Cultivar tomates en bolsas es una forma conveniente y versátil de tener un jardín de tomates, especialmente si tienes espacio limitado o no dispones de tierra en el huerto. Aquí tienes una guía paso a paso para hacerlo:
Materiales necesarios:
Bolsas grandes de cultivo (bolsas para plantas o bolsas de cultivo especiales)
Tierra para macetas de buena calidad
Plantas de tomate jóvenes o semillas de tomate
Fertilizante de liberación lenta o fertilizante soluble en agua
Estacas o soportes para tomates (si cultivas variedades altas)
Pasos
Preparación de las bolsas:
Elige bolsas de cultivo lo suficientemente grandes para que las raíces de los tomates tengan espacio para crecer. Las bolsas deben tener agujeros en la parte inferior para el drenaje del agua.
Coloca las bolsas en un lugar donde reciban al menos 6-8 horas de luz solar directa al día.
Preparación de la tierra:
Llena las bolsas con tierra para macetas de buena calidad. La tierra debe estar bien aireada y drenar bien el agua.
Plantación:
Si utilizas plantas jóvenes de tomate, haz un agujero en la tierra lo suficientemente grande para el cepellón de la planta. Coloca la planta en el agujero y cúbrelo con tierra.
Si estás utilizando semillas, siémbralas según las indicaciones del paquete y cúbrelas con una capa delgada de tierra.
Riego:
Riega las plantas de tomate de manera regular para mantener el sustrato húmedo, pero no empapado. Las bolsas pueden secarse más rápido que el suelo en el jardín, así que asegúrate de controlar la humedad.
Fertilización:
Mezcla fertilizante de liberación lenta en la tierra antes de plantar, siguiendo las instrucciones del producto. Esto proporcionará nutrientes a lo largo de la temporada.
También puedes aplicar fertilizante soluble en agua cada 2-4 semanas según las indicaciones del producto.
Soporte para tomates:
Si estás cultivando variedades de tomate altas, coloca estacas o soportes en las bolsas para que las plantas tengan un lugar donde trepar a medida que crecen.
Poda y cuidados:
A medida que las plantas crezcan, puedes podar los brotes laterales (chupones) para enfocar la energía en el crecimiento de frutas.
Inspecciona regularmente las plantas para detectar signos de plagas o enfermedades y toma medidas rápidas si es necesario.
Cosecha:
A medida que los tomates maduren, podrás cosecharlos cuando estén en su punto óptimo de madurez.
Cultivar tomates en bolsas puede ser una excelente solución para enfrentar limitaciones de espacio o suelo de jardín poco adecuado. Sin embargo, ten en cuenta que las bolsas pueden requerir un riego más frecuente y un cuidado más atento que el cultivo en tierra.
Para obtener resultados eficientes, es importante elegir bolsas con ciertas características específicas. Aquí las detallamos:
Tamaño adecuado: las bolsas deben ser lo suficientemente grandes para permitir un buen desarrollo de las raíces de los tomates. Una capacidad de al menos 20-30 litros es recomendable para proporcionar suficiente espacio para el crecimiento de la planta.
Material resistente: opta por bolsas de cultivo hechas de materiales duraderos y resistentes, como polietileno o geotextil. Estos materiales son porosos y permiten un buen drenaje del agua y la aireación de las raíces.
Agujeros de drenaje: las bolsas deben tener agujeros en la parte inferior para permitir el drenaje del exceso de agua. Esto evita que las raíces se empapen y reduce el riesgo de pudrición de la raíz.
Manijas o asas: algunas bolsas vienen con manijas o asas incorporadas, lo que facilita el transporte y la reubicación de las bolsas si es necesario.
Resistencia a la decoloración: las bolsas de colores oscuros o con protección UV son preferibles, ya que pueden resistir la decoloración causada por la exposición prolongada al sol.
Buena retención de humedad: aunque es esencial que las bolsas drenen bien el exceso de agua, también es importante que retengan suficiente humedad para mantener las raíces de los tomates hidratadas.
Estabilidad: si cultivas variedades de tomates altas que necesitan soporte, elige bolsas que sean lo suficientemente estables para mantener las estacas o los soportes en su lugar sin volcar.
Transpirabilidad: los materiales transpirables, como el geotextil, permiten que las raíces respiren y evitan el riesgo de asfixia radicular.
Calidad de construcción: busca bolsas bien cosidas y con costuras reforzadas para asegurarte de que puedan soportar el peso del sustrato y las plantas sin romperse.
Fácil almacenamiento: si planeas guardar las bolsas cuando no estén en uso, elige bolsas que puedas plegar o apilar fácilmente para ahorrar espacio.
Al elegir las bolsas con estas características en mente, podrás proporcionar un entorno óptimo para el crecimiento de tus tomates en cultivo en bolsas y maximizar tus posibilidades de éxito.
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