El comercio agrícola mundial entra en una nueva era mientras la geopolítica se convierte en la fuerza que impulsa las cosechas
Las reglas del juego agrícola global están cambiando y, esta vez, el clima no es el culpable. Según el informe Agri Commodity Outlook 2026 de Rabobank, la geopolítica ha superado a la oferta y la demanda como la principal fuerza que determina qué cultivan los agricultores, qué comercializan los exportadores y cuánto pagan los consumidores.
El informe describe un mundo dividido entre las esferas de influencia de Estados Unidos y China, donde “las exportaciones de productos agrícolas se han convertido en peones de un tablero geopolítico”.
“La agricultura ya no se rige por las reglas de la oferta y la demanda, sino por las de la geopolítica”, afirma Carlos Mera, jefe de Investigación de Mercados de Productos Agrícolas de Rabobank.
La batalla de las leyes agrícolas
Lo que comenzó como una guerra arancelaria se ha transformado en una competencia de subsidios a gran escala, señala el informe. Gobiernos de países como Estados Unidos, Brasil, Indonesia, Argentina y Rusia han ampliado su apoyo al sector agrícola mediante pagos directos, precios mínimos garantizados y mandatos de biocombustibles.
Por ejemplo, la Ley One Big Beautiful Bill Act del gobierno de Donald Trump representó un aumento sustancial del apoyo agrícola, con US$ 66 mil millones adicionales para programas del sector. También incluye revisiones al Crédito por Producción de Combustible Limpio, destinadas a favorecer las materias primas del bloque T-MEC (USMCA) frente a las de países más lejanos.
En el otro extremo del mundo, las políticas de subsidios agrícolas de las últimas dos décadas han convertido a Rusiaen el mayor exportador de trigo del planeta.

En América Latina, Brasil ha incrementado recientemente su mandato de etanol y ha impulsado su sector agrícola con un paquete de alivio arancelario de US$ 5.500 millones, mientras que en Asia, Indonesia aumentó su mandato de biodiésel y Argentina redujo los impuestos a la exportación.
Sin embargo, Rabobank advierte que estas políticas han atenuado la respuesta de los productores ante los bajos precios, lo que probablemente mantendrá las áreas sembradas en niveles elevados y ejercerá una presión a la baja sobre los precios mundiales de granos y oleaginosas en 2026.
En Estados Unidos, los agricultores que anticipan fricciones comerciales con China —principal comprador de soja— redujeron la superficie sembrada con esta oleaginosa al nivel más bajo en seis años, mientras que aumentaron la de maíz a su mayor extensión desde la década de 1930.
La firma de investigación de mercados prevé que el excedente de maíz al cierre de la campaña 2025-26 reducirá la volatilidad y mantendrá los precios bajos.
Un mundo, dos economías agrícolas
Las barreras comerciales continúan distorsionando las señales de precios entre regiones.
Antes del acuerdo Donald Trump-Xi Jinping, la base de exportación de soja de Brasil era de US$ 2 por bushel, frente a US$ 0,80 en el Golfo de Estados Unidos y descuentos cercanos a US$ 1 en Dakota del Norte y del Sur.
Esas diferencias se han reducido desde entonces, pero Rabobank advierte que nuevas fricciones políticas podrían reabrirlas.
“Esperamos que estas diferencias geográficas de precios persistan o incluso aumenten en 2026”, señala Mera.
Mientras tanto, la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) está revisando los aranceles sobre productos que el país no produce, como café y cacao, lo que podría reducir los costos para los importadores y reactivar el comercio con las naciones productoras.
Perspectivas por producto
Café
Tras los precios récord del arábica y robusta en 2025, Rabobank prevé un retorno al equilibrio en 2025-26 y un superávit de entre 7 y 10 millones de sacos en 2026-27. Los precios deberían estabilizarse entre US$ 2,50 y US$ 3,50 por libra hacia fines de 2026, aunque la volatilidad a corto plazo seguirá siendo probable.
Cacao
Los precios del cacao casi se han reducido a la mitad este año debido a una mayor producción y a una demanda débil. Rabobank proyecta un superávit de 723 millones de libras en 2025-26 y uno potencial de 88 millones de libras para el año siguiente.
Trigo
La producción mundial aumentó en 55 millones de toneladas cortas en 2025-26, marcando el primer superávit en seis años. Rabobank anticipa un déficit de 9 millones de toneladas cortas en 2026-27, a medida que los precios bajos lleven a reducir las siembras. El trigo probablemente se mantendrá limitado por el maíz barato, a menos que el clima —o la política— alteren la oferta.
La única certeza es la incertidumbre
Mera añade que el sector agrícola apenas ha entrado en el “medio juego” de esta contienda geopolítica.
“Prevemos continuas interrupciones comerciales, fluctuaciones regionales de precios, fuerte intervención gubernamental y una alta probabilidad de eventos inesperados”, señala.
Los agricultores, comerciantes y responsables de políticas públicas deben prepararse para un mundo donde el comercio se vea interrumpido y lo inesperado sea la nueva norma, concluye Mera.



