¿Eres un apasionado de la jardinería y tienes algunos tomates creciendo en tu jardín? Entonces, sabrás que uno de los desafíos más grandes es proteger tus plantas del frío, especialmente durante las noches heladas o las temporadas frías. Aquí te traemos una solución ingeniosa y sencilla sobre cómo proteger tus plantas de tomate del frío, y lo mejor de todo, es que solo necesitarás una garrafa de plástico. Esta técnica, además de ser económica, es muy efectiva y fácil de realizar.
Paso 1: El primer paso para llevar a cabo este truco es buscar una garrafa, preferiblemente de gran tamaño. La idea es que la garrafa sea lo suficientemente amplia como para cubrir la planta de tomate completamente.
Paso 2: Una vez que tengas la garrafa, es momento de prepararla. Para ello, deberás cortar la parte superior de la garrafa justo por el cuello. Luego, realiza un segundo corte un poco más abajo para retirar la parte superior completamente. Esto te dejará con una especie de campana de plástico que servirá como protección para tu planta.
Paso 3: Después de preparar la garrafa, colócala alrededor de la planta de tomate, asegurándote de que la planta quede completamente cubierta.
Paso 4: Para asegurar la garrafa en su lugar y evitar que se mueva con el viento o cualquier otro factor externo, cubre la base de la garrafa con un poco de tierra. Esto ayudará a que la garrafa quede bien agarrada al suelo, proporcionando una barrera estable contra el frío para tu planta.
Ubicación estratégica: Si es posible, planta los tomates en un lugar donde puedan recibir protección natural, como cerca de una pared que pueda retener el calor durante la noche.
Mulching o acolchado: Cubre el suelo alrededor de las plantas con una capa de material orgánico como paja, hojas, compost o virutas de madera. Esto ayuda a mantener la humedad y a aislar el suelo del frío.
Cubiertas flotantes: Utiliza cubiertas flotantes o mantas de hortalizas para proteger las plantas. Estas cubiertas ligeras pueden colocarse directamente sobre las plantas y ayudarán a atrapar el calor.
Estructuras de protección: Instala túneles altos, cloches o campanas de vidrio sobre las plantas para crear un microclima más cálido alrededor de ellas.
Envoltura de los tallos: Si se esperan heladas severas, puedes envolver los tallos de las plantas con papel de periódico o plástico de burbujas para darles aislamiento adicional.
Riego inteligente: Riega las plantas por la mañana para que el agua no se congele durante la noche y dañe las raíces. El suelo húmedo también retiene el calor mejor que el suelo seco.
Recipientes móviles: Si tus tomates están en macetas o contenedores, mueve las plantas a un área protegida cuando se pronostique frío, como dentro de una casa, un garaje o bajo un porche.
Calentadores o luces: Para invernaderos o espacios cerrados, considera el uso de calentadores o luces de crecimiento para mantener una temperatura estable.
Riego con agua tibia: Si las temperaturas van a descender mucho, riega las plantas con agua tibia para darles un poco de calor adicional.
Monitorización y previsión: Mantén un ojo en las previsiones meteorológicas y prepara tus medidas de protección antes de que llegue el frío.
¡Y eso es todo! Con estos sencillos pasos, habrás creado una protección eficaz para tus plantas de tomate contra el frío. Este método es especialmente útil durante las noches frías, ayudando a mantener un ambiente más cálido alrededor de tus plantas y promoviendo así su crecimiento saludable. Además, es una excelente forma de reciclar garrafas de plástico que ya no utilices. Así que, no esperes más, protege tus tomates del frío con este sencillo, pero efectivo truco.
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