La menor cosecha de ciruelas deshidratadas de California impulsa grandes oportunidades de crecimiento

Aunque la cosecha de este año podría situarse ligeramente por debajo del volumen promedio, esto no ha frenado al California Prune Board (CPB), que avanza con estrategias de marketing selectivas y desarrollo varietal.
La producción del año pasado, según los procesadores en septiembre, alcanzó las 76,413 toneladas cortas, mientras que para 2025 se estima una producción de 65,000 toneladas cortas.
En cuanto a las limitaciones de oferta, el director ejecutivo Donn Zea comentó a Portalfruticola.com que el sector confía en un equilibrio estratégico de inventarios para enfrentar posibles déficits.
“Nuestra cosecha es aproximadamente un 15% menor en volumen total que un año promedio. El año pasado tuvimos una producción algo superior al promedio”, explicó.
A pesar de que se estima una menor producción, Zea aclara que la situación “no es problemática”, ya que la industria se encuentra en una “posición de equilibrio”.
“Creemos que somos uno de los pocos —si no el único— productores de ciruelas deshidratadas en el mundo que mantiene intencionalmente un volumen de inventario destinado a nuestros clientes durante todo el año”, afirma.
Una estrategia cuidadosamente ajustada
El CPB busca equilibrar oferta y demanda mediante estrategias de marketing y una investigación agrícola constante, lo que requiere una comunicación permanente a lo largo de toda la cadena de valor de la ciruela californiana.
“Es un diálogo constante en nuestro sistema de comités y en las reuniones del directorio. Procuramos que la superficie plantada no se expanda demasiado, especialmente cuando los huertos más antiguos pierden productividad”, explica.
El área cultivada se mantiene entre 14.000 y 16.000 hectáreas, con programas de replantación destinados a sustituir árboles viejos por otros más productivos.
“No queremos que la gente simplemente plante más hectáreas de ciruelas. Si vas a entrar al negocio, debes tener un comprador comprometido a adquirir tu producción dentro de cuatro o cinco años”, enfatiza el ejecutivo.
El sector enfrenta competencia de países como China, Uzbekistán y algunos productores de Sudamérica, que operan con menores costos. Los problemas comerciales, especialmente los aranceles en Europa, siguen siendo una preocupación, aunque las exportaciones mostraron un leve aumento interanual.
“Nuestro producto se defiende por sí mismo, pero necesitamos todas las oportunidades posibles para que la gente pruebe nuestras ciruelas frente a las de otros”, señala el directivo.
Sobre los derechos de importación, Zea explica que el sector tiene una “visión dividida”.
“Estamos pagando aranceles prácticamente en todas partes excepto en Japón, Corea, México y Canadá, que son mercados clave para nosotros. Pero en Europa, nuestro arancel del 9,6%, frente al 0% de otros, nos ha pasado la cuenta”.
Esto representa un obstáculo adicional en mercados como Alemania y el Reino Unido, donde el precio es un factor clave. “Si logramos mejores acuerdos comerciales, estaremos totalmente a favor”, asegura el ejecutivo.
Nuevas oportunidades: variedades e innovación
El programa de desarrollo varietal del CPB, iniciado en 1986, sigue generando nuevos cultivares como YOLO Gold.
“Evaluamos nuestras nuevas selecciones según varios criterios: sabor, color, rendimiento y su capacidad para reducir costos”, señala Zea.
El director indica que el CPB invierte entre US$300,000 y US$500,000 anuales en investigación de cultivos. Actualmente, los productores están probando unas 16 nuevas variedades, con apoyo del organismo para mitigar riesgos.
Además del desarrollo varietal, la industria apuesta por la tecnología para mejorar los márgenes de los productores.
“Nuestra tecnología de riego está entre las más avanzadas, y vemos inversiones constantes en ese ámbito”, dice Zea. También se trabaja en el uso de coberturas vegetales y la creación de microclimas en los huertos para optimizar la eficiencia.
“Estamos investigando nuevas tecnologías de secado que reduzcan el consumo energético en las plantas, e incluso variedades que permitan un mayor secado en el árbol”, añade.
Conectando con los consumidores mediante la calidad de la ciruela californiana
Las acciones promocionales son principalmente digitales. Zea comenta que el CPB utiliza redes sociales, influencers y campañas segmentadas, especialmente en Japón, su principal mercado de exportación, donde combinan medios tradicionales con contenido en línea.
“Nuestro mensaje sobre los beneficios y la nutrición está presente en cada acción de marketing”, afirma. El objetivo es ampliar el consumo entre públicos más jóvenes y promover el uso de ciruelas deshidratadas más allá de los snacks, como en repostería, salsas y diversas preparaciones.
Zea reconoce que aún existe cierto “estigma” hacia la ciruela deshidratada, debido a la percepción de alto contenido de azúcar. Sin embargo, este desafío impulsa al CPB a reforzar su estrategia con evidencia científica, mediante estudios sobre la salud intestinal, ósea y cardiometabólica.
“En cada ensayo clínico analizamos distintos indicadores, no solo el contenido de azúcar, sino también el impacto en personas con problemas glicémicos”, explica. “Sabemos que los azúcares naturales de la ciruela no tienen efectos negativos, a diferencia de los productos con azúcares añadidos”.
El California Prune Board realiza varias reuniones al año para educar a los consumidores sobre los beneficios del consumo de ciruelas deshidratadas, incluida una próxima conferencia nutricional en diciembre.
*Todas las fotos son cortesía del CPB | Fotografía de Alycia Moreno para CBP.
Read this story in English by Carla Espinoza.
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