Guía 2025 para la fertilización del arándano en Chile

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Guía 2025 para la fertilización del arándano en Chile

La fertilización del arándano en Chile representa uno de los aspectos más críticos para el éxito de este cultivo estratégico. Chile se ha posicionado como uno de los tres mayores productores mundiales de arándanos, convirtiendo la nutrición mineral equilibrada en un factor clave para mantener altos rendimientos y fruta de calidad exportable. Esta guía 2025 proporciona a técnicos agrícolas las herramientas necesarias para optimizar la fertilización en las principales zonas productoras del país.

1. Importancia de una nutrición equilibrada en arándanos

El arándano es una planta exigente en manejo de suelo y fertilización. Posee un sistema radical fibroso y superficial, sensible a condiciones de suelo como pH ácido (óptimo ~4.5–5.5), buena aireación y materia orgánica alta. Un manejo nutricional adecuado incide directamente en el vigor de la planta, rendimiento y atributos de la fruta (calibre, firmeza, sabor).

Estudios han demostrado que una fertilización balanceada mejora la firmeza, tamaño y peso del fruto, incrementando su competitividad en mercados internacionales. Por el contrario, deficiencias o excesos de nutrientes pueden reducir la productividad y la calidad.

1.1 Funciones de los nutrientes esenciales

Cada nutriente esencial cumple funciones importantes en el cultivo de arándanos:

  • Nitrógeno (N): Promueve el crecimiento vegetativo (brotes y raíces) y la formación de flores y frutos. Sin embargo, el exceso de N causa plantas demasiado vigorosas, sombreo interno, fruta blanda y retraso en la maduración de madera.
  • Fósforo (P): Favorece el desarrollo radicular, la floración y la acumulación de reservas para la siguiente temporada. Excesos de P pueden inducir carencias de zinc en suelos pobres en este micronutriente.
  • Potasio (K): Mejora la eficiencia hídrica de la planta y su resistencia al estrés por sequía o frío, aumenta el calibre, firmeza, sabor y rendimiento de los frutos.
  • Calcio (Ca): Fundamental para la calidad de brotes y frutos; incrementa la firmeza, tamaño y vida de postcosecha, además de reducir problemas de pudriciones.
  • Magnesio (Mg): Componente central de la clorofila, esencial en fotosíntesis; también interviene en firmeza de fruto.
  • Micronutrientes (Zn, B, Fe, Mn, Cu, etc.): Importantes en menores cantidades. Por ejemplo, Boro (B) mejora fecundación y cuaja; Zinc (Zn) favorece brotación y crecimiento.
Importante: Un plan de fertilización del arándano exitoso busca suministrar todos los nutrientes necesarios en cantidades balanceadas, evitando deficiencias pero también previniendo excesos que perjudiquen la calidad de fruta o el ambiente.
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2. Calendario y métodos de aplicación de fertilizantes

El cuándo y cómo aplicar los fertilizantes en arándano es tan importante como la dosis. A continuación se describe un calendario general de fertilización, considerando un cultivo en producción:

2.1 Final de invierno – inicio de primavera (agosto a septiembre)

Fertilización de base o "de cobertera". Al salir del receso invernal y previo a la brotación, es recomendable aportar una dosis inicial de fertilizante para reactivar el suelo y nutrir los nuevos brotes. En huertos con riego tecnificado, muchos productores realizan una aplicación de fondo al finalizar el invierno, incorporando nitrógeno y fósforo principalmente.

Por ejemplo, se puede aplicar un fertilizante balanceado (ej. fórmula 10-10-10 o 12-12-12) a razón de unos 300–500 kg/ha, o su equivalente en nutrientes (aprox. 30–40 kg/ha de N y P2O5) en una banda a lo largo de la hilera.

2.2 Primavera (octubre – noviembre)

Durante la brotación activa y la floración inicial, la demanda de nutrientes aumenta moderadamente. En esta etapa, si se cuenta con fertirriego, se inicia la aplicación fraccionada de fertilizantes vía riego. Es común aplicar soluciones con nitrógeno y potasio predominantemente.

Se pueden utilizar fuentes nitrogenadas amoniacales, ya que el arándano prefiere nitrógeno en forma de amonio. Por ejemplo, el sulfato de amonio (21% N) es una fuente aconsejada cuando se necesita además efecto acidificante.

2.3 Inicio de Verano (diciembre – enero)

Esta es la etapa de máxima demanda nutricional, pues los frutos están cuajados y creciendo rápidamente. El nitrógeno sigue siendo importante hasta cuajado, pero suele reducirse su proporción al acercarse la cosecha para evitar efectos negativos en la firmeza de fruta.

En cambio, el potasio cobra protagonismo, ya que es crucial para el llenado de los frutos, su calibre y contenido de azúcares. Se recomienda aplicar potasio vía fertirriego de forma escalonada durante todo el periodo de desarrollo de fruto.

2.4 Precosecha (fines de enero)

En variedades de media estación a tardías, unas semanas antes de cosecha se suele suspender la aplicación de nitrógeno soluble para no ablandar la fruta ni retrasar la maduración. Se continúa con aportes de K y Ca foliar.

2.5 Postcosecha (febrero – marzo en centro-sur; marzo – abril en el sur)

Una vez terminada la cosecha, el arándano aún conserva hojas por varias semanas, durante las cuales acumula reservas para la próxima temporada. Este periodo postcosecha es crítico para reponer nutrientes extraídos por la cosecha y asegurar una adecuada diferenciación de yemas florales.

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3. Dosis recomendadas y variaciones según zona y suelo

La cantidad óptima de fertilizante a aplicar depende de múltiples factores: edad de las plantas, nivel de producción esperado, fertilidad natural del suelo, tipo de suelo y clima. No existe una "receta única" válida para todos los huertos.

3.1 Requerimientos de Nitrógeno

En huertos adultos de arándano en plena producción (rendimientos del orden de 14–18 toneladas/ha), la literatura técnica de Chile sugiere una dosis anual de nitrógeno de aproximadamente 60 a 150 kg/ha. Este rango amplio refleja que huertos de mayor rendimiento demandan más N.

3.2 Requerimientos de Fósforo

Para fósforo (P), el requerimiento en arándano es relativamente moderado comparado con N y K. Se recomienda mantener un nivel adecuado de P disponible en suelo (ej. P Olsen > 10 mg/kg en suelos franco-arenosos; > 12 mg/kg en suelos más arcillosos).

3.3 Requerimientos de Potasio

Respecto a potasio (K), la demanda del cultivo aumenta conforme las plantas entran en producción, dado que el potasio se concentra especialmente en los frutos. En huertos adultos altamente productivos, las exportaciones de K en la fruta pueden ser significativas; es común aplicar del orden de 80–120 kg K2O/ha por temporada en variedades productivas.

4. Variaciones según zona: centro-sur vs sur

Chile presenta distintos escenarios edafoclimáticos entre la zona centro-sur (secano interior o riego en Maule, Ñuble, Biobío) y la zona sur (clima más húmedo en La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos). Estas diferencias impactan el manejo de la fertilización:

4.1 Diferencias climáticas

En la zona centro-sur predomina el clima mediterráneo con lluvias invernales y veranos secos, obligando a regar los huertos durante la temporada. En la zona sur, el clima es más oceánico con precipitaciones distribuidas incluso en primavera-verano, lo que significa mayor riesgo de lavado de nutrientes.

4.2 Diferencias de suelo

En el centro-sur encontramos suelos variados, mientras que en la zona sur predominan los suelos volcánicos (Andisoles): franco arenosos a franco limosos, con alto contenido de materia orgánica y cenizas, generalmente ácidos (pH 5 o menos) y con alta capacidad de fijación de fósforo.

Tabla 1. Ejemplo de programa anual de fertilización para arándanos
Momento / Etapa Zona Centro-Sur (Maule/Ñuble) Zona Sur (La Araucanía/Los Ríos)
Salida de invierno (Agosto – Septiembre) Aplicación de cobertera inicial: ~30–40 kg/ha de N + ~30 kg/ha de P2O5 Aplicación de arranque moderada: ~20–30 kg/ha de N + ~50 kg/ha de P2O5
Desarrollo vegetativo y floración (Octubre – Noviembre) Fertirriego continuo: Sumar ~30–50 kg/ha de N durante brotación-floración Fertirrigación frecuente: Aportar ~30 kg/ha de N en múltiples riegos cortos
Cuaja y desarrollo de frutos (Diciembre – Enero) Máxima fertilización N-K: ~40 kg/ha adicionales de N + ~80–100 kg/ha de K2O Fertilización intensiva fraccionada: ~30–40 kg/ha de N + ~100–120 kg/ha de K2O
Postcosecha (Febrero – Abril) Fertilización de recuperación: ~20–30 kg/ha de N + ~20–30 kg/ha de K2O Pulso nutricional final: ~15–25 kg/ha de N + 20–30 kg K2O

5. Tendencias y recomendaciones para 2025

Al año 2025, el manejo de fertilización de arándanos en Chile incorpora nuevas consideraciones normativas, tecnológicas y de sustentabilidad:

5.1 Actualización Normativa (Ley de Fertilizantes N°21.349)

En 2024 entró en vigencia en Chile la Ley 21.349 que establece nuevos estándares para la producción, composición, etiquetado y comercialización de fertilizantes y bioestimulantes. Esta normativa busca garantizar transparencia en la información que reciben los agricultores sobre los insumos que adquieren.

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5.2 Agricultura de precisión y tecnologías emergentes

La fertilización está incorporando cada vez más herramientas de agricultura digital para optimizar la dosis y momento de aplicación. Un ejemplo pionero en 2025 es el proyecto AgroNutriScan desarrollado por INIA Quilamapu, que utiliza inteligencia artificial para asistir en el diagnóstico nutricional en tiempo real.

5.3 Enfoque en sustentabilidad y salud del suelo

Existe una fuerte conciencia de que el uso excesivo de fertilizantes, especialmente nitrogenados, acarrea riesgos tanto económicos como ambientales. La tendencia es hacia un uso más racional y eficiente de los fertilizantes.

5.4 Integración de enmiendas orgánicas y bioestimulantes

Complementar la fertilización química con aportes orgánicos y estimulantes naturales es una práctica en auge. La adición regular de compost, estiércoles curtidos o humus provee nutrientes de liberación lenta y mejora las propiedades físicas del suelo.

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Preguntas frecuentes sobre fertilización del arándano en Chile

¿Cuál es la mejor época para fertilizar arándanos en Chile?
La fertilización del arándano debe iniciarse al final del invierno (agosto-septiembre) con fertilización de base, continuar durante primavera y verano con aplicaciones fraccionadas, y finalizar en postcosecha (febrero-abril) para reponer reservas.
¿Qué dosis de nitrógeno necesitan los arándanos por hectárea?
En huertos adultos de arándanos en plena producción, se recomienda aplicar entre 60 a 150 kg de nitrógeno por hectárea al año, dependiendo del rendimiento esperado y la fertilidad del suelo.
¿Cuál es el pH óptimo del suelo para el cultivo de arándanos?
El pH óptimo para el cultivo de arándanos está entre 4.5 y 5.5. Los arándanos requieren suelos ácidos para un desarrollo adecuado del sistema radicular y absorción eficiente de nutrientes.
¿Qué diferencias hay en la fertilización entre la zona centro-sur y sur de Chile?
La zona sur requiere aplicaciones más fraccionadas debido a mayor pluviosidad y suelos volcánicos con alta fijación de fósforo. La zona centro-sur permite aplicaciones más concentradas debido al clima mediterráneo con veranos secos.
¿Cuándo debo suspender la fertilización nitrogenada antes de la cosecha?
La aplicación de nitrógeno debe suspenderse 2-3 semanas antes de la cosecha para evitar que la fruta se ablande y mantener la firmeza de los arándanos durante el proceso de maduración.
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Conclusión

La fertilización del arándano en Chile requiere un enfoque integral que combine conocimiento técnico, análisis de suelo y adaptación a las condiciones locales. El éxito en el cultivo de arándanos depende de implementar programas de fertilización balanceados que consideren las diferencias entre zonas productoras, las etapas fenológicas del cultivo y las nuevas tecnologías disponibles.

Las tendencias para 2025 apuntan hacia una fertilización más precisa y sostenible, aprovechando herramientas digitales y cumpliendo con las nuevas normativas chilenas. Los técnicos agrícolas que adopten estas recomendaciones lograrán huertos más productivos, arándanos de mejor calidad y un menor impacto ambiental.

La clave del éxito radica en personalizar cada programa de fertilización según las características específicas del huerto, manteniendo siempre un equilibrio entre productividad, calidad y sustentabilidad en el cultivo de arándanos chilenos.

Referencias

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