Suelos inundados: 7 técnicas esenciales para recuperarlos

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Suelos inundados: 7 técnicas esenciales para recuperarlos

7 técnicas esenciales para recuperar suelos afectados por inundaciones y anegamientos

El impacto de las inundaciones en suelos agrícolas

Entre mayo y agosto de 2023, las precipitaciones en la Región de O'Higgins acumularon un total de 295,8 mm hasta el 31 de agosto (Agrometeorología, 2024), lo que representó un superávit del 60,1% respecto al promedio de los años anteriores. Las intensas inundaciones en un período corto ocasionaron el desborde de ríos y esteros, provocando anegamientos en suelos de terrenos agrícolas cercanos.

Este fenómeno dio lugar a la acumulación de sedimentos en el suelo, formando capas de entre 10 y 40 cm de profundidad y, en algunos sectores de la comuna de Codegua, incluso alcanzando entre 40 y 100 cm. El ingreso de agua de los ríos a los terrenos agrícolas arrastró partículas como arena, limo, arcilla y materia orgánica, que se depositaron en capas de distintas características físicas.

Este proceso generó un sellado en el suelo que restringe el intercambio de aire y agua, afectando principalmente la infiltración de agua de riego, lo que hace imprescindible evaluar y tratar adecuadamente los terrenos afectados por inundaciones.

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Cómo evaluar el daño en suelos anegados

Para evaluar correctamente los suelos afectados por inundaciones y anegamientos, se recomienda seguir estas indicaciones:

a. Evaluar el terreno afectado mediante calicatas: Es necesario abrir una calicata de aproximadamente 60 cm de profundidad, que permita observar las características físicas del suelo, en especial del sedimento acumulado, su espesor y grado de sellamiento o compactación. La calicata también facilitará la determinación del nivel de la napa freática, cuya elevación debido a la inundación de ríos y canales puede haber generado el anegamiento en el suelo subyacente.

b. Análisis físico y químico del suelo: A partir de la calicata se recomienda analizar el estado físico y químico del suelo en cada sector afectado. Esto incluye la extracción de muestras a profundidades de 0 a 20 cm y de 20 a 40 cm, correspondiente a las zonas de desarrollo de raíces de los cultivos. Estas muestras deben enviarse a laboratorios para evaluar parámetros físicos y químicos, como la fertilidad del suelo.

Beneficios inesperados de los sedimentos tras inundaciones

Evaluaciones realizadas por el INIA en ocho predios de las comunas de San Vicente de Tagua Tagua y Coltauco, en la Región de O'Higgins, han demostrado que los suelos anegados contienen un nivel significativo de materia orgánica en la capa de sedimento acumulado, con valores entre el 4,5% y el 8,4%.

Este contenido enriquece el suelo subyacente y favorece la acumulación de materia orgánica, mejorando así sus propiedades físicas, químicas y biológicas, y promoviendo una mayor productividad en los cultivos agrícolas, lo que representa un beneficio inesperado de las inundaciones.

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Técnicas de aradura para recuperar suelos anegados

Si la capa de sedimento acumulado tiene una profundidad inferior a los 25 cm, que es aproximadamente la profundidad de arado de un arado de discos o de vertedera, y no hay agua acumulada en la superficie (aunque el sedimento esté saturado y el agua haya infiltrado el suelo original), se recomienda:

Ingresar al terreno con un tractor equipado con un arado de vertedera o de discos que alcance una profundidad de 25 a 30 cm para realizar una aradura de inversión. Esto permite mezclar el sedimento con el suelo original, mejorando así la estructura y las condiciones del terreno afectado por inundaciones.

Una aradura de inversión limitada solo a la profundidad del sedimento acumulado no resulta eficiente, ya que el objetivo es mezclar este sedimento con el suelo original para mejorar la infiltración de agua durante lluvias futuras y evitar nuevos anegamientos.

Manejo de humedad en suelos post-inundación

Para un manejo óptimo de suelos afectados por inundaciones, es fundamental considerar el nivel de humedad:

Si se cuenta con el tiempo suficiente para la aradura sin comprometer las fechas de siembra, es recomendable esperar algunos días para permitir una mayor infiltración de agua, de modo que los primeros 25 cm de profundidad alcancen un nivel de humedad adecuado, cercano al estado friable, antes de realizar la aradura de inversión.

En general, los predios agrícolas ubicados en los bordes de los ríos Cachapoal y Tinguiririca presentan texturas de suelo que van desde franco limoso a franco arenoso, favoreciendo una mayor infiltración de agua en el perfil y una recuperación más rápida tras los anegamientos.

Problemas de los sedimentos limonosos en suelos agrícolas

La acumulación de sedimentos en la superficie del terreno, si no se resuelve con el laboreo adecuado, puede comprometer seriamente el establecimiento y desarrollo de los cultivos agrícolas en suelos afectados por inundaciones. Esto ocurre porque los sedimentos, con un alto contenido de limo, sellan los poros del suelo y dificultan la infiltración de agua hacia las raíces.

Evaluaciones del INIA, realizadas en septiembre de 2023, después de las inundaciones de julio y agosto en el sector de Monte Lorenzo, comuna de San Vicente de Tagua Tagua, revelaron que el sedimento acumulado contenía entre un 46% y un 81% de limo. Esta alta concentración aumenta los desafíos para el manejo de suelos y el riego en áreas afectadas por anegamientos.

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Restauración de la estructura y fertilidad del suelo

Para restaurar la estructura y fertilidad del suelo tras inundaciones y anegamientos, es fundamental implementar prácticas de conservación complementarias a la labranza:

Se recomienda aplicar materia orgánica en forma de compost o guano de ave bioestabilizado, en cantidades de 4 a 8 toneladas por hectárea al año, e incorporarla mediante una rastra de discos. Estas aplicaciones anuales mejoran la estructura del suelo y sus propiedades físicas, químicas y biológicas.

Asimismo, la aplicación de yeso agrícola (sulfato de calcio) y cal (carbonato de calcio) aporta azufre y calcio, nutrientes esenciales para los cultivos, mientras contribuye a mejorar la estructura del suelo afectado por inundaciones.

Conclusión: Protegiendo el futuro de tus cultivos

La gestión eficaz de suelos afectados por inundaciones y anegamientos requiere un enfoque integral que combine evaluación técnica detallada, técnicas de labranza adecuadas y prácticas de recuperación de la estructura del suelo.

Las siete técnicas presentadas en este artículo proporcionan una hoja de ruta para transformar un desafío en una oportunidad: los sedimentos dejados por las inundaciones pueden mejorar la fertilidad del suelo si se manejan correctamente. La clave está en evaluar adecuadamente el daño, implementar técnicas de aradura apropiadas considerando la humedad del terreno, y complementar con enmiendas orgánicas y minerales.

Siguiendo estas recomendaciones, los agricultores pueden no solo recuperar sus suelos afectados por inundaciones y anegamientos, sino también mejorar su estructura y fertilidad a largo plazo, asegurando así la productividad y sostenibilidad de sus cultivos ante los desafíos climáticos cada vez más frecuentes.

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El contendido de este artículo due elaborado por Jorge Carrasco J., Cristian Aguirre A., Luis Silva R., INIA Rayentué, para www.inia.cl, el cual fue revisado y reeditado por Portalfruticola.com

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