Tarifa del 50% en Estados Unidos: una prueba de resistencia para la fruticultura brasileña

Por Margarete Boteon, profesora de la Esalq/USP e investigadora del área hortifrutícola del Cepea.
La imposición de una tarifa total del 50% sobre las frutas frescas brasileñas en Estados Unidos, en vigor desde el 6 de agosto de 2025, representa una de las mayores pruebas de resiliencia que haya enfrentado la fruticultura nacional.
El incremento resulta de la combinación de la sobretasa del 40% anunciada en julio con la tarifa del 10% ya aplicada, lo que presiona fuertemente la competitividad del sector.
Pese a la gravedad del escenario, el mantenimiento parcial de los envíos de mango y uva —las principales frutas frescas exportadas— hacia el mercado estadounidense, aun con mayores costos y márgenes comprimidos, evita en el corto plazo un colapso en la cadena productiva.
Aun así, la pregunta que se impone es urgente: ¿cómo mantener la rentabilidad y la capacidad de inversión de las cadenas más vulnerables sin una acción rápida y articulada?
El caso del jugo de naranja demuestra que una articulación estratégica y la comprobación de la interdependencia comercial Brasil-Estados Unidos pueden abrir puertas. El producto fue excluido de la sobretasa del 40% gracias a la actuación conjunta del sector con clientes estadounidenses y a un intenso trabajo de convencimiento ante el gobierno estadounidense, que evidenció la dependencia de ese mercado del jugo brasileño y la relevancia de las inversiones multimillonarias de la industria nacional en territorio norteamericano.
En cambio, el mango y la uva, así como otras cadenas sensibles (açaí, jengibre), permanecen bajo el peso íntegro de la tarifa, con impacto directo en precios, márgenes y planes de expansión. El momento exige una respuesta en tres frentes:
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Movilización internacional: negociar con importadores y buscar exenciones arancelarias en los períodos en que el mercado estadounidense depende más de la fruta brasileña.
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Acción gubernamental inmediata: crédito de emergencia, prórroga de financiamientos y devolución acelerada de tributos.
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Gestión estratégica en el campo y la exportación: escalonar cosechas, optimizar la logística y diversificar mercados.
El mantenimiento parcial de las exportaciones a Estados Unidos, honrando los contratos ya firmados, combinado con medidas de emergencia y un plan agresivo de diversificación de mercados, será decisivo para que la fruticultura brasileña no solo sobreviva, sino que salga fortalecida de este embate arancelario.
No se trata solo de proteger la competitividad: se trata de preservar empleos, ingresos y valor agregado tanto en el campo como en la industria.
*Material original CEPEA - Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada - traducción y edición Portalfruticola.com.
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