Biovegen: "El sector español está en ebullición, ya atraemos inversión y podemos ser potencia exportando tecnología agro"

El debate entre los responsables del documento ‘Mapeo del Ecosistema Agrotech en España’ fue el polo de atracción del Congreso Biotech promovido por Biovegen en el transcurso de la última edición de Fruit Atraction.
Cerca de 300 investigadores y empresarios llenaron el Fruit Fórum, donde se presentaron algunas de las conclusiones de este documento promovido por el ICEX y Cajamar, una auténtica auditoría de la industria tecnológica española dedicada al agro. Se exhibió su gran potencial: el citado trabajo ha identificado una tupida red compuesta por 850 startups -focalizada en Andalucía (181), Cataluña (126), Comunidad Valenciana (110) y Madrid (109); una potente plataforma de investigación con 50 universidades especializadas, 20 centros y parques tecnológicos mixtos o privados, al menos 24 clústers sectoriales y/o autonómicos, 7 plataformas tecnológicas -como la propia Biovegen, dedicada a la biotecnología-, hubs regionales de innovación e incubadoras que ayudan a nacer y crecer a empresas a partir de sus primeras patentes u obtenciones vegetales.
Pero España también goza de industrias líderes -como el aceite de oliva, los cítricos o el porcino- que ejercen como “motores” de un potente sector agroalimentario que exporta casi el 20% de sus bienes y que viene creciendo en productividad (un 0,9% anual) por encima de los ratios del entorno.
El informe destaca que existe un gran interés de los gigantes de las semillas que -como Bayer, Syngenta, RijK Zwaan o Sakata- ya tienen sede en España y colaboran de forma creciente con las firmas españolas. Por no hablar del capital riesgo, que en los últimos dos años (2024 y 2025) está protagonizando multitud de operaciones de concentración, también en I+D, a través de fondos y SCR’s. Situación que, según el director de Biovegen, Gonzaga Ruiz de Gauna, permite describir la coyuntura del agrotech español como “en ebullición. Hoy disponemos de talento y conocimiento, atraemos a multinacionales y al capital foráneo pero mañana, cuando consolidemos este sector, podemos ser potencia exportando nuestra tecnología agro”.
Estas fueron algunas de las reflexiones y datos que salieron a colación durante la mesa de debate conducida por Inés Lucía, investor manager del ICEX y en la que también participaron Juan C. Gázquez, director adjunto de Cajamar Innova -representantes de las entidades promotoras del informe- además de Gabino Sánchez, director de Negocio de Hudson River Biotechnology (HRB, de Países bajos), una de esas compañías especializadas en CRISPR que han apostado por trabajar en España y el propio Ruiz de Gauna (Biovegen).
Gázquez desglosó los ámbitos de especialización de esas más de 850 startups españolas: casi el 30% lo están en agricultura y ganadería de precisión, otro 17% trabajan en la integración de la gestión de estas producciones; un 15% en robótica y mecanización y casi un 12% en biotecnología.
En este último sector se espera -no sin cierta ansiedad- la propuesta normativa que la Unión Europea comenzó a debatir en 2023 y que aún hoy no parece avanzar y sigue en la fase de trílogos (Parlamento, Consejo y Comisión Europea) y que deberá sustituir a la restrictiva de Organismos Genéticamente Modificados (OGM’s) para regular de forma más flexible a las llamadas Nuevas Técnicas de Edición Genética (NGT’s).
Para preparar el despegue de este sector -volcado en técnicas para la mejora vegetal como el CRISPR- se presentó posteriormente, a cargo de Amparo Monfort, investigadora del Centre de Recerca en Agrigenòmica (CRAG) -uno de los principales consorcios españoles en esta materia- la marcha del proyecto nGENIA: un grupo de expertos que ya está asesorando al Ministerio de Agricultura sobre el desarrollo de las NGT’s y organizando encuentros con grupos de inversores.
Las sombras: falta de incentivos, desconexión, atomización y burocracia
Pero sobre la actividad agrotech pesan también no pocas ni irrelevantes incertidumbres. Sánchez, ejecutivo de la biotecnológica holandesa HRB, reconoció que uno de los atractivos de España sigue siendo sus costes laborales -un 19% más reducidos que la media de la Unión Europea- pero también alertó sobre la ausencia de medidas para “retener o atraer el talento (en Países Bajos hay grandes exenciones durante 5 años para estos perfiles) y en general para reducir la carga tributaria a las inversiones de I+D (que en aquel país también están muy bonificadas).
Gázquez, por su parte, destacó que pese a los avances “tenemos un sistema investigador aún desestructurado, no suficientemente interconectado y un tejido empresarial de pequeño tamaño, atomizado” por lo que en idéntico sentido reclamó medidas en sendos frentes.
El director de Biovegen, en consonancia con el resto de participantes en la mesa, concluyó por todo ello que, más allá de las privilegiadas condiciones naturales para la industria española, geográficas y climáticas, “el agrotech tampoco puede seguir viviendo de salarios más bajos que en la Unión Europea porque en este mismo mercado ya competimos con otras agriculturas, al sur del Mediterráneo o de Hispanoámerica, con producciones mucho más baratas. La I+D es nuestra vía para generar valor”. Y se refirió al marco regulatorio español para incentivar fiscalmente estas inversiones: “O no se conoce o implica demasiada burcocracia o probablemente ambas cosas”.
IA, digitalización y cultivos españoles editados
Antes de todo ello, la inauguración del congreso corrió a cargo de la vicepresidenta de Innovación y Transferencia del CSIC, Ana Castro y del propio anfitrión y presidente de Biovegen, José Pellicer. Éste último ya avanzó muchas de las aportaciones que posteriormente, en sucesivas ponencias, también se destacarían: “Disponemos de tres tecnologías disruptivas que lo están acelerando todo y que se retroalimentan: el impulso de la Inteligencia Artificial, de la digitalización de los procesos y de la precisión de nuevas técnicas genómicas. La agricultura y la alimentación no puede, ni creo que lo hará, dar la espalda a esta revolución que ya hemos comenzado”.
Además, antes de la clausura a cargo del director de Tecnología del CDTI Innovación, Carlos de la Cruz, se abordaron tres casos de éxito de transferencia tecnológica en consorcios público-privados en los que, de alguna manera, estas tres tecnologías están presentes: Jorge Lozano, del IBMCP (UPV-CSIC), expuso el recurso de fármacos para incrementar la tolerancia a la sequía; Francisco Bermúdez, CEO de Beyond Seeds, presentó los resultados de un grupo operativo, GO Biodif, sobre nanofertilizantes (nutrientes y compuestos bioactivos) para la aceituna de mesa y el aceite de oliva y finalmente Pablo Gutiérrez, de Viveros Integrales El Ejidillo, hizo lo propio con el proyecto GO Simbioliva, para la revalorización del alperujo.
Por último, el investigador del IBMCP (UPV-CSIC, Valencia), José M. Mulet, expuso uno de los proyectos españoles de mejora a través de CRISPR ya más avanzados: variedades de brócoli resistentes/tolerantes a la falta de agua y por ello más sabrosas y enriquecidas con aminoácidos. Pese a no contar aún con la legislación anunciada, esta investigación ya está en fase de ensayo de campo (y existen otros tres proyectos de edición genética también en esa situación: dos sobre maíz, en Aragón y en Andalucía, y otro también en Valencia sobre una planta de tabaco que no produce nicotina sino anatabina, con propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras).
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