Las comunidades bacterianas en el suelo son tan resilientes a la orina humana como a los fertilizantes sintéticos, lo que hace viable la reutilización de este fluido corporal como fertilizante para cultivos agrícolas, según un nuevo estudio. En el siguiente artículo se muestra un estudio realizado sobre la posibilidad de usar la orina humana como fertilizante ecológico para cultivos.
Los científicos descubrieron que, incluso cuando se aplicaba en dosis elevadas, la orina almacenada durante un año tenía poco impacto en las comunidades bacterianas del suelo y producía cambios mínimos en el pH y la salinidad del suelo.
Sin embargo, los investigadores encontraron que la fertilización con orina aumentó las cantidades relativas de grupos nitrificantes y desnitrificantes en comparación con los fertilizantes sintéticos, lo que implica que se podrían emitir más óxidos de nitrógeno al fertilizar con orina.
Al publicar sus hallazgos en la revista Applied Soil Ecology, el equipo de investigadores de la Universidad de Birmingham y L’Institut Agro Montpellier, en Francia, hizo un llamado para que se realicen más estudios sobre los efectos a largo plazo de la fertilización con orina, especialmente en lo que respecta a la producción de óxidos de nitrógeno y la salinidad del suelo.
Manon Rumeau, coautora del estudio y miembro de la Universidad de Birmingham, comentó: “Nuestra investigación destaca el potencial de reciclar la orina humana para mejorar la sostenibilidad agrícola, reducir la contaminación por aguas residuales y disminuir la dependencia de los fertilizantes sintéticos. La orina almacenada se puede aplicar de manera segura a un sistema suelo-planta sin afectar negativamente al microbioma del suelo”.
La orina fresca está compuesta por un 95% de agua, mientras que el 5% restante está compuesto por compuestos amino como urea o creatinina, aniones orgánicos y sales inorgánicas, lo que la convierte en una fuente de nutrientes y micronutrientes biodisponibles para el crecimiento de las plantas.
Ha habido un gran interés en reutilizar la orina humana como fertilizante para cultivos, pero –hasta la publicación de este estudio– se necesitaba una mayor comprensión de cómo la orina puede afectar las funciones del suelo y las comunidades microbianas.
Los científicos fertilizaron un cultivo de espinacas con dos dosis diferentes de orina humana almacenada y separada en origen, comparándolas con un tratamiento con fertilizante sintético y otro tratamiento con agua sin fertilización, llevados a cabo en cuatro tanques de suelo bajo condiciones de invernadero.
Después de 12 meses de almacenamiento, la orina presentaba un microbioma reducido, pero contenía pocas cepas comunes de orina. Así, almacenar la orina durante varios meses, con el consecuente aumento en su valor de pH (aproximadamente 9 en lugar de 6.5 en la orina fresca) y su concentración de amoníaco libre, se considera suficiente para inactivar la mayoría de las bacterias patógenas humanas y descomponer el ADN extracelular.
Las comunidades bacterianas del suelo fueron resistentes a la fertilización con orina, y solo el 3% de los grupos de organismos se vieron afectados. La alta concentración de sal en la orina tuvo poco efecto discernible en la comunidad bacteriana.
- La Universidad de Birmingham está clasificada entre las 100 mejores instituciones del mundo. Su trabajo atrae a personas de todo el mundo a Birmingham, incluidos investigadores, docentes y más de 8.000 estudiantes internacionales de más de 150 países.
- 'Descubriendo el impacto de la fertilización con orina humana en las comunidades bacterianas del suelo: Un camino hacia la fertilización sostenible' - Manon Rumeau, Chiara Pistocchi, Nassim Ait-Mouheb, Claire Marsden, Brigitte Brunel se publica en Applied Soil Ecology.
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