Comienza la certificación de picotas del Jerte con una previsión de 3.000 toneladas para 2025

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Comienza la certificación de picotas del Jerte con una previsión de 3.000 toneladas para 2025

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) Cereza del Jerte inició la certificación de las primeras picotas de la temporada 2025, con una previsión de alcanzar los tres millones de kilos certificados.

Esta cifra corresponde a las cuatro variedades reconocidas por la D.O.P.: Ambrunés, Pico Negro, Pico Limón y Pico Colorado.

La entidad informó que la campaña de picotas arranca con un ligero retraso respecto a otros años, pero con optimismo por parte del sector.

“La campaña de este año avanza con un ligero retraso, pero con buenas perspectivas”, señaló José Antonio Tierno, presidente del Consejo Regulador, quien también destacó la excelente calidad de las cerezas certificadas hasta la fecha.

Las primeras picotas certificadas de la temporada pertenecen a la variedad Ambrunés, una de las más emblemáticas de la región.

La D.O.P. celebra con entusiasmo este momento clave del calendario, ya que “la picota es nuestro buque insignia”, afirmó Tierno.


Comienza la certificación de picotas del Jerte con una previsión de 3.000 toneladas para 2025


Picota, un fruto con identidad propia

La picota del Jerte alcanza su punto óptimo de maduración a mediados de junio, casi un mes después de las variedades tempranas de cereza como Burlat y Navalinda, que abrieron la campaña en mayo. También se ha sumado recientemente la variedad Van, mientras que las más tardías, como Lapins, coincidirán este año en el mercado con las picotas.

Desde el Consejo Regulador insisten en la importancia de saber diferenciar las auténticas picotas del Jerte de otras cerezas.

“No todas las cerezas son picotas”, indicaron. Entre sus características más distintivas está la ausencia de pedúnculo: la picota se desprende de forma natural del rabito al madurar, quedando completamente sellada y recogida directamente del árbol.

Además, las picotas son de menor calibre que otras cerezas, pero destacan por su dulzor, su textura crujiente y su mayor vida útil: pueden conservarse en óptimas condiciones en refrigeración hasta tres semanas, lo que las convierte en un producto muy valorado por el consumidor y la gastronomía.


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Clima, la amenaza para las picotas

Aunque las previsiones son positivas, el presidente del Consejo Regulador advirtió que los resultados finales de la campaña dependerán de las condiciones meteorológicas.

Por el momento, las amenazas de tormentas no han causado daños en la producción, lo que mantiene las expectativas altas para esta fruta insignia del Valle del Jerte.

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