación y la creación de nuevos negocios a los empresarios y agricultores. Donoso cree que en lo que resta del año lograrán abrir entre tres a cinco centros, dependiendo de los costos involucrados.

"El rol del INIA debe estar ligado esencialmente en la transferencia tecnológica y las ciencias aplicadas, dejando a las universidades la mayor parte de la investigación en ciencias básicas. A esto queremos sumar el empaquetamiento tecnológico, donde el INIA buscará soluciones a problemas específicos, para luego, en sociedad con los privados, dar paso a la generación del producto o servicio y ponerlo a disposición de los agricultores", comenta Donoso.

Procisur

La semana pasada se reunieron, en Santiago, las directivos de las entidades equivalentes al INIA de los países del Mercosur, más Chile y Bolivia, para analizar los caminos que permitirán acelerar la incorporación de la I+D en la agricultura.

Donoso comentó que una de las principales conclusiones del Procisur (Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur) fue que estos países cuentan con el capital humano suficiente para asegurar el mejoramiento continuo de la productividad en el sector, pero que no cuentan con los recursos de mediano y largo plazo que permitan investigaciones de largo aliento. Por lo mismo, acordaron -entre otras cosas- actuar en red para postular a fondos concursables que están disponibles en Europa y Estados Unidos.

Fuente: Diario Financiero

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