La agricultura orgánica ha ganado popularidad en los últimos años, enfocándose en el uso de productos naturales y sostenibles para el control de plagas y el enriquecimiento del suelo. Más allá de los conocidos compost, estiércol y extractos de plantas, existen productos orgánicos inusuales y sorprendentes utilizados en la agricultura. A continuación, exploramos algunos de los más raros.
Utilizada como fertilizante, la sangre seca de ganado es rica en nitrógeno y otros nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas. Se aplica al suelo para mejorar su fertilidad y estructura.
Procedente de huesos animales molidos y tratados térmicamente, la harina de huesos es un fertilizante orgánico que aporta fósforo y calcio, fundamentales para el desarrollo de raíces fuertes y la producción de flores y frutos.
Extraído de las semillas del árbol de neem, este aceite es un potente insecticida orgánico. Actúa interfiriendo con el sistema hormonal de los insectos, lo que evita su reproducción y desarrollo.
Las cenizas resultantes de la quema de madera no tratada se utilizan como fertilizante y para equilibrar el pH del suelo. Son ricas en potasio, calcio y otros minerales que favorecen el crecimiento saludable de las plantas.
Las algas marinas, ricas en micronutrientes y hormonas vegetales, se procesan para obtener un extracto líquido que se utiliza como fertilizante foliar. Estimula el crecimiento de las plantas y aumenta su resistencia a enfermedades y estrés ambiental.
Compuesta por los restos fosilizados de diatomeas, un tipo de alga, la tierra de diatomeas es un insecticida orgánico efectivo. Sus partículas afiladas perforan el exoesqueleto de los insectos, causando su deshidratación y muerte.
El purín de ortigas, obtenido de la fermentación de ortigas en agua, es un fertilizante y repelente de insectos natural. Rico en nitrógeno y minerales, también fortalece la resistencia de las plantas a enfermedades.
Originario de Japón, el Bocashi es un fertilizante orgánico fermentado que incluye ingredientes como estiércol, salvado de arroz, melaza y microorganismos eficientes. Mejora la actividad biológica del suelo y la nutrición de las plantas.
Derivado de la quitina, encontrada en los exoesqueletos de crustáceos, el quitosano se utiliza como biopesticida y estimulante del crecimiento de las plantas. Incrementa la defensa de las plantas contra patógenos y mejora la absorción de nutrientes.
El ajo, conocido por sus propiedades antimicrobianas, se utiliza en forma de extracto como fungicida y repelente de insectos en la agricultura orgánica. Además, estimula el sistema inmunológico de las plantas.
Estos productos orgánicos raros demuestran la diversidad y creatividad en la búsqueda de soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente en la agricultura. Su uso contribuye a la producción de alimentos saludables y al mantenimiento de ecosistemas equilibrados.
La cuaja o no cuaja en cerezos es en los primeros 25 días después de plena flor. Todo fruto que nos prospere después de esos días, no cuajó.
La técnica de no excavación, tal como su nombre lo indica, consiste en cultivar sin alterar el suelo. Es un método sencillo y demanda menos tiempo.
Cuando se habla de soluciones para la agricultura, se habla de tecnología, de técnicas de cultivos, etcétera, pero estos no son soluciones. Los electrocultivos sí.