Últimas tecnologías para el control de malezas en berries: innovación y sostenibilidad en 2025
Tabla de Contenido
- Introducción
- 1. Control Mecánico de Malezas
- 2. Control Biológico y Métodos Alternativos
- 3. Uso de Drones en el Control de Malezas
- 4. Inteligencia Artificial para Identificación de Malezas
- 5. Robótica y Automatización en Desmalezado
- 6. Implicancias Regulatorias y Ambientales
- Preguntas Frecuentes sobre Control de Malezas en Berries
- Conclusión
- Referencias
Introducción
El control de malezas en cultivos de berries como arándanos, frambuesas y moras representa uno de los desafíos más críticos para los productores agrícolas en la actualidad. Las malezas o plantas no deseadas compiten directamente con estos valiosos cultivos por recursos esenciales como nutrientes, agua, luz solar y espacio, pudiendo ocasionar pérdidas significativas de rendimiento y calidad si no se gestionan adecuadamente. En un contexto donde la industria de los berries continúa expandiéndose globalmente, impulsada por la creciente demanda de frutos saludables y nutritivos, la necesidad de implementar estrategias efectivas y sostenibles de control de malezas se ha vuelto más urgente que nunca.
Tradicionalmente, el manejo integrado de malezas en berries ha combinado métodos culturales (como el uso de mulch o cobertura vegetal), controles mecánicos (labores de cultivo manual o mecanizado) y la aplicación de herbicidas químicos sintéticos a lo largo de la temporada productiva. Sin embargo, este enfoque convencional enfrenta desafíos cada vez más complejos en el siglo XXI. La aparición de malezas resistentes a herbicidas tradicionales, las crecientes restricciones regulatorias sobre el uso de agroquímicos, la demanda de los consumidores por productos más limpios y sostenibles, y la escasez crítica de mano de obra agrícola han convergido para impulsar una verdadera revolución tecnológica en el sector.
En este contexto de transformación, emergen tecnologías de vanguardia que prometen redefinir completamente el control de malezas en los huertos de berries. Desde drones agrícolas equipados con sistemas de pulverización de precisión hasta robots autónomos capaces de identificar y eliminar plantas no deseadas de forma selectiva, pasando por bioherbicidas de origen natural y sistemas de inteligencia artificial para el reconocimiento de especies, el panorama tecnológico actual ofrece un abanico de soluciones innovadoras que combinan eficacia operativa con sostenibilidad ambiental.
Este artículo técnico proporciona una revisión exhaustiva y actualizada de las últimas tecnologías disponibles para el control de malezas en cultivos de berries en 2025. Analizaremos métodos mecánicos avanzados, estrategias biológicas emergentes, aplicaciones de drones y robótica agrícola, el papel transformador de la inteligencia artificial y la visión computacional, así como las implicancias regulatorias y ambientales asociadas a estas innovaciones. Nuestro objetivo es proporcionar a técnicos agrícolas, asesores, productores y profesionales del sector una guía práctica y fundamentada que les permita comprender, evaluar e implementar estas herramientas emergentes, contribuyendo así a un manejo más eficiente, económico y sostenible de las malezas en sus sistemas productivos de berries.
1. Control mecánico de malezas
1.1. Maquinaria especializada para desmalezado
Los métodos mecánicos para el control de malezas han experimentado una evolución significativa, trascendiendo las labores manuales tradicionales con azadón para incorporar maquinaria especializada de alta tecnología. En la actualidad, los productores de berries disponen de equipos tractorizados con aperos innovadores diseñados específicamente para eliminar o suprimir malezas entre las hileras y alrededor de las plantas de arándanos, frambuesas y moras, sin comprometer la integridad de los cultivos.
Entre las innovaciones más destacadas se encuentran los implementos de labranza interfilas equipados con sensores de proximidad que permiten mover cuchillas o discos alrededor de la base de los arbustos sin causar daños. Equipos como las azadas rotativas tipo Weed Badger™ o Green Hoe™, originalmente desarrollados para viñedos, han sido exitosamente adaptados a huertos de arándanos y frambuesas. Un aspecto crítico que los expertos enfatizan es que el laboreo debe ser superficial para no dañar las raíces superficiales características de los berries, las cuales típicamente se concentran en los primeros 20-30 centímetros del suelo.
Estos sistemas mecánicos modernos ofrecen múltiples ventajas estratégicas. Permiten reducir significativamente la dependencia de herbicidas químicos, disminuyen la necesidad de desmalezar manualmente (una tarea intensiva en mano de obra que resulta cada vez más difícil y costosa de conseguir), y pueden programarse para intervenciones regulares que mantienen las malezas bajo control antes de que se establezcan y compitan seriamente con el cultivo. Además, al evitar el uso de químicos, estos métodos son particularmente valiosos para productores orgánicos o aquellos que buscan certificaciones de sostenibilidad.
1.2. Acolchado (Mulch) como barrera física
El acolchado o mulch representa uno de los métodos más efectivos y ampliamente utilizados en el control de malezas para cultivos de berries. Esta práctica consiste en la aplicación de una cubierta sobre el suelo, ya sea de materiales orgánicos (paja, astillas de madera, corteza) o sintéticos (film plástico, mallas geotextiles), creando una barrera física que dificulta significativamente la germinación y el crecimiento de plantas no deseadas.
Numerosos estudios científicos han demostrado que el mulch no solo suprime malezas, sino que también proporciona beneficios adicionales cruciales para los berries: conserva la humedad del suelo, modera las fluctuaciones de temperatura, aporta materia orgánica al degradarse (en el caso de mulch orgánico), y puede mejorar significativamente el rendimiento y la calidad de frutos en cultivos como frambuesas y moras. En arándano alto, es particularmente común el uso de plástico negro durante la fase de establecimiento del huerto, o bien mallas antimalezas tejidas de larga duración que pueden permanecer en las calles durante varios años.
Los materiales sintéticos como los plásticos y geotextiles suprimen eficazmente el crecimiento de malezas competidoras a largo plazo, aunque requieren una inversión inicial considerable y eventualmente necesitan ser removidos o reemplazados para evitar la acumulación de residuos en el campo. Un aspecto importante a considerar es que en sistemas orgánicos certificados se debe verificar la compatibilidad de estos materiales con la normativa aplicable. Por ejemplo, en Estados Unidos, el reglamento orgánico del USDA exige retirar los plásticos al final de cada temporada, lo que puede influir en la decisión de qué tipo de acolchado utilizar. El acolchado es especialmente eficaz cuando se combina estratégicamente con otros métodos de control de malezas dentro de un programa de manejo integrado.
1.3. Tecnologías térmicas innovadoras
Las tecnologías mecánicas térmicas representan una frontera innovadora en el control de malezas sin el uso de químicos. Métodos como la quema dirigida con propano (flameado) y el vapor de agua a alta temperatura eliminan malezas mediante la aplicación de calor intenso, ofreciendo una alternativa completamente libre de residuos químicos.
Un desarrollo particularmente interesante en Chile es un robot desmalezador que utiliza exclusivamente vapor de agua caliente para "secar" las malezas hasta la raíz. Esta tecnología ha sido específicamente diseñada para huertos orgánicos de berries que buscan prescindir completamente de herbicidas químicos, respondiendo a la creciente demanda por métodos de producción más limpios y sostenibles. El vapor penetra en los tejidos vegetales de las plantas no deseadas, provocando la ruptura celular y la muerte de la planta sin dejar ningún tipo de residuo tóxico.
Paralelamente, en Europa y Norteamérica se están probando equipos eléctricos que electrocutan malezas mediante descargas de alta tensión, así como dispositivos que utilizan microondas para eliminarlas mediante radiación electromagnética dirigida. Si bien estas técnicas aún no son de uso masivo en cultivos de berries, representan el abanico creciente de soluciones mecánicas disponibles. Es importante recalcar que en un programa de manejo integrado de malezas, estos métodos mecánicos modernos se combinan estratégicamente con otras estrategias para lograr un control más completo y duradero, dado que las malezas perennes muy establecidas generalmente requieren abordajes múltiples implementados a lo largo de varias temporadas.
2. Control biológico y métodos alternativos
2.1. Cubiertas vegetales y cultivos de cobertura
En la búsqueda de alternativas más sostenibles y ecológicas, los productores de berries están incorporando crecientemente estrategias biológicas y culturales para el manejo de malezas. Una de las prácticas más efectivas es el establecimiento de cubiertas vegetales o cultivos de cobertura en las entrehilas de los huertos. Esta técnica consiste en sembrar gramíneas o leguminosas de bajo porte en los callejones entre las hileras de arándanos o frambuesas, logrando suprimir las malezas mediante competencia mientras se previene simultáneamente la erosión del suelo.
Especies cespitosas no agresivas como festuca, raigrás perenne y diversos tipos de tréboles se emplean frecuentemente como césped intercalar para mantener el suelo cubierto, reduciendo drásticamente la germinación y establecimiento de plantas no deseadas. Estas cubiertas vegetales requieren cierto nivel de manejo (principalmente cortes periódicos o siegas) para evitar que compitan excesivamente con el cultivo principal por agua y nutrientes, pero cuando se manejan adecuadamente contribuyen significativamente al control de malezas de forma ecológica y sostenible.
Algunos productores han ido un paso más allá, integrando ganado menor como ovejas o gansos para pastoreo controlado en huertos fuera de la temporada de cosecha. Estos animales consumen activamente malezas entre las plantas sin mostrar interés en los arbustos de berries cuando los frutos no están presentes. Si bien el pastoreo debe implementarse con precaución para no dañar arbustos jóvenes o el sistema radicular, puede constituir una parte valiosa de un enfoque biológico de bajo impacto ambiental y sin uso de químicos.
2.2. Bioherbicidas: la revolución biológica
Los bioherbicidas representan una de las áreas de mayor innovación en el control de malezas para cultivos de berries. Estos productos de origen biológico o natural están diseñados específicamente para controlar plantas no deseadas sin los impactos ambientales negativos asociados a los herbicidas sintéticos tradicionales. A diferencia de moléculas químicas como el glifosato o el paraquat, los bioherbicidas suelen basarse en extractos botánicos, metabolitos microbianos o incluso microorganismos vivos dirigidos contra especies específicas de malezas.
El desarrollo de bioherbicidas ha sido históricamente más lento en comparación con bioinsecticidas o biofungicidas, pero está cobrando un impulso extraordinario en años recientes. Esta aceleración se debe principalmente a dos factores convergentes: la urgencia de reducir el uso de moléculas químicas persistentes debido a presiones regulatorias y demandas del mercado, y la proliferación alarmante de malezas resistentes a herbicidas comunes. De hecho, datos científicos documentan que las malezas han desarrollado resistencia a 165 ingredientes activos herbicidas diferentes en el mundo, abarcando 98 cultivos en 72 países, lo que subraya dramáticamente la necesidad de alternativas novedosas.
Un ejemplo destacado disponible comercialmente es el ácido pelargónico (ácido nonanoico), un ácido graso de origen vegetal que actúa como herbicida de contacto. En 2023 se lanzó en Chile el bioherbicida Suppress® EC (distribuido por Anasac), basado en ácido pelargónico y orientado específicamente a productores orgánicos de viñedos, frutales y berries. Según reportes técnicos, este producto logra quemar malezas de hoja ancha en apenas 24 horas, provocando la desecación total de los tejidos indeseados. Una ventaja significativa es que, al ser una sustancia natural, no deja residuos tóxicos: tiene cero días de carencia (pudiendo aplicarse incluso poco antes de cosechar), y al caer al suelo se biodegrada rápidamente convirtiéndose en sustrato nutricional para microorganismos beneficiosos del suelo.
2.3. Desarrollos futuros en biocontrol
El futuro del control biológico de malezas promete innovaciones aún más revolucionarias. Actualmente hay diversos prototipos de bioherbicidas en investigación que podrían transformar completamente el manejo de plantas no deseadas en el mediano plazo. Algunos de estos desarrollos se basan en microorganismos patógenos altamente específicos de ciertas malezas (hongos u otras pestes que enferman exclusivamente a la especie objetivo), mientras que otros emplean metabolitos naturales con modos de acción completamente nuevos, como péptidos fitotóxicos selectivos o enzimas que degradan específicamente tejidos vegetales de especies no deseadas.
Incluso se están explorando enfoques biotecnológicos de vanguardia como el uso de ARN de interferencia (ARNi) que silencia genes esenciales en la maleza para inducir su muerte de forma altamente específica. Este método, de lograrse aplicaciones prácticas y comerciales, ofrecería una especificidad sin precedentes, aunque conlleva desafíos significativos tanto de formulación y estabilidad del producto como de evaluación y aprobación regulatoria. Es importante señalar que cualquier bioherbicida novedoso debe pasar por evaluaciones rigurosas de inocuidad ambiental, eficacia agronómica y seguridad antes de su aprobación comercial.
Actualmente el mercado de bioherbicidas es todavía incipiente, representando menos del 1% del mercado total de biocontroladores a nivel global, pero se espera un crecimiento exponencial en la medida que estas innovaciones demuestren resultados consistentes y reproducibles en condiciones de campo. Para los técnicos agrícolas dedicados a los berries, vale la pena seguir de cerca la aparición de nuevos productos bioherbicidas registrados para uso en estos cultivos, ya que podrían integrarse como herramientas complementarias extremadamente valiosas en esquemas de manejo integrado, reduciendo significativamente la carga de químicos sintéticos y ayudando a manejar poblaciones de malezas resistentes a herbicidas convencionales.
3. Uso de drones en el control de malezas
3.1. Pulverización de precisión con drones
Los drones agrícolas equipados con sistemas avanzados de pulverización han emergido como una herramienta revolucionaria para el control de malezas en cultivos de berries. Estas aeronaves no tripuladas (UAV, por sus siglas en inglés) permiten la aplicación aérea localizada de herbicidas con una precisión excepcional, incluso en terrenos difíciles, con pendientes pronunciadas o en sectores de difícil acceso donde los equipos terrestres convencionales tienen limitaciones operativas. Una ventaja adicional significativa es la reducción de la compactación del suelo en comparación con el paso repetido de tractores u otros equipos terrestres pesados.
Estudios científicos recientes demuestran que la eficacia de los tratamientos herbicidas aplicados mediante drones puede ser totalmente equiparable a la de los métodos convencionales terrestres, incluso empleando volúmenes de caldo significativamente menores gracias a boquillas especializadas y sistemas de atomización optimizados. Por ejemplo, en pruebas experimentales realizadas sobre pastizales, se observó un control de malezas con glifosato aplicado vía dron tan efectivo como con pulverizador terrestre convencional, pese a utilizar solamente 1/4 del volumen de agua por hectárea. Este dato resulta sumamente relevante para cultivos de berries, donde frecuentemente se busca aplicar dosis bajas de herbicida de forma extremadamente precisa, evitando todo contacto con los arbustos frutales.
Una de las ventajas clave de los drones es su capacidad de precisión y focalización mediante sistemas de navegación GPS y programación de rutas de vuelo. Es posible dirigir el dron a parches específicos de malezas dentro del huerto (por ejemplo, áreas donde prolifera una especie herbácea particular) y aplicar el herbicida exclusivamente allí, en lugar de rociar uniformemente todo el campo. Este enfoque no solo reduce dramáticamente la cantidad de producto fitosanitario utilizado, sino que también protege a las plantas de berries y al entorno inmediato de exposiciones innecesarias. Fabricantes líderes de drones fumigadores incorporan tecnologías de dosificación variable que ajustan la aspersión en tiempo real según la presencia de malezas detectada por sensores, optimizando cada gota aplicada y maximizando la eficiencia.
3.2. Monitoreo y cartografía de malezas
Además de la pulverización directa, los drones desempeñan un papel fundamental en el monitoreo y cartografía de malezas en huertos de berries. Equipados con cámaras multiespectrales o de alta resolución RGB, pueden sobrevolar sistemáticamente los campos para identificar, mediante análisis avanzado de imágenes, dónde se ubican exactamente los focos de malezas, qué tan densa es la cobertura indeseada y qué especies están presentes. Con algoritmos sofisticados de visión artificial y procesamiento de imágenes, es posible generar mapas detallados de infestación que permiten dirigir acciones de control puntuales y estratégicas.
Por ejemplo, si el dron detecta franjas específicas de malezas en los bordes del potrero de frambuesas o en sectores determinados del campo de arándanos, el productor puede programar una aplicación dirigida exclusivamente en esas áreas problemáticas, dejando intactas las zonas donde el control de malezas es adecuado. Este enfoque basado en datos geoespaciales ahorra significativamente insumos (herbicidas, combustible, tiempo), reduce la contaminación ambiental y se alinea perfectamente con los principios de la agricultura de precisión.
Un caso práctico de aplicación es el uso coordinado de grupos de drones: primero, un dron equipado con sensores cartografía exhaustivamente el campo y genera mapas de infestación de malezas; posteriormente, en base a esa información georreferenciada, otro dron especializado en pulverización (o un equipo terrestre inteligente) realiza el control focalizado únicamente donde se detectó el problema. Esta integración de monitoreo y acción representa un salto cualitativo en la eficiencia del manejo de malezas. En resumen, los drones aportan una versatilidad extraordinaria tanto para la detección temprana como para la intervención precisa en el manejo de malezas, y su adopción en cultivos de berries irá en aumento sostenido a medida que disminuyan los costos de la tecnología y se consolide definitivamente su marco regulatorio.
3.3. Aspectos regulatorios y legales
El uso de drones para la aplicación de herbicidas en el control de malezas conlleva importantes consideraciones legales, regulatorias y de seguridad que los técnicos agrícolas deben conocer y respetar escrupulosamente. Al tratarse de aplicaciones aéreas, deben cumplirse las restricciones específicas que aparecen en la etiqueta de cada producto herbicida respecto a su uso aéreo, así como las normativas locales sobre operación de drones y aplicación de plaguicidas.
Por ejemplo, muchas etiquetas de productos fitosanitarios indican explícitamente no sobrepasar los 3-4 metros de altura sobre el objetivo durante la aplicación y tomar medidas estrictas para mitigar la deriva del producto hacia áreas no objetivo. En Chile, la legislación vigente (Decreto 5 del Ministerio de Salud) no contemplaba explícitamente a los drones hasta hace relativamente poco tiempo, lo que generó un vacío normativo significativo: las aplicaciones aéreas estaban reguladas pensando exclusivamente en avionetas tripuladas, dificultando la autorización formal de aplicaciones con UAV.
Actualmente, las autoridades están actualizando activamente estas normas para incorporar la tecnología de drones. La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) ya reconoce oficialmente a los drones como aeronaves no tripuladas, y se está desarrollando un marco regulatorio claro y específico que permita aprovechar los múltiples beneficios de esta tecnología de manera segura y controlada. Es absolutamente fundamental que los técnicos agrícolas se informen exhaustivamente sobre la normativa vigente en su país (permisos requeridos, licencias de operador de dron, registro del equipo ante las autoridades, condiciones meteorológicas de aplicación, distancias de seguridad) antes de implementar programas operativos de control de malezas con drones. El incumplimiento de estas normativas puede resultar en sanciones significativas y poner en riesgo la seguridad de las personas y el ambiente.
4. Inteligencia artificial para identificación de malezas
4.1. Sistemas de pulverización selectiva
El avance exponencial de la inteligencia artificial (IA) y la visión computacional está transformando radicalmente la manera de distinguir y manejar las malezas en los cultivos de berries. Tradicionalmente, identificar qué plántulas son malezas y cuáles pertenecen al cultivo deseado requería inspección visual humana intensiva, pero ahora cámaras avanzadas combinadas con algoritmos de inteligencia artificial pueden realizar esta tarea en fracciones de segundo con una precisión frecuentemente superior a la del ojo humano. En berries, donde suele haber un dossel o canopia compleja y abundante presencia de hojarasca y residuos vegetales, la IA ofrece la posibilidad de detectar detalles sutiles que podrían pasar desapercibidos en una inspección manual, optimizando dramáticamente las decisiones de control.
Una de las aplicaciones más revolucionarias de la IA es en sistemas de pulverización selectiva inteligente. Empresas líderes de tecnología agrícola han desarrollado equipos de aspersión dotados de cámaras de alta resolución y software de reconocimiento que, al avanzar por el campo, distinguen en tiempo real las malezas de las plantas del cultivo y aplican micro-dosis precisas de herbicida únicamente sobre las primeras. Esta tecnología, originalmente probada y perfeccionada en cultivos extensivos como soya, maíz o algodón, se está adaptando exitosamente a cultivos especializados y de alto valor como los berries.
En un proyecto piloto innovador realizado con arándanos en Europa (proyecto FlexiGroBots), el sistema combina cámaras multiespectrales de última generación y redes neuronales profundas (deep learning) para detectar malezas incluso cuando están parcialmente ocultas entre las plantas de arándano o cubiertas por hojas del cultivo. La información visual recogida por drones o sensores fijos instalados en el campo es procesada en tiempo real por algoritmos avanzados de inteligencia artificial, los cuales identifican patrones específicos de firmas espectrales o características morfológicas foliares distintivas de las malezas. Esta información se utiliza para indicar a un equipo terrestre o robot autónomo dónde están exactamente las malezas para rociarlas de manera extremadamente precisa con herbicida, reduciendo drásticamente (hasta en un 90%) la cantidad total de químico usado en comparación con aplicaciones convencionales al voleo.
4.2. Monitoreo predictivo y alertas tempranas
Otra aplicación transformadora de la inteligencia artificial en el control de malezas es el monitoreo predictivo y la generación de alertas tempranas. Mediante modelos computacionales sofisticados que analizan imágenes históricas del campo, datos meteorológicos, información fenológica y patrones de infestación previos, es posible predecir con notable precisión dónde y cuándo emergerán ciertas especies de malezas problemáticas en un potrero específico de berries.
Algunos programas de software agrícola de vanguardia toman series temporales de imágenes satelitales o de drones capturadas en diferentes fechas y, mediante algoritmos avanzados de reconocimiento de patrones y aprendizaje automático, infieren la tasa de crecimiento y propagación de las malezas. Este análisis permite emitir alertas tempranas automatizadas a los agricultores (por ejemplo, "se detecta un aumento significativo de malezas de hoja ancha en la esquina norte del lote 3 de frambuesas") y recomendar intervenciones oportunas antes de que la infestación se descontrole y cause pérdidas de rendimiento.
Del mismo modo, existen aplicaciones móviles innovadoras donde el técnico agrícola puede fotografiar una maleza directamente en terreno con su smartphone, y la IA la identifica instantáneamente con un alto nivel de confianza (típicamente >90%), consultando una base de datos botánica exhaustiva que incluye miles de especies. Esta identificación rápida y precisa resulta vital para decidir el método de control más adecuado y eficaz según la especie particular (no es lo mismo combatir Convolvulus arvensis –correhuela– que Taraxacum officinale –diente de león–, por ejemplo, ya que requieren estrategias diferentes debido a sus distintas biologías y formas de propagación).
4.3. Avances en visión computacional
Un desafío técnico importante para la visión artificial en campos de berries es la diferenciación precisa de plántulas pequeñas de maleza mezcladas íntimamente con plántulas del cultivo, hojarasca, residuos de poda o coberturas vegetales intencionales. Para abordar esta complejidad, se están proponiendo y desarrollando soluciones cada vez más creativas e innovadoras.
Un grupo de científicos en biotecnología vegetal planteó recientemente una propuesta fascinante: usar técnicas de edición genética como CRISPR-Cas9 para dotar a los cultivos de rasgos visuales distintivos (como colores de follaje inusuales o patrones específicos de pigmentación) que faciliten enormemente el entrenamiento y la operación de robots desmalezadores equipados con inteligencia artificial. Por ejemplo, mediante estas técnicas podrían generarse variedades de cobertura de suelo o incluso del cultivo principal que expresen un pigmento particular detectable por sensores, de forma que la IA las reconozca instantánea e inequívocamente y elimine selectivamente solo las plantas que no presenten esa señal visual específica. Esta idea de "cultivos coloridos" o "marcadores visuales genéticos" es todavía experimental y conlleva consideraciones regulatorias sobre organismos modificados genéticamente, pero ilustra creativamente cómo la convergencia de biotecnología e inteligencia artificial podría en el futuro hacer aún más preciso, rápido y confiable el control automatizado de malezas.
No obstante, en el corto y mediano plazo, la estrategia predominante será continuar mejorando los algoritmos de reconocimiento existentes mediante el entrenamiento con conjuntos masivos de datos. Esto implica alimentar los sistemas de IA con decenas o cientos de miles de imágenes de entrenamiento que muestren malezas en distintas condiciones operativas (diferentes iluminaciones, estados fenológicos, traslapadas con el cultivo, cubiertas parcialmente por hojas, en distintos tipos de suelo, etc.), de manera que los sistemas de visión artificial se vuelvan progresivamente más robustos, precisos y confiables en las condiciones reales y variables del campo abierto.
En síntesis, la inteligencia artificial brinda a los técnicos agrícolas una herramienta extraordinariamente potente tanto de diagnóstico como de acción en el control de malezas. Robots, drones o equipos inteligentes "impulsados" por IA pueden tomar decisiones granulares lote por lote, hilera por hilera, e incluso planta por planta. El resultado tangible es un control más oportuno, localizado y eficiente, que reduce sustancialmente el uso de insumos, evita daños colaterales al cultivo y mejora la sostenibilidad global del sistema productivo. A medida que estas tecnologías se vuelvan más accesibles económicamente y amigables de operar, es previsible que formen parte del arsenal estándar en el manejo integrado de malezas en berries y otros cultivos intensivos de alto valor.
5. Robótica y automatización en desmalezado
5.1. LaserWeeder: eliminación con láser
La robótica agrícola está introduciendo máquinas autónomas o semi-autónomas capaces de eliminar malezas sin necesidad de intervención humana directa, marcando un auténtico cambio de paradigma en el manejo de malezas en cultivos de berries. Un ejemplo comercial emblemático es el LaserWeeder, un implemento remolcado revolucionario equipado con cámaras de alta velocidad e inteligencia artificial que identifica malezas en tiempo real y las elimina instantáneamente mediante disparos de láser de alta energía, con una precisión sub-milimétrica que resulta asombrosa.
Esta máquina innovadora, desarrollada por la empresa Carbon Robotics de Estados Unidos, puede llegar a destruir más de 5.000 malezas por minuto utilizando rayos láser concentrados de alta potencia, funcionando ininterrumpidamente tanto de día como de noche sin fatiga humana ni degradación del rendimiento. Tecnologías como esta permiten erradicar eficazmente malezas sin utilizar absolutamente ningún herbicida químico, resultando ideales para sistemas de producción orgánica certificada o para productores que buscan reducir drásticamente la carga de pesticidas en sus operaciones agrícolas.
Una ventaja extraordinaria del LaserWeeder es que, al operar con un nivel de exactitud sub-milimétrico guiado por IA, este robot evita totalmente dañar las plantas de arándano, frambuesa o mora que crecen inmediatamente adyacentes a la maleza objetivo, algo extremadamente difícil de lograr con métodos manuales tradicionales o mecánicos convencionales que utilizan cuchillas o discos. Si bien el LaserWeeder fue diseñado inicialmente pensando en hortalizas y cultivos anuales en hileras estrechas, demuestra contundentemente el extraordinario potencial de combinar visión artificial + robótica avanzada + métodos físicos innovadores (tecnología láser) para revolucionar completamente el deshierbe en agricultura intensiva.
5.2. Robots biomiméticos tipo ciempiés
Otra innovación verdaderamente impresionante en robótica agrícola es el desarrollo de robots biomiméticos inspirados directamente en la morfología y locomoción de insectos. En 2025 se presentó un prototipo fascinante de robot con forma de ciempiés gigante, desarrollado por la empresa Ground Control Robotics, diseñado específicamente para desplazarse eficientemente entre hileras de cultivos complejos y estructuralmente densos como arándanos, viñedos y plantaciones comerciales de frutilla.
Este autómata innovador consta de múltiples segmentos articulados equipados con patas robóticas, imitando fielmente la locomoción ondulante característica de un ciempiés real, lo que le otorga una movilidad excepcional en terrenos irregulares, con pendientes pronunciadas o con obstáculos que serían problemáticos para robots convencionales de ruedas. A diferencia de un tractor tradicional o incluso de robots cuadrúpedos, el diseño biomimético de ciempiés le permite sortear obstáculos complejos y avanzar por debajo o muy cerca de las plantas sin aplastarlas ni dañar su estructura.
En pruebas de campo realizadas en plantaciones comerciales en Georgia (Estados Unidos), estos robots tipo ciempiés han demostrado ser capaces de realizar deshierbe mecánico efectivo (arrancando físicamente o cortando malezas) en zonas donde tradicionalmente solo era posible desmalezar mediante labor manual intensiva. Su objetivo primordial es reducir dramáticamente la dependencia de mano de obra humana para escardar, labor que en berries suele ser extremadamente intensiva en costo y cada vez más difícil de conseguir estacionalmente debido a la escasez de trabajadores agrícolas. Además, al funcionar de manera autónoma con sensores relativamente simples pero efectivos, estos robots insecto minimizan o eliminan completamente el uso de pesticidas y promueven prácticas significativamente más sustentables desde el punto de vista ambiental.
5.3. Otros robots autónomos
Junto a estos ejemplos emblemáticos, existe un ecosistema creciente de otros robots autónomos o semi-autónomos que están haciendo su debut en el control de malezas en agricultura intensiva. Diversas startups tecnológicas han introducido pequeños rover eléctricos que circulan autónomamente entre las camas o hileras de cultivo, identificando y arrancando malezas de forma continua y sistemática.
Por ejemplo, el robot Solix, desarrollado por un equipo brasileño, se enfoca en monitorear continuamente la salud de plantas de cultivo y detectar simultáneamente malezas y plagas mediante sistemas de inteligencia artificial, integrándose eficazmente a plataformas digitales de gestión agrícola inteligente. Otros diseños comerciales, como los desarrollados por Naïo Technologies (Francia) o FarmWise (Estados Unidos), se asemejan a pequeños tractores autónomos eléctricos que escardan las malezas mediante implementos mecánicos (cuchillas, dedos de resorte, etc.) guiados con precisión por sistemas de visión artificial y GPS de alta precisión.
Un factor común entre prácticamente todos estos desarrollos robóticos es que emplean alguna forma de energía eléctrica (baterías recargables) o incluso solar (paneles fotovoltaicos integrados), y típicamente su peso es considerablemente bajo comparado con equipos tradicionales tractorizados, lo que minimiza significativamente la compactación del suelo. Esto contrasta favorablemente con equipos tradicionales pesados y refuerza el enfoque integral de sostenibilidad que caracteriza a estas tecnologías emergentes.
Un punto absolutamente importante es entender que la robótica no busca reemplazar completamente al operario humano, sino más bien establecer una colaboración efectiva entre humanos y máquinas. Muchos de estos sistemas están diseñados específicamente para trabajar bajo supervisión remota o en modo colaborativo. Por ejemplo, un técnico agrícola podría supervisar en tiempo real a través de una tablet o computadora las imágenes y datos que envía un robot desmalezador operando en el campo, ajustar parámetros operativos según necesidad, o tomar control manual directo ante alguna situación delicada (como una maleza creciendo peligrosamente cerca del tronco de un arbusto valioso de arándano).
6. Implicancias regulatorias y ambientales
6.1. Beneficios ambientales
Las tecnologías descritas en este artículo traen consigo beneficios ambientales sustanciales y documentados, aunque también plantean la necesidad imperiosa de actualizar normativas existentes y considerar cuidadosamente su impacto holístico en el agroecosistema. En términos generales, la adopción de métodos mecánicos avanzados, estrategias biológicas, drones, inteligencia artificial y robótica en el control de malezas en berries apunta directamente a reducir el uso de herbicidas químicos de síntesis, lo cual resulta enormemente positivo tanto para el medio ambiente como para la inocuidad alimentaria de los productos finales.
Disminuir sustancialmente la dependencia de herbicidas como el glifosato, paraquat o atrazina reduce significativamente la contaminación difusa de suelos y cuerpos de agua, evita residuos químicos indeseados en la fruta cosechada (un aspecto cada vez más crítico para la exportación), y favorece la biodiversidad funcional en los huertos al conservar poblaciones de insectos benéficos (polinizadores, depredadores naturales de plagas) y microorganismos del suelo que pueden ser severamente afectados por aplicaciones químicas extensivas e indiscriminadas.
Muchos de los mercados de exportación de berries (Estados Unidos, Unión Europea, Japón, China) cada vez imponen límites máximos de residuos (LMRs) más estrictos y demandan trazabilidad completa del uso de pesticidas, por lo que estas tecnologías limpias ayudan significativamente a los agricultores a cumplir con esas exigencias regulatorias crecientemente estrictas y a diferenciarse comercialmente con producto más "limpio" y sostenible. Métodos como el desmalezado con vapor o con láser no dejan absolutamente ningún tipo de residuo químico en el suelo o las plantas. Los drones eléctricos y robots alimentados por baterías o energía solar tienen emisiones de carbono muy bajas comparadas con tractores diésel convencionales, contribuyendo tangiblemente a mitigar el impacto climático de las operaciones agrícolas.
6.2. Marco regulatorio y normativas
Sin embargo, es imprescindible enmarcar cuidadosamente todas estas innovaciones tecnológicas dentro de regulaciones claras, actualizadas y bien implementadas para garantizar su uso seguro y responsable. En el caso específico de los drones agrícolas, como ya se ha mencionado anteriormente, varios países de América Latina y el mundo están adecuando activamente sus marcos legales: se exige que los operadores obtengan licencias o certificaciones especiales, que los drones se registren formalmente ante las autoridades aeronáuticas, y que solo se apliquen productos fitosanitarios expresamente permitidos para uso aéreo, cumpliendo estrictamente las dosis, alturas de vuelo y condiciones de seguridad especificadas en las etiquetas.
La altura de vuelo permitida, las distancias mínimas obligatorias a zonas habitadas o cuerpos de agua sensibles, y las condiciones meteorológicas de viento bajo las cuales se permite operar son factores cuidadosamente regulados para prevenir deriva química peligrosa fuera del área objetivo. En Chile específicamente, la autoridad sanitaria (Ministerio de Salud) junto con el sector agrícola (Ministerio de Agricultura) trabajan actualmente en incorporar formalmente a los drones en la normativa actualizada de aplicaciones aéreas, reconociendo que cuando se usan correctamente pueden reducir significativamente la deriva, optimizar el uso del agua como vehículo de aplicación, y minimizar la exposición ocupacional de los operarios a pesticidas potencialmente peligrosos.
En cuanto a los bioherbicidas y agentes de control biológico, la implicancia regulatoria fundamental es que deben aprobarse bajo estándares rigurosos y similares de eficacia agronómica y seguridad ambiental que los pesticidas convencionales sintéticos. Muchos países de Latinoamérica están actualizando progresivamente sus reglamentos para facilitar el registro de este tipo de productos de control biológico, pero típicamente sigue siendo un proceso riguroso que garantiza mediante estudios científicos que el producto no sea dañino para cultivos, personas, animales domésticos ni especies no objetivo del ecosistema.
6.3. Consideraciones de seguridad
La robótica e inteligencia artificial aplicadas al campo agrícola también conllevan consideraciones éticas y legales importantes que deben abordarse proactivamente. Por un lado, la seguridad laboral y operacional: es absolutamente necesario asegurar que los robots que operan autónomamente en un huerto de berries cuenten con sistemas redundantes y confiables de detección de presencia humana u obstáculos inesperados para evitar accidentes potencialmente graves.
Si bien actualmente la mayoría de robots agrícolas comerciales trabajan en entornos relativamente controlados o a velocidades bajas deliberadamente, conforme aumente progresivamente su nivel de autonomía y velocidad operativa podría requerirse el desarrollo e implementación de normativas específicas sobre su operación segura (por ejemplo, estándares ISO internacionales de seguridad en robótica agrícola, similares a los existentes para robótica industrial).
Del mismo modo, el uso intensivo de inteligencia artificial y sensores en agricultura conlleva necesariamente el manejo de grandes volúmenes de datos (imágenes georreferenciadas de alta resolución de los predios, información sobre aplicaciones, rendimientos, etc.), lo que abre debates emergentes sobre la propiedad legal de la información agrícola, la privacidad de los datos del productor, y el control sobre cómo empresas tecnológicas pueden usar esa información. Aunque en el contexto específico del control de malezas estos aspectos no son tan sensibles como en otros ámbitos (por ejemplo, monitoreo automatizado de trabajadores), es importante que los productores comprendan qué datos se recopilan y cómo se utilizan.
Desde una perspectiva holística ambiental, prácticamente todas estas tecnologías emergentes surgen con el objetivo explícito de hacer la agricultura significativamente más sustentable y reducir su huella ecológica. Menos agroquímicos aplicados significa directamente menor contaminación difusa en suelos, agua superficial y subterránea, y menor riesgo acumulativo para la fauna silvestre y los ecosistemas circundantes. Un punto importante a considerar equilibradamente es que algunas soluciones mecánicas muy intensivas (como arar frecuentemente para controlar malezas) pueden dañar la estructura física del suelo o su biota microbiana si se usan en exceso sin criterio agronómico. El acolchado plástico mal gestionado puede generar acumulación problemática de residuos plásticos en el ambiente. Incluso los láseres de alta potencia deben manejarse con precaución apropiada para no afectar inadvertidamente a insectos benéficos que pudieran estar sobre las malezas o para evitar riesgos oculares si alguien entrara en la zona de operación sin protección adecuada.
Preguntas frecuentes sobre control de malezas en berries
Conclusión
El control de malezas en cultivos de berries como arándanos, frambuesas y moras está experimentando una transformación tecnológica sin precedentes que redefine completamente los paradigmas tradicionales del manejo agronómico. Las herramientas mecánicas sofisticadas, desde cultivadores inteligentes con sensores de proximidad hasta robots desmalezadores autónomos equipados con tecnología láser, ofrecen alternativas concretas y efectivas al deshierbe manual intensivo y al uso extensivo de herbicidas químicos sintéticos, incrementando dramáticamente la eficiencia operativa de las labores mientras reducen costos de mano de obra y insumos químicos.
Paralelamente, los métodos biológicos y productos bioherbicidas están comenzando a abrirse paso de manera consistente como complementos seguros, eficaces y sostenibles para manejar poblaciones problemáticas de malezas, especialmente en respuesta a la preocupante proliferación de resistencia a herbicidas convencionales y a las crecientes exigencias de mercados internacionales por productos más limpios y ambientalmente responsables. La integración estratégica de drones agrícolas, inteligencia artificial y robótica lleva el manejo de malezas a un nivel de precisión, selectividad y eficiencia antes completamente inimaginable: ahora es técnicamente posible detectar y eliminar malezas específicas en el lugar exacto y momento oportuno, reduciendo costos operativos, protegiendo mejor al cultivo y minimizando significativamente el impacto ambiental.
Para los técnicos agrícolas, asesores y productores dedicados profesionalmente a los berries, el desafío fundamental y la oportunidad estratégica reside en combinar inteligentemente estas diversas estrategias tecnológicas. Ninguna tecnología individual constituye una solución mágica universal por sí sola, pero en conjunto –dentro de un enfoque coherente e integrado de Manejo Integrado de Malezas– pueden brindar un control robusto, económicamente viable y sostenible a largo plazo. Por ejemplo, un plan anual comprehensivo podría incluir estratégicamente: mulch orgánico o cobertura vegetal para suprimir malezas de fondo durante toda la temporada, aplicaciones selectivas puntuales con dron o bioherbicida en focos emergentes identificados mediante monitoreo sistemático, y uno o dos pases programados de un robot autónomo o equipo mecánico especializado en hileras para eliminar efectivamente rebrotes de malezas perennes resistentes.
Al mismo tiempo, resulta absolutamente crucial mantenerse continuamente actualizado sobre la normativa vigente y emergente: asegurarse de cumplir escrupulosamente con los permisos requeridos para operación de drones, usar únicamente productos autorizados oficialmente (químicos o biológicos) para cada cultivo específico, y observar rigurosamente las medidas de seguridad operacional en el uso de robots autónomos y equipos láser. La capacitación continua del personal técnico en estas nuevas tecnologías será cada vez más importante para su implementación exitosa.
En última instancia, estas tecnologías innovadoras apuntan colectivamente hacia una agricultura de berries significativamente más productiva, sostenible económicamente y resiliente ambientalmente. Un control de malezas más preciso, selectivo y menos dependiente de químicos sintéticos contribuye directamente a huertos más sanos y balanceados, con suelos biológicamente activos y vivos, menor impacto en ecosistemas circundantes, y mejor posicionamiento comercial, a la vez que ayuda tangiblemente al productor a ahorrar en insumos costosos y sortear exitosamente la creciente escasez de mano de obra agrícola calificada. La inversión estratégica en innovación tecnológica y capacitación del personal dará sus frutos concretamente en forma de mayor competitividad internacional, mejores prácticas agronómicas certificables, y sistemas productivos más resilientes ante desafíos climáticos y de mercado.
Las experiencias pioneras documentadas en Chile, Estados Unidos, Europa y otras regiones productoras demuestran contundentemente que la adopción temprana y bien planificada de estas herramientas tecnológicas puede marcar una diferencia competitiva sustancial. Por tanto, invitamos enfáticamente a los profesionales del sector a explorar activamente e implementar gradualmente estas nuevas tecnologías de control de malezas, adaptándolas cuidadosamente a las realidades específicas de cada campo, condición agroclimática y modelo de negocio, con la certeza fundamentada de que representan genuinamente el futuro del manejo de malezas en los berries. Las malezas seguirán siendo "plantas fuera de lugar", pero con la tecnología adecuada, apropiadamente implementada y estratégicamente combinada, su control estará cada vez más efectivamente bajo control profesional, permitiendo a los productores enfocarse en lo verdaderamente importante: producir berries de la más alta calidad de manera rentable y sostenible.
Referencias
- Portal Frutícola. "Control de malezas en berries: estrategias integradas para mejorar la productividad." Disponible en: https://www.portalfruticola.com
- Portal Frutícola. "Manejo integrado de malezas en cultivos de arándanos y frambuesas." Disponible en: https://www.portalfruticola.com
- Red Vitec. "Innovaciones tecnológicas en el control de malezas." Disponible en: https://redvitec.cin.edu.ar
- Biologicals Latam. "Bioherbicidas: la nueva frontera en el control de malezas." Disponible en: https://www.biologicalslatam.com
- ATTRA - National Center for Appropriate Technology. "Organic Weed Management in Berry Crops." Disponible en: https://attra.ncat.org
- Coagra. "Robot desmalezador a vapor para agricultura orgánica en Chile." Disponible en: https://www.coagra.cl
- AFIPA - Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios Agrícolas. "Regulación de drones para aplicaciones agrícolas en Chile." Disponible en: https://www.afipa.cl
- FlexiGroBots H2020 Project. "Flexible robots for intelligent automation of precision agriculture operations." Disponible en: https://flexigrobots-h2020.eu
- Agro Avances. "Edición genética para facilitar el control automatizado de malezas." Disponible en: https://www.agroavances.com
- OPIA - Observatorio para la Innovación Agraria, FIA Chile. "Robótica agrícola: LaserWeeder y robots autónomos." Disponible en: https://opia.fia.cl
- Infobae. "Robots con forma de ciempiés revolucionan el control de malezas en cultivos." Disponible en: https://www.infobae.com
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