El residuo de la tuna roja y sus propiedades antioxidantes de su cáscara

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El residuo de la tuna roja y sus propiedades antioxidantes de su cáscara

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), investiga las propiedades antioxidantes y funcionales de la cáscara de la tuna roja “roja lisa”, a través de su investigadora Mayra Denise Herrera.

Sólo en México se producen aproximadamente 42 mil 728 toneladas de cáscaras de frutos rojos por año, lo que puede aprovecharse en beneficio de la salud humana.

Datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) precisan que México es el principal productor y consumidor de tuna roja en el mundo. En 2022 se cosecharon más de 88 mil toneladas de esta variedad y tuvieron un valor de 365 millones 289 mil pesos.

En 2022, el Estado de México fue el principal productor de tuna, con 15 mil 800 hectáreas y un rendimiento medio de 9.8 toneladas por hectárea, secundado por Puebla, con cinco mil 541 hectáreas y el mejor rendimiento del país con 22 toneladas por hectárea.

También, exporta cerca del 4% de la producción, principalmente a los Estados Unidos de América, de acuerdo a estadísticas del  (SIAP) del 2021.

El estado de Zacatecas se sitúa en tercer lugar nacional, con una superficie promedio de 11 mil 700 hectáreas y rendimiento de 20 toneladas por hectárea en 600 hectáreas de riego mientras que en temporal su rendimiento fue de 7.6 toneladas por hectárea. Las condiciones áridas de Zacatecas contribuyen a una producción fluctuante de esta fruta entre ciclos agrícolas. Y los estados de Oaxaca y San Luis Potosí son también productores del fruto, cuyo color, sabor y beneficios dan vida a los platillos de la gastronomía mexicana.

Especialista del Centro de Investigación Regional Norte Centro (CIRNOC) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Mayra Denise Herrera

La especialista del Centro de Investigación Regional Norte Centro (CIRNOC) del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Mayra Denise Herrera, comentó que la tuna suele consumirse como fruta fresca y es empleada para la elaboración de diferentes productos alimenticios como jugos, mermeladas o licores.

Pero las cáscaras de la cactácea, que representan entre 50 a 100 gramos de la materia prima, son consideradas “residuos” agrícolas y a menudo se desechan a pesar de ser fuente de compuestos bioactivos, apuntó.

Los compuestos bioactivos pueden aprovecharse potencialmente para beneficiar la salud humana, toda vez que las características de corteza de la tuna podrían inhibir los radicales libres –implicados en la aparición de enfermedades— y la actividad de enzimas digestivas que están relacionadas al metabolismo de carbohidratos y lípidos, lo que les confiere potencial hipoglicémico e hipolipidémico.

Ello, sostuvo, porque hay presencia de metabolitos secundarios y componentes con propiedades antioxidantes y funcionales, como lo evidenció el proceso de caracterización y evaluación de su funcionalidad in vitro.

Expuso que el estudio se realizó en conjunto con el investigador Jorge Zegbe Domínguez, en la Huerta Comercial de Nopal “Roja Lisa”, ubicada en Los Pinos, Zacatecas, para explorar el efecto del riego suplementario sobre la concentración de fitoquímicos y propiedades funcionales como la capacidad antioxidante y la capacidad de inhibición de enzimas digestivas.

La investigación se llevó a cabo con extractos de las cáscaras de frutas recolectadas durante la cosecha y después de las condiciones de almacenamiento, y en el estudio se incluyeron muestras de la piel de las tunas recién cosechadas, detalló Herrera.

Gentileza del Dr. Jorge A. Zegbe Domínguez

Gentileza del Dr. Jorge A. Zegbe Domínguez

Precisó que los tratamientos fueron temporales y con riego suplementario, y las condiciones de almacenamiento tuvieron lugar en la cámara frigorífica y/o temperatura ambiente.

La investigadora del INIFAP resaltó que toda esta información de la tuna roja, una variedad con mayor cantidad de antioxidantes por la presencia de unos pigmentos denominados betalaínas, es importante para los países productores en el mundo.

Beneficios de la fruta y de sus residuos

El fruto del nopal, se caracteriza por una pulpa carnosa y jugosa entremezclada con un gran número de pequeñas semillas y envuelta por una cáscara gruesa. Normalmente es consumida como fruta fresca, pero también se puede utilizar en la fabricación de diferentes productos alimenticios, mientras que las semillas se utilizan para la extracción de aceite. Sin embargo, las cáscaras, que representan alrededor de 50 a 100 g de la materia prima, se consideran como “residuo” agrícola que generalmente se desecha, a pesar de que son fuente de compuestos bioactivos.

La tuna roja es una fruta endémica de México que está disponible durante casi todo el año y es considerada como una de las mejores frutas para consumir por todos los beneficios que brinda, algunas de las razones son:

  1. Es una alternativa natural para disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos
  2. Reduce la producción de ácido gástrico y alivia el malestar producido por úlceras
  3. Es baja en calorías
  4. Contiene gran cantidad de fibra que ayuda a tener una mejor digestión
  5. Ayuda a estabilizar y regular el nivel de azúcar en la sangre

Existen varias maneras de disfrutar la tuna, ya sea fresca, en jugos, aguas frescas, mermeladas, en almíbar o en licores.

Esta fruta se encuentra en diferentes temporadas, colores y sabores gracias a la gran diversidad genética que tenemos en cuanto al nopal, permitiéndonos incluirla en nuestra dieta en cualquier época del año.

Destacó la investigadora que esta información es importante para los países productores de tuna del mundo, porque sólo en México se producen aproximadamente 42,728 toneladas de cáscaras de frutos rojos por año, que podrían aprovecharse en beneficio de la salud humana, en lugar de descartarse como desecho orgánico.

Para mayor información consultar la Biblioteca Digital del INIFAP, aquí

 

 

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